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Alumnos de ESO durante una clase en el colegio Claver, en Lérida.
Una nueva educación sin asignaturas, exámenes ni horarios

Una nueva educación sin asignaturas, exámenes ni horarios

Los colegios de jesuitas de Cataluña implantan un modelo de enseñanza adaptado a los nuevos tiempos y que supone un "cambio profundo y radical"

Lucía Palacios

Domingo, 8 de marzo 2015, 07:52

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No hay pupitres, ni asignaturas, ni clases magistrales, ni deberes. Tampoco horarios ni calificaciones. Es la nueva escuela, la del siglo XXI: espacios amplios, luminosos y coloridos, con gradas e incluso sofás; todo dispuesto para trabajar en grupos sobre un proyecto conjunto y ayudados de las nuevas tecnologías.

Respaldo oficial

  • La pregunta que uno se hace ante este novedoso método educativo es ¿qué pensarán desde el Ministerio? Al contactar con ellos, han declinado hacer cualquier tipo de comentario puesto que -argumentan- es una materia que está transferida y no es competencia suya.

  • Pero quien sí está al tanto de la aplicación de 'Horizonte 2020' es la Consejería de Educación de Cataluña. José Menéndez, subdirector de Jesuïtes Educació, ha aclarado que acudieron a ver a la consejera, Irene Rigau, para explicarle todo y que les dijo que le parecía una idea "muy interesante". Además, ha explicado que están en un "constante diálogo" con la inspección y que los tres inspectores se han "entusiasmado" con el proyecto.

Éste es el nuevo método educativo que están implantando los jesuitas en sus colegios de Barcelona bajo el nombre 'Horizonte 2020', un proyecto que se empezó a gestar en el año 2009. En aquel año unos 200 directivos de su red de escuelas comenzaron a analizar la situación de la educación, hacer un diagnóstico y plantearse la necesidad de una transformación del proceso de enseñanza y aprendizaje que responda a los cambios vertiginosos que está viviendo la sociedad.

José Menéndez, subdirector de Jesuïtes Educació, la red de escuelas de la Compañía de Jesús en Cataluña, explica que "es insostenible" seguir con la actual organización del currículo, con la estructura de clasificación del alumnado, con la distribución horaria y con la indefinición de modelos pedagógicos que no presentan "una alternativa eficiente al mediocre objetivo de retener a los alumnos en clase". Sostiene que no lo han hecho por falta de matrículas en sus colegios, ni por malos resultados, sino porque se dieron cuenta de que quizá no estaban "influyendo en el proyecto vital de los alumnos", en el reto de formarles no solo en los conocimientos, sino también en la "lucha por conseguir el equilibrio y la equidad".

Una lluvia de 56.000 ideas

Para trabajar en esta "apuesta profunda para transformarlo todo" implicaron a 13.000 alumnos, 1.500 educadores, a familias, empresas, políticos, Iglesia... Todos se pusieron manos a la obra para reflexionar y debatir sobre la educación que deseaban. ¿Cómo tendrían que ser las escuelas en el 2020? Y de ahí salió una 'lluvia' que aportó 56.000 ideas.

El cambio se puso en marcha este mes de septiembre en tres de sus ocho colegios de Cataluña y en una etapa que consideran "estratégica": 5.º de Primaria y 1.º de ESO. Comenzaron derribando los muros para transformar las aulas en ágoras, en lugares más amables donde los alumnos se puedan sentir cómodos para trabajar juntos, en grupos, en un proyecto que desarrollarán a lo largo de la semana. Ya no hay dos clases de 30 alumnos cada una, sino una de 60, pero mucho más amplia y con tres profesores. Ellos son los que acompañan a los alumnos a lo largo de todo el día, compartiendo reflexiones, noticias, realizando debates y tutorizando los proyectos en los que trabajan y a través de los cuales adquieren las competencias básicas marcadas por el currículo.

Efectivamente, los chicos aprenden también la raíz cuadrada y el teorema de Pitágoras pero a través de un proyecto interdisciplinar. No hay asignaturas, ni horarios (salen al recreo cuando ellos lo piden porque están cansados), ni deberes. Tampoco hay un boletín de notas al uso, sino que el padre recibe una explicación muy detallada de los objetivos que ha logrado alcanzar su hijo, del grado de motivación que muestra, de las aptitudes y carencias que pueda tener. A posteriori, han fabricado un sistema de algoritmos para traducirlo en un boletín que cumpla con los requisitos oficiales.

"El método funciona y está logrando un grado de satisfacción mucho más alto del que nosotros imaginábamos", asegura Menéndez, que explica que el nivel de conflictividad es prácticamente nulo porque al estar organizado el grupo de manera más informal, si a un alumno le sucede algo o va con retraso, uno de los tres profesores se puede dedicar en exclusiva a él.

La idea es exportar este proyecto en el que el alumno es el centro, con un papel más activo y autónomo, al resto de sus colegios de Cataluña y, posteriormente, del resto de España. Muchos centros educativos están viajando hasta allí para aprender y ver cómo lo pueden poner en funcionamiento. Además, el proyecto 'Horizonte 2020' está colgado en una web para que pueda ser referente para otros que quieran seguirlo. En definitiva, Menéndez apuesta por que "otra educación es posible", una educación con un objetivo prioritario: "construir personas".

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