"Los padres que no vacunan a sus hijos quizás deban asumir por escrito su decisión"

El caso del niño de Olot que permanece en estado muy grave ingresado en la UCI por difteria, bacteria que se ha detectado en otros ocho niños con los que tuvo contacto, ha reabierto el debate no solo sobre las vacunas, sino sobre la obligatoriedad de inocularlas. Pedro Gorrotxategi, presidente de la Asociación vasca de Pediatría de Atención Primaria, recuerda que, salvo epidemia, por ley no se puede vacunar, y aboga por convencer a los padres. No vacunar, les dice, «es someter al niño a un riesgo innecesario» de enfermedades muy graves.

¿Están estos días recibiendo más consultas sobre las vacunas?

Aquí no pero en Cataluña, a raíz del caso del niño con difteria, sí están recibiendo muchas consultas y vacunando a niños que no habían sido vacunados con anterioridad.

A los médicos, ¿les ha sorprendido tanto como a los ciudadanos en general este caso de difteria?

No hay que olvidar que la gente que está sin vacunar es susceptible de ser contagiada por alguien enfermo. Aquí sucedió hace unos años: vino de Hendaya algún niño con sarampión y hubo una pequeña epidemia entre niños que no estaban vacunados. En el momento en que hay un elemento contagiante, esos niños tienen un riesgo de tener la enfermedad.

¿La opción de no vacunar a los hijos a qué se debe: ignorancia, ideología...?

Influyen las dos cosas. Hicieron un estudio en Granada a raíz de una epidemia de sarampión y se concluyó que había dos tipos de padres: unos que no vacunan a los hijos por dejadez y otros que no quieren introducir al niño sustancias externas en el organismo, que siguen otras corrientes, como la medicina naturista, la homeopatía... y son críticos con la medicina en general. De todas formas, la inmensa mayoría de los padres tiene asumido que las vacunas son beneficiosas para la salud del hijo.

¿Ha aumentado la cifra de niños no inmunizados?

La tasa de niños no vacunados ha crecido pero no mucho, un 1 ó 2%. De todas formas, nosotros no vemos muchos casos. Yo, por ejemplo, no tengo ningún niño sin vacunar y mi compañero, uno. No es algo muy habitual. No creo que llegue al 5% la cifra de niños que no se vacunen.

A los padres que dudan, ¿qué argumentos les daría a favor de que inmunicen a sus niños?

Sí he tenido padres que dudan, y les digo que se trata de enfermedades muy graves, que estamos hablando de polio, de difteria, de tétanos... Enfermedades de las que te puedes morir o te pueden dejar paralítico. En parte, el problema está en que son dolencias que no se ven, por lo que la gente les ha perdido el respeto o no les da la importancia que tienen. Ahora tengo 56 años y cuando era niño teníamos compañeros que tenían polio, aquí en el País Vasco.

¿Nos hemos relajado?

Suele pasar que cuando se descubre una vacuna para una enfermedad todo el mundo empieza a vacunar y aumentan las tasas de vacunación, con lo que disminuye la enfermedad. Entonces se pierde el respeto a la enfermedad y al no ver el peligro, empiezan a bajar esas tasas de vacunación. Se piensa: ¡Cómo me va a tocar si no hay!.

El debate sobre la obligatoriedad de la vacunación está en la calle. ¿Qué opina?

Hay varios posicionamientos. El comité de ética de la Asociación Española de Pediatría y el comité de vacunas han dicho que en principio no son partidarios de la obligatoriedad; en los países en los que lo han hecho tampoco se ha visto un aumento de las tasas de vacunación. Abogan más por tratar de convencer a los padres, y también se ha hablado de crear algún documento a nivel estatal que tendrían que firmar los padres que no vacunan a los niños, en el que se dice que se hacen responsables si el niño coge la enfermedad, que ellos han sido los que han decidido no vacunarlo. Porque son decisiones que toman los padres pero afectan a los niños._Entonces, no estás jugando con tu salud, sino con la de tu hijo. Ahí hay un problema ético. Se trataría de un documento de disentimiento informado, como el de consentimiento, en el que queda constancia de que no se está de acuerdo con la propuesta del pediatra de vacunar.

