Bernie Sanders, junto a Evo Morales, en un aula de la Academia pontificia de Ciencias Sociales.

Bernie Sanders, el socialista que admira al Papa

El precandidato demócrata a la presidencia de EE UU predica contra la desigualdad en el Vaticano junto a Evo Morales y Rafael Correa

Pedro Ontoso

Miércoles, 27 de abril 2016, 01:07

¿Es importante el voto católico en Estados Unidos? Algo debe influir en la carrera hacia la Casa Blanca porque hasta el mismísimo Bernie Sanders, que se considera un 'socialista democrático', decidió interrumpir su campaña electoral y viajar al Vaticano para participar en unas jornadas sobre economía social. La excusa era la celebración de los 25 años de la 'Centesimus annus', la encíclica que firmó Juan Pablo II tras la caída del muro de Berlín. En el panel seleccionado por la Academia Pontificia de Ciencias Sociales también se incluía al presidente de Ecuador, Rafael Correa, y al de Bolivia, Evo Morales, exponentes de la peculiar izquierda indigenista latinoamericana. Y aunque también había ponentes cercanos al Opus Dei y de la democracia cristiana, el foco estaba puesto sobre 'los tres socialistas'. Y, sobre todo, en Sanders, que se examinaba unos días después en las primarias de Nueva York. El despacho oval bien valía una misa, pero el senador de Vermont pinchó.

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Es cierto que el Papa, si bien recibió en una audiencia privada y exprés al líder demócrata, evitó una fotografía pública de ambos que pudiera ser interpretada como una intromisión en las elecciones norteamericanas y como una señal hacia el rival de Hillary Clinton. Sobre todo, después de aquella alusión de Francisco a Donald Trump, la locomotora populista republicana que asusta con sus bravatas hasta a los suyos, cuando declaró que levantar muros por su campaña contra la inmigración mexicana no es de cristianos. Sin embargo, hay gestos que hablan por sí solos. Hace dos semanas el Papa nombró nuevo nuncio apostólico en Estados Unidos al arzobispo francés Christophe Pierre, un hábil diplomático que ha hecho grandes servicios al Vaticano. Pero lo relevante del movimiento es que el nuevo inquilino de la embajada más importante de la Santa Sede llega desde México. Pierre, que ha permanecido nueve años en la capital azteca, ha cruzado el Río Bravo con todas las bendiciones en un momento delicado tras las críticas a la línea fronteriza entre México y EE UU. El Vaticano no da puntada sin hilo.

En cualquier caso, sí resulta significativo que el Vaticano invite a Sanders. Hijo de inmigrantes judíos que fueron asesinados en el Holocausto, nunca ha ocultado su «admiración» por el Papa. «Es un hombre magnífico. No soy católico, pero él emana luz. Fue maravilloso reunirme con él», declaró el precandidato demócrata, que se presenta a sí mismo como un judío laico y está casado con una católica, Jane OMeara.

De hecho, su empeño por la causa de la justicia social y su batalla contra la desigualdad converge en muchos puntos con el discurso de Francisco contra la economía «que mata». El senador coincide con el pontífice en sus críticas a la codicia y al sistema económico «que generan» mayor desigualdad social. «Nuestra juventud no está satisfecha con las políticas corruptas actuales, ni con una economía de desigualdad e injusticia», predicó en el Vaticano.

Jesucristo, «el primer socialista»

Sentado al lado de Evo Morales, y apoyado en los documentos claves del pontificado de Francisco, el precandidato neoyorquino también condenó a «los ricos que ocultan su dinero en paraísos fiscales», en una alusión a los 'papeles de Panamá'. El presidente de Bolivia, por su parte, aplaudió el discurso «anticapitalista del hermano Sanders», en una posición ideológica compartida. Morales se declaró católico y, por esa razón, defendió «la necesidad de estar con los humildes y con los pobres, siguiendo los preceptos de Francisco». Tras declararse antiimperialista, denunció la política «de saqueo» del neoliberalismo, al tiempo que recordó a Jesucristo como «el primer socialista del mundo». Por su parte, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, también fustigó el neoliberalismo «dominante en Occidente» un discurso de legitimación muy recurrente y el sistema económico actual «que crea niveles de desigualdad sin precedentes. El gran desafío del siglo XXI es lograr la supremacía de las personas sobre el capital», reivindicó.

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Sin foto, pero reconfortado con la bendición del Vaticano, que no hace ascos a esa parte social de su revolución, Bernie Sanders plantó cara a Hillary Clinton, a la que atacó de manera inmisericorde por sus vínculos con Wall Street. Pero los neoyorquinos optaron por Hillary, dos veces senadora por este Estado. En Nueva York, de los tres millones de votantes, casi un millón son católicos. Y en Estados Unidos, las personas religiosas tienden a identificarse y a votar como republicanos, constatan los sociólogos. De hecho, y como observa Andrea Tornielli en Vatican Insider, la 'Centesimus annus', la encíclica que ha reunido en el Vaticano a los líderes socialistas, «era particularmente apreciada por los 'think tanks' estadounidenses».

Este documento, publicado al final de la Guerra Fría, incluía un análisis sobre el socialismo y el capitalismo y forma parte de lo que se conoce como Doctrina Social de la Iglesia Católica. Algunos creen que entonces se fraguó una «santa alianza» entre el catolicismo y el capitalismo. El vaticanista Tornielli sostiene que los llamados 'teocons', que defienden la preponderancia de la religión en la vida pública con unas normas morales de la Iglesia que desde su óptica hay que imponer al conjunto de la sociedad, «no se sintieron tan a gusto con la encíclica ratzingeriana 'Caritas in veritate', y que ahora, «con las palabras claras del Papa Francisco sobre la economía que mata, se acabó por completo la luna de miel». Bernie Sanders ha jugado esa baza, pero no ha sido suficiente para destronar a Clinton en su feudo, pese a que él ha nacido y ha crecido en el mismo Brooklyn. Nadie es profeta en su tierra.

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