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Escena de 'Marathon Man'.

¿Vio el 'dentista del horror' la película 'Marathon Man'?

El odontólogo que se ensañó con las bocas de un centenar de franceses recuerda a Lawrence Olivier interpretando al nazi que tortura a Dustin Hoffman en una cinta que cumple 40 años

Isabel Ibáñez

Jueves, 10 de marzo 2016, 01:05

«Me puso siete u ocho inyecciones y luego me extrajo ocho dientes en una misma cita. Quedé chorreando sangre durante tres días», dice uno de los pobres vecinos de la pequeña localidad francesa de Château-Chinon, donde fue a instalarse en 2008 el odontólogo holandés Jacobus Van Nierop, de 51 años. En el pueblo le recibieron con ilusión, acostumbrados como estaban a recorrer kilómetros para ser atendidos de sus males bucales, sin saber que el recién llegado más que arreglarlos iba a provocarlos. Van Nierop estuvo haciendo de las suyas cuatro años, hasta que alguien pensó que aquello no era normal y fue detenido al acumular 120 denuncias. Usaba anestesia, sí, incluso en dosis excesivas, pero cuando los efectos desaparecían, los pacientes sentían que algo no iba como debiera. Al mirarse en el espejo, descubrían huecos allá donde había dientes sanos, e incluso mandíbulas rotas.

El caso de este dentista al que juzgan ahora en Francia por estos hechos recuerda a otro de ficción, justo cuando se cumplen 40 años del estreno de 'Marathon Man' (John Schlesinger, 1976). Resumiento, el argumento cuenta la búsqueda de unos diamantes por parte de un viejo criminal de guerra nazi, médico del campo de concentración de Auschwitz, Christian Szell, al que apodan 'El ángel blanco', interpretado por el genial Lawrence Olivier. Éste cree que Hoffman sabe dónde están y en una de las escenas lo tortura para que hable. Posiblemente el concienzudo lavado previo de manos de Olivier antes de acometer su 'trabajo' es de lo más inquietante y perverso, como si le importara de verdad que su víctima no cogiera ninguna infección después de acometer torturas que solo en un dentista cabe imaginar.

El 'odontólogo' de Olivier -inspirado en realidad por la figura histórica del doctor Josef Mengele, famoso por sus perversos experimentos con seres humanos en los campos nazis, y que estaba escondido en Sudamérica cuando se estrenó el filme-, intenta que el 'paciente' cante lo que sabe, lanzándole insistentemente esta inquietante frase: 'Is it safe?' (¿Está a salvo?). La tortura resulta aún más dañina para el espectador a sabiendas de que Hoffman no tiene respuesta para el enigma y que su suerte está echada. Sobre todo al asistir al momento en el que el nazi despliega su paquete de instrumental, dejando a la vista las herramientas que pretende utilizar. Con ellas le hurga primero en una caries para dar con el nervio. Gritos hasta que le calma con unas gotas de anestesia. Fin del primer round.

El segundo es peor. Quizá porque ahora ya enchufa lo que parece ser una taladradora, con el típico ruido de consulta de dentista, mientras el secuaz del nazi levanta el labio superior de Hoffman dejando las paletas superiores listas para el trabajo del experto. La imagen se va difuminando mientras el aparato se acerca a la cámara, o lo que es lo mismo, al espectador, y el zumbido se acrecienta y... más gritos. La escena dura casi ocho minutos. En las siguientes vemos ya a Hoffman ensangrentado y con un enorme agujero en una de sus paletas. A estas alturas, el espectador está hundido en el sofá, sintiéndose igual que cuando se acomoda temeroso en el sillón de su dentista. Después de su estreno y tras unos cuantos pases, esta parte de la película fue recortada porque algunos asistentes quedaban tan impactados en sus butacas que llegaban a marearse. Por su parte, Olivier, tenía tanto miedo de causar algún daño a Hoffman que constantemente le preguntaba si se encontraba bien, asustado ante los convincentes gritos que soltaba el torturado.

Por esta interpretación del perverso nazi, Lawrence Olivier, ganador de cuatro Oscar, el encantador Heathcliff de 'Cumbres borrascosas', el mismo que encarnó a Hamlet en la gran pantalla, fue nominado a la estatuilla dorada al mejor actor de reparto, y se llevó el Globo de Oro. Su personaje, el doctor Szell, fue situado por el American Film Institute en el puesto número 34 de la lista de los cien peores villanos del cine. Su frase '¿Está a salvo?' ocupó el puesto 70 de las cien citas de películas, y la escena de la tortura se ganó el puesto 66 del ranking de los cien momentos más temibles del cine. Se da la circunstancia de que dos años más tarde, el aquí perverso Olivier encarnó a Ezra Lieberman, un anciano cazador de nazis en 'Los niños del Brasil', película de 1978 basada precisamente en el doctor Mengele que inspiró a su dentista de 'Marathon Man'. Mengele tenía en esta ocasión el rostro de Gregory Peck, ni más ni menos que el mismo del bueno de Atticus Finch de 'Matar a un ruiseñor'. Cosas de los buenos actores, capaces de encarnar de forma creíble a lo mejor y lo peor del ser humano. Quedémonos con esta frase de Olivier en la escena de la tortura: «La vida es así de sencilla: bienestar (mientras enseña a Hoffman un calmante para los dolores), malestar (en la otra mano, un gancho)... Usted puede decidir. Dígame... ¿Está a salvo?».

Escena de 'Marathon Man'.

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