¿Así que no es partidario de obligar?

Trato de convencer a los padres de que el tétanos, la poleo o la difteria son enfermedades muy muy graves y someterían al niño a un riesgo innecesario. Además, según la legislación española, no se puede obligar, salvo en caso de epidemia, que es cuando las autoridades sí pueden obligar a vacunar a un grupo de la población. Pasó en Granada con una epidemia de sarampión. En todo caso, el objetivo es que la gente vacune a sus hijos. ¿Obligar? ¿Cómo vas a obligar a una persona que no quiere? Hay que informar, tratar de convencer e igual sí habría que hacer un documento de disentimiento informado, en el que se firma que el pediatra me ha explicado qué puede sucederle a mi hijo si se contagia de tal o cual enfermedad y, a pesar de todo, no quiero ponérselas. Así los padres toman conciencia y se hacen cargo de la decisión que están tomando con su hijo, más allá del no me gustan las vacunas.

Algunas voces críticas argumentan que se pongan demasiadas vacunas, y además a la vez...

Es una cosa comodísima poner seis vacunas en el mismo pinchazo, y no poner seis pinchazos al niño. Si se las damos de una a una, primero se puede quedar paralítico por la polio, luego coger difteria... No tiene ningún sentido. Son vacunas que están establecidas y desde epidemiología analizan cómo hay que ponerlas y si hace falta hacen pequeñas alteraciones en el calendario vacunal, en función de la respuesta del organismo. Por ejemplo, con la del meningococo, que antes se ponía de pequeño, se ha visto que con la edad disminuyen las defensas, por lo que una de las dosis de pequeñitos se ha cambiado a mayorcitos. Desde epidemiología van viendo las necesidades de salud de los niños y van cambiando el calendario vacunal.

El antídoto contra la varicela no está incluido en ese calendario y ni se vende en las farmacias, pero por otra parte la Sociedad Española de Pediatría la recomienda. Entenderá las dudas de los padres ante esta situación...

Puede crear un sentido de indefensión entre los padres. Hay que decir que esta vacuna se administra a los que no hayan pasado la varicela a los 10 años para que no se contagien de adultos, que es cuando hay más riesgo. La Asociación Española de Pediatría recomienda vacunar al año y a los dos años.

¿Y qué hacen los padres?

Hay dos opciones: o esperar o irte a Francia a comprarla, pero el problema es que requiere un control del frío muy estricto y habría que traer la vacuna envuelta en hielo. A diferencia de otras, su traslado es complicado. Así y todo algunos lo hacen.

¿Pero ahora si estuviese en la tesitura de unos padres...?

Lo ideal sería que Sanidad dejara que se vendiera en las farmacias. Es lo mismo que está pasando con la nueva del meningococo B. A raíz de presiones de Galicia, donde han tenido un caso muy grave, parece que se va a autorizar su venta en farmacias. Hastaahora era de diagnóstico hospitalario.

La gran novedad del calendario vacunal vasco es la inclusión de la vacuna del neumococo (Prevenar). ¿Cuándo empezarán a darla?

Tanto nuestra asociación como la Vasco Navarra de Pediatría, que incluye a la hospitalaria, enviamos una carta conjunta en marzo al departamento de Salud pidiendo información y no nos han contestado, aunque he leído que la consejería dice que sí. En esa carta les decíamos que muchos padres nos preguntan cuándo se va a empezar, si su niño va a entrar... Yo a todas las madres de los ya nacidos les digo que se hagan a la idea de que no les va a tocar, pero no lo sabemos. Lo único que pone en el calendario vacunal que nos han enviado es que se incorporará a lo largo del 2015. No sabemos en qué fecha va a ser, si va a incluir a los que nacen a partir de esa fecha, o también a los que ya habían empezado a vacurnase por su cuenta, porque hay mucha gente que la compra en las farmacias de aquí o en Francia, donde es más económica. Me indigna que anuncien que van a incluir la vacuna y no digan ni cuándo ni a qué niños.