Torre Pacheco llora a los cinco jóvenes y arropa a sus familias
Los padres de los cuatro chicos y de la chica muertos en el accidente de tráfico comparten su dolor y se unen esta mañana en un único funeral | El alcalde ha decretado tres días de luto oficial
JOSÉ ALBERTO GONZÁLEZ
Lunes, 6 de febrero 2017, 08:08
Es la peor noticia que se le puede dar a una madre, a un padre. Aun más cuando, un sábado por la noche, la mala nueva rompe el frágil sueño o la vigilia de todo progenitor con chavales en edad de salir: que su hijo o su hija ha muerto y que, frente a toda lógica humana, serán ellos quienes tendrán que enterrarles y no al revés. A este inconsolable revés de la existencia, al que hoy ha tratado de poner palabras y un aliento de fe el obispo de Cartagena, José Manuel Lorca, intentaron ayer de hacer frente, unidos como una sola, las cinco familias de los cinco jóvenes fallecidos en el brutal accidente de tráfico entre la diputación cartagenera de La Palma y Torre Pacheco. La Guardia Civil de Tráfico baraja que el exceso de velocidad y un despiste formaran parte de la combinación letal que provocó el trágico siniestro.
Los vecinos de Torre Pacheco se han volcado para despedir a José Salvador Ros Gázquez, de 20 años; Pedro José Cánovas Juárez, de 21; Óscar Alcaraz Galián, de 20; José Antonio Martínez Sánchez, de 20; y Ana Belén Celdrán Avilés, de 18; y han arropado a sus familiares en la misa funeral que ha tenido lugar en el frontón municipal oficiada por el obispo de la Diócesis de Cartagena, José Manuel Lorca Planes. Durante la homilía, el obispo ha afirmado que se encuentra, al igual que los vecinos, «con el corazón roto» y ha reconocido que «no es fácil decir una palabra para que pueda tener sentido de lo vivido». Desde conocer la noticia, ha admitido que «no daba en el acierto de poder llegar a lo más hondo de vuestro corazón».
«No es fácil porque estamos sumidos en un dolor grande por esta tragedia», según Lorca Planes, quien ha remarcado que «te quedas sin palabras» cuando «sabes que ya no tiene remedio ni hay fuerza humana que pueda retrocedernos en el tiempo». Solo es posible comprenderlo, añade, «si a uno le quedan fuerzas para rezar, para apoyarte en el hombro de aquel que viene a consolarte y para seguir adelante y seguir ayudando a los que te rodean».
Ha dicho ser consciente de que la palabra sola «no llega a lo hondo del corazón», y que la presencia cercana y el silencio «son mucho más elocuentes que el ruido de los discursos». Los que han pasado por el tanatorio «seguro que han guardado mucho más silencio y no han dicho demasiadas palabras, porque nos hemos quedado todos sin palabras», ha aseverado. «No nos podemos resistir a no estar con vosotros, sino que teníamos que estar con vosotros y acompañaros en el dolor, para que sintáis el calor de todos», ha remarcado el obispo, quien se ha preguntado «quién no ha dejado correr una lágrima y quien de nosotros ha impedido que saliera de sus labios una queja por el dolor de la muerte de estos jóvenes».
Una madrugada trágica
Desde la madrugada del domingo, cuando la noticia sobresaltó a parientes y amigos, hasta la de este lunes de luto, pasando por el momento en que los cuerpos de las víctimas llegaron ayer pasadas las dos de la tarde al Tanatorio El Pasico, procedentes del Instituto de Medicina Legal de Cartagena, Torre Pacheco dio una lección de unidad y de fraternidad ante el dolor propio y ajeno. Si es que alguien puede sentir que no va con él la desgracia de ver cómo cuatro chicos de veinte y veintiún años, y una chica que hoy habría cumplido los diecinueve, se dejaron la vida en la carretera en una cruel «fatalidad», en la trágica y «triste casualidad» de un choque entre críos de edades similares y vecinos unos de otros.
Así definieron, respectivamente, lo ocurrido uno de los diez guardias civiles que acudieron al lugar del siniestro y el alcalde de la localidad, Antonio León, cuyo ayuntamiento decretó tres días de luto en memoria de las víctimas y que acordó con las familias la celebración de un funeral conjunt, qe se ha celebrado esta mañana.
El presidente de la Comunidad, Pedro Antonio Sánchez, ha reconocido a los medios de comunicación que se encuentra «encogido» por el dolor de un accidente que «ha segado la vida de personas jóvenes que estaban en una etapa de su vida preciosa». «No entendemos nunca que puede pasar para que estas situaciones se sufran», ha señalado Sánchez, quien ha subrayado que «es el momento de estar con la familia, de darle nuestro apoyo y nuestro cariño, y de lamentar que esto haya sucedido».
