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Uno de los más de 5.000 gazapos que han cazado y subido a redes sociales.
Los chavales ya no cazan Pokemon... cazan gazapos

Los chavales ya no cazan Pokemon... cazan gazapos

Más de mil adolescentes de 25 colegios de España organizan batidas por la calle para detectar faltas de ortografía. Han encontrado de todo: 'senzillas', 'gueleme', 'curazán', 'Valladolyd'...

Yolanda Veiga

Jueves, 20 de abril 2017, 17:55

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La fiebre del Pokemon Go se esfumó de la misma manera repentina que llegó. No pasó de absurdo entretenimiento de verano, pero a alguien se le ocurrió un 'remake', el 'Gazapon Go', una versión didáctica que tiene a chavales de media España cazando faltas de ortografía por la calle. Han pillado miles en carteles, periódicos, cartas de restaurantes, rótulos de tiendas, anuncios, etiquetas.... Errores de todo tipo: 'azucar', 'senzillas', 'menbrillo', 'Valladolyd' y así hasta 5.243. Uno, insuperable: 'Gueleme bien', escrito en un «rótulo gigante» de un comercio que vende perfumes de imitación en Logroño. Al chaval que lo ha cazado le han dado el premio al más original por razones obvias.

El concurso lo ha organizado el Colegio Salesiano Santo Domingo Savio de Logroño y la original iniciativa la firma Óscar Robres, profesor de Lengua y Geografía e Historia en la ESO. «Con el maldito 'Pokemon Go' los chavales iban atontados por la calle, así que se me ocurrió utilizar el tirón del juego para hacer un 'Gazapon Go'. Lo íbamos a poner en marcha solo en nuestro colegio, pero otros profesores de Logroño se enteraron, les gustó y se apuntaron a la iniciativa. Poco después nos llamó una profesora de Antequera (Málaga) y al final han participado veinticinco colegios de toda España».

Entre ellos, el centro Salesianos Deusto de Bilbao, el único del País Vasco. Por cierto, han sido de los más activos y han cazado 445 faltas. «Han participado alumnos de 12 a 16 años y han descubierto auténticas barbaridades», cuenta Ane Zugasti, profesora de Lengua y una de las responsables de este proyecto en el colegio de Deusto. Se acuerda de un rótulo, '+ k luzes', «probablemente hecho a propósito pero aún así... y otra alumna cazó un 'curazán' en la carta de un bar de desayunos». Cuenta Zugasti que cuando los ven les parecen «burradas, pero no se dan cuenta de que ellos también cometen esos errores».

Aunque hay motivos para el optimismo, apunta Óscar Robres, que defiende que «los adolescentes no escriben tan mal como se cree, otra cosa es que cuando mandan WhatsApps lo hagan con abreviaturas». Este profesor del centro de Logroño da clases a cuatro cursos y aunque de momento los aprobados en Lengua están «al cincuenta por ciento» confía en que en junio aprueben todos. «Si no, habré fracasado». Confía en que en algo ayude el proyecto de los gazapos. «He notado que el interés que tiene por escribir bien ha aumentado, antes no le daban tanta importancia».

Los más de mil alumnos de toda España que han tomado parte en el proyecto 'Gazapon Go' han ido móvil en mano buscando gazapos por sus ciudades. «Los de Antequera se quejan de que tienen ya todo el pueblo examinado, y ahora tienen que esperar a que la gente escriba nuevos carteles», cuenta Robres, que ha organizado un concurso nacional con todos los colegios participantes. El premio a la mejor 'cazadora' ha recaído en una adolescente de 15 años de otro colegio de Logroño, que ha identificado hasta 617 errores ortográficos. «Nos contó que quedaba con dos o tres amigas y hacían batidas de gazapos, es una apasionada de la ortografía».

Los gazapos los han salido a buscar los chavales en sus ratos libres, después de clase, los fines de semana... y están subidos a Instagram. «Es una manera de que le den un uso positivo al móvil que tantos problemas nos está dando desde hace unos años en las aulas». Por eso solo han invitado a participar a alumnos mayores, para no incitar al uso del teléfono a los más pequeños. «En algún colegio han participado niños de Primaria pero con sus padres, ellos buscaban las faltas y un adulto las fotografiaba y enviaba luego al profesor».

Las más de cinco mil imágenes están en las redes sociales, a la vista de cualquiera y también de los aludidos, claro. «Cuando detectamos faltas en un periódico digital enseguida vemos que la corrigen, en apenas horas. Y un restaurante hasta cambió su carta de menús por un error con una mayúscula. Ponía 'Boletus Edulis', cuando lo correcto en un nombre técnico como éste es que solo la primera palabra vaya en mayúscula, la segunda debe ir en minúscula».

El concurso 'Gazapon Go' se puso en marcha en el centro salesiano de Logroño el pasado mes de octubre y desde ese momento se han ido sumando otros colegios. La idea, dice su promotor, es darle continuidad el año que viene. Le dará vueltas a la idea este verano, aprovechando que el colegio estará vacío... no como el anterior. «Con la moda del 'Pokemon Go' los Salesianos llegaron a llamar un día a la Policía. Resulta que debíamos tener dos pokemon dentro del colegio y por la noche algunos chavales de otros institutos saltaban la valla para cazar los monstruitos».

La caza del gazapo, sin embargo, no es tan agresiva. Y, además, tiene recompensa. «A los alumnos que pillaban bastantes faltas se lo he tenido en cuenta en la nota. El típico punto positivo que te ponía antes el profe por algún trabajo extra lo estoy dando con esto de los gazapos». Que no solo ha servido para que los adolescentes aprendan jugando, también «para sacar los colores a los adultos, que son los que escriben esos rótulos con faltas».

A propósito de dejar en evidencia a los mayores, se acuerda Ane Zugasti de un gazapo muy llamativo: «En el concurso de carteles de carnaval de Bilbao uno de los participantes escribió 'Carnabal' y en el Metro hay también algún error». Con la publicidad, dice, es más difícil detectar los errores porque el marketing es el marketing. «Un chaval vio en un eslogan un 'con tigo', no sé si sería a propósito o era, por el contrario, un gazapón. Esa, por lo menos, a ellos ya no se les pasa.

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