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elcorreo.com
Miércoles, 19 de octubre 2016, 16:07
Algo más de 120.000 mujeres podrían estar afectadas en Euskadi por diferentes situaciones de exclusión residencial; de ellas, alrededor de 450 estarían sin vivienda. La directora de Emakunde, Izaskun Landaida, y el director del Centro de Documentación y Estudios (SIS), Joseba Zalakain, han presentado hoy en Vitoria el estudio 'La exclusión grave en la Comunidad Autónoma Vasca desde una perspectiva de género'. Una de sus conclusiones revela que, a pesar de que las situaciones más extremas de la exclusión residencial afectan mayoritariamente a los hombres, se ha tendido a minimizar la presencia de las mujeres en situaciones de exclusión residencial.
En total se contabilizan algo más de 230.000 personas en diferentes situaciones de exclusión social en la CAPV, de las cuales el 0,2% corresponden a situaciones de sin techo, el 0,6% a situaciones de personas sin vivienda y el 24,6% y el 74,6% a situaciones de vivienda insegura y vivienda inadecuada, respectivamente.
En los hombres se observa una mayor proporción que en las mujeres en las categorías de sin techo, sin vivienda y vivienda inadecuada, mientras que entre las mujeres es superior el peso relativo de las situaciones vinculadas al alojamiento en una vivienda insegura, es decir, que viven bajo amenaza de desahucio, en régimen de tenencia inseguro (acogida por familiares o amistades, subarrendamiento, ocupación ilegal) o bajo amenaza de violencia por parte de la pareja o de la familia.
Entre las causas que han contribuido a subestimar la tasa de afectadas por estas situaciones están las definiciones que asocian a las personas 'sin techo' a la pernocta en calle o albergues, donde ellas representan una clara minoría, y las distintas manifestaciones encubiertas de 'sin techo' en el caso de las mujeres, mucho más difíciles de detectar y cuantificar.
Una de las conclusiones del estudio presentado por el Instituto Vasco de la Mujer, por tanto, es la invisibilidad de las mujeres sin hogar, que optan en su mayoría por alternativas a la calle o el albergue como pueden ser dormir en casa de familiares o amistades, mantener relaciones de pareja insatisfactorias, o intercambiar compañía o cuidado por alojamiento.
Recursos sólo para mujeres
Zalakain ha planteado la necesidad de que las administraciones creen más recursos específicos habitacionales solo para mujeres, como albergues, y que en los mixtos se tenga en cuenta la perspectiva de género.
Por su parte, la directora de Emakunde ha señalado que el estudio demuestra «claramente» la importancia de investigar siempre teniendo en cuenta la perspectiva de género y ha constado que este informe concluye que la exclusión social, aunque menos visible, afecta en mayor medida a las mujeres.
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