A la espera de la autopsia
Agridulce situación, por lo que supone que ellas sí han sobrevivido a la tragedia, a la misa 'corpore insepulto' han faltado las tres chicas que viajaban con Ana Belén. Anoche, estas mujeres continuaban ingresadas en el Hospital Santa Lucía con pronóstico grave. En el caso de N.D.S., de 21 años, y de M.G.M., de 24, estaban en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), con múltiples contusiones y politraumatismos, aunque según fuentes sanitarias afortunadamente en ningún momento se ha temido por sus vidas. La tercera accidentada, N.L.M., de 22 años y que conducía el coche de las chicas, estaba ya en planta y en situación estable, tras haber sido intervenida.
A falta del informe definitivo de la autopsia, que incluirá el resultado de las pruebas de alcoholemia y drogas al conductor fallecido, los datos provisionales sobre el siniestro analizados por los especialistas de Tráfico de la Guardia Civil manejan dos hipótesis principales: una invasión de la vía contraria por exceso de velocidad y un despiste.
La Benemérita tiene pendiente aclarar de forma oficial las causas del accidente. Pero todo apunta a que José Salvador, que iba al volante de un Renault Clio en dirección a La Palma, perdió el control del vehículo y acabó invadiendo el carril por el que, en sentido Torre Pacheco y en un Citroën C4, circulaban las chicas. Estas volvían de cenar en Cartagena.
Según fuentes del caso, la conductora de este último turismo dio negativo en el control sobre el consumo de alcohol y drogas realizado en el hospital cartagenero.
Faltaban unos diez minutos para las doce cuando, en el kilómetro 4,500 de la carretera RMF-36, a unos quinientos metros del núcleo urbano de La Palma, el piloto del Clio frenó y trató de corregir su posición (al parecer evitó al principio acabar en un bancal) y el C4 impactó de llenó con su frontal contra el lateral derecho del primer turismo. En la calzada quedaron visibles las marcas de frenada del Renault, mientras que la conductora del Citroën no pudo aminorar la marcha.
Aunque el estudio científico determinará las causas de la tremenda colisión, como las condiciones de la vía y de visibilidad no eran adversas, a priori el Clio se habría salido de una pequeña curva a una velocidad que alteró la marcha del vehículo, hasta la colisión en una recta a unos doscientos metros.
Intento de reanimación
Los cuatro chicos fallecieron en el acto, mientras que las chicas quedaron heridas y atrapadas en el interior del vehículo. En el caso de Ana Belén, según informaron fuentes de los servicios de emergencias, tras ser rescatada por bomberos de Cartagena, el personal sanitario trató de reanimarla durante cuarenta minutos. Fue en vano.
El resto de mujeres fueron atendidas, también 'in situ', y trasladadas al hospital en tres de las cuatro ambulancias movilizadas por el Centro de Coordinación de Emergencias de la Región. Este fue avisado por un conductor que pasó por la carretera, presenció la terrible escena y, de inmediato, llamó al 112.
En cuanto a los cadáveres de los jóvenes, el titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Cartagena, en funciones de guardia, autorizó su levantamiento y transporte en un furgón especial hasta las dependencias del Instituto de Medicina Legal de esta ciudad. En esta sede del Ministerio de Justicia, ubicada junto al cementerio de Lo Campano, un equipo reforzado de siete personas (entre forenses y auxiliares) practicaron durante la mañana del domingo las autopsias. De forma simultánea, el Instituto Armado se hizo cargo de la identificación definitiva de los fallecidos, previo cotejo de sus DNI.
Por recomendación de los psicólogos de la Cruz Roja, que participaron en el dispositivo especial junto a efectivos de la Policía Local de Cartagena y de Torre Pacheco, los familiares evitaron ir al antiguo Anatómico y, en una tensa espera, aguardaron la llegada de los cuerpos en el tanatorio.
Allí fue instalado el velatorio, hasta el que se acercaron decenas de personas, entre familiares y amigos, así como distintas autoridades, como la vicealcaldesa de Cartagena, Ana Belén Castejón, y la consejera de Presidencia de la Comunidad Autónoma, María Dolores Pagán. No faltó el alcalde pachequero, quien en las primeras horas acompañó, junto a otros miembros de la corporación, a los agentes en la penosa tarea de comunicar la peor noticia que unos padres pueden recibir.