La Ertzaintza recibe seis denuncias cada día por desapariciones de personas en Euskadi

La Ertzaintza ha recibido una media de seis denuncias diarias por desaparición de ciudadanos en el primer semestre del año. En ese periodo, 1.097 personas han acudido a la Policía autónoma para comunicar que no pueden localizar a uno de sus allegados. En dos tercios de los casos se trata de adolescentes, entre los 16 o 17 años, que se han ido de casa por desavenencias con sus padres causadas por los estudios o por problemas de comportamiento. Las estadísticas del Cuerpo revelan que el 95% de las desapariciones se resuelve satisfactoriamente, bien por el regreso voluntario de la persona o porque los efectivos movilizados consiguen dar con su paradero.

Cada año se producen alrededor de 3.000 incidencias de ese tipo. El pasado ejercicio sumaron 3.545; de ellas, 1.582 en Bizkaia, 1.290 en Gipuzkoa y 673 en Álava. En 2013 hubo 3.182 avisos a la Ertzaintza, frente a los 2.933 de 2012.

Según los análisis de la Policía vasca, realizados a partir de las declaraciones realizadas por los familiares de los desaparecidos, en el caso de los niños el origen suele estar en simples despistes y extravíos, que derivan en sustos monumentales en sus ámbitos más cercanos. Cuando se trata de adolescentes y jóvenes de hasta 25 años, las desavenencias familiares o problemas de estudios suelen ser el principal factor desencadenante de la desaparición. En este grupo aparecen también los episodios protagonizados por jóvenes que han sido trasladados a centros de acogida y que han tenido problemas de adaptación.

El plazo de las 48 horas

La Ertzaintza considera que la casuística es distinta en los adultos menores 65 años. En esas desapariciones lo que suele haber detrás son «cuestiones de convivencia, problemas económicos, fracaso social o laboral, relaciones afectivas con otras personas o el deseo de iniciar una nueva vida». A partir de esa edad, las causas más habituales son desequilibrios psíquicos o emocionales. El análisis policial incide en que la mayoría de los incidentes se resuelve de forma favorable en las primeras horas. Como media, dos de cada tres desapariciones se aclaran en 48 horas. A medida que transcurre ese plazo, las posibilidad de que se produzca el hallazgo de la personas se convierte en problemático.

La Policía vasca mantiene abierta una página web con aquellos casos que el paso de tiempo no ha conseguido esclarecer. Según advierten los portavoces oficiales, se trata de un espacio puesto a disposición de los familiares, aunque si estos no retiran una denuncia después de que su allegado haya aparecido la petición de ayuda continúa en vigor.

La desaparición más antigua que le consta a la Policía vasca es la de un hombre de la tercera edad de Bilbao cuyo rastro se perdió en noviembre de 2002. Su bastón apareció en la escalera de su edificio, donde vivía solo. Ese es su último rastro. En la lista se han incluido los casos de Hodei Eguiluz, desaparecido en Amberes hace dos años, y del fotógrafo vitoriano Borja Lázaro, que fue visto por última vez el año pasado en Colombia.