El asesino de Majadahonda tenía hachas y un machete en el sótano del piso
Los agentes también encontraron en otra casa de Móstoles joyas, llaves y la documentación de la inquilina a la que presuntamente mató y descuartizó
elcorreo
Martes, 28 de abril 2015, 00:21
Las evidencias contra el joven acusado de asesinar y descuartizar con la ayuda de una picadora a Gloria Giogiosa, la mujer de 55 años a la que había alquilado una vivienda en Majadahonda, siguen acumulándose. Aunque los restos de la víctima aún no han aparecido, Bruno H. tenía en el sótano de la casa un maletín con cuchillos, hachas y un machete que intentaba limpiar cuando fue detenido. El acusado, que permanece en prisión preventiva desde el pasado 10 de abril, también guardaba en otro inmueble de Móstoles, donde vivía con su padre y una hermana, la documentación de Giogiosa, sus joyas y las llaves de su coche.
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Estos nuevos datos se recogen en varios autos dictados por el Juzgado de Instrucción número 1 de Majadahonda durante las últimas semanas. La investigación sobre la conocida como casa de los horrores avanzaba sin que se conocieran demasiados detalles hasta que el juez levantó el secreto de sumario el pasado jueves. Según la hipótesis que maneja la Guardia Civil, Bruno H. mató a Gloria Giogiosa la noche del 30 al 31 de marzo en la vivienda que le había arrendado. La casa es propiedad de la tía del joven, que permanece en paradero desconocido desde hace 4 años. El juez cree que su sobrino también podría ser responsable de este hecho.
Cuando la familia de Giogiosa alertó sobre su desaparición a los pocos días, la primera revisión del inmueble permitió localizar una picadora con restos de sangre y trozos de carne que coinciden "al 99,9%" con el perfil genético de la mujer. Pese a que inicialmente se sopesó la posibilidad de que el detenido fuera un asesino en serie, que las seis personas que habían vivido previamente en la casa de Majadahonda hayan aparecido con vida elimina esta opción, pero el juez mantiene en sus escritos que el caso es "muy grave" y por eso mandó a Bruno H. a la cárcel.
Junto a lo que el magistrado considera como "instrumentos de carnicería", en el sótano de la casa también aparecieron ingentes cantidades de material de limpieza, mientras que en el domicilio de Móstoles se encontró un guante de látex junto a las propiedades de Giogiosa. Lo que no aparece es el móvil de la víctima, aunque el juez explica que existen indicios de que estuviera en manos de otra persona, ya que los familiares de la mujer, de nacionalidad argentina, recibieron mensajes de despedida contradictorios "supuestamente mandados por ella" pero que "no se corresponden con su estilo y forma de escribir". En uno anunciaba que se había mudado y en otro que iba a permanecer incomunicada porque se iba de viaje al extranjero.
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