¿Por qué los vascos hemos dejado de comprar pescado?
El año pasado comimos tres kilos menos por persona que el anterior y gastamos 289 euros. Aún así, Euskadi es la comunidad que más producto del mar consume
Nerea Vieytez
Sábado, 13 de febrero 2016, 00:40
Los vascos comemos cada vez menos pescado. Exactamente tres kilos menos... de un año para otro. En 2015 fueron 35,59 kilos por persona, frente a los 38,42 del año anterior, según los datos de la Confederación Española de Pesca. Pese al descenso, Euskadi sigue siendo la comunidad que lidera el consumo, muy por encima de la media española, que es de 25,86 kilos.
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¿Pero por qué este descenso en el País Vasco? La Asociación de Minoristas de pescados y congelados de Bizkaia señala las razones.
Alerta sanitaria. «La alerta sanitaria por anisakis que hubo hace dos años ha afectado al consumo de pescado durante este periodo. La anchoa y la merluza se vieron muy perjudicadas porque la gente tenía miedo. Al final no hubo una afección tan grave en la población, pero ese año perdimos mucho, y después se ha notado también, porque a los consumidores se le quedó grabado lo que pasó», explica José Feijóo, presidente de la Asociación.
La competencia... del kebah y el pintxo-pote. «Hace quince años no había kebah, ni se comían tantas pizzas, ahora hay muchas alternativas y la gente joven prefiere la comida rápida». En las pescaderías han notado que los viernes, que era uno de los mejores días, se ha producido un descenso en la venta. «Desde hace un tiempo los viernes se ha puesto de moda el pintxo-pote en muchos barrios y pueblos. La gente ya va cenada a casa y el pescado, que es un producto tradicionalmente de cena, se come menos», da la clave Feijóo. También, dice, ha cambiado la forma de hacer la compra. Por los ritmos de vida, se hace a última hora del día y en las grandes superficies mayoritariamente. «En las pescaderías podemos ampliar los horarios pero hasta un límite porque es un producto muy perecedero. Pero nos intentamos adaptar y llevar el pedido al cliente a casa si es necesario».
Les gusta más a los mayores. «Los grandes consumidores de pescado son la gente mayor», asegura Feijóo, que aprecia también un repunte entre la juventud, pese a ser menos consumidora. «Hay muchos jóvenes que el sábado por la mañana compran el pescado para toda la semana. Algunos incluso aprovechan el fin de semana para darse un capricho. Compran algún pez para cocinarlo de manera especial».
No hay tanta cultura del pescado. Falta una cultura de comer pescado. «Las espinas, que huele mal... es algo que nos han dicho de pequeños y nos ha hecho más reticentes a la hora de comerlo y cocinarlo. Además, es un producto más laborioso de limpiar y cocinar y requiere cierta 'maña'». Pero no puede faltar en nuestra dieta. «La gente tiene que concienciarse de que el pescado es muy saludable, que no se puede sustituir por ningún otro producto. La ciudadanía tiene que ver que es fundamental incluirlo en nuestra dieta y hay que hacer un esfuerzo en este sentido, sobre todo inculcarlo desde pequeños».
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¿Cuánto gastamos? El gasto por persona y año son 289 euros. ¿Es mucho? «La gente que compra habitualmente pescado no mira tanto el precio, sobre todo los jóvenes, que se fijan más en la calidad. Hoy puedes encontrar siempre algunos pescados por tres o cuatro euros el kilo, como el chicharro, la sardina, la bacaladita o la trucha. Y lo de los precios es siempre muy relativo, depende con qué lo compares es caro o barato».
La merluza, la reina de la cocina. La merluza y la anchoa, por este orden, son los pescados favoritos de los vascos. La primera, por ser muy popular y ofrecer múltiples posibilidades en su elaboración, además de no tener espinas y ser muy saludable. La segunda, porque siempre ha sido muy apreciada y consumida, frita o en vinagreta. Y de precios, ambos resultan asequibles. La merluza anda sobre los seis euros, y la anchoa, oscila entre los tres y seis. «Y con un kilo comen cuatro hasta hartarse».
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El besugo, el rey de los mares... y del restaurante. «En un restaurante con menú del día, de cien comidas que sirve cada día, sólo quince serán pescado. La gente cuando va fuera a comer elige a veces pescado, pero la carne sigue estando muy por encima». Otra cosa es ir con la idea de darse un capricho. En el restaurante Mugarra, templo del pescado en la capital vizcaína, explican que en su carta ofrecen productos que en casa son difíciles o imposibles de preparar, tanto por la dificultad de la limpieza previa, como por la elaboración que requieren al cocinarlos. Entre este amplio listado de especies del Cantábrico destacan el besugo, el rodaballo, el mero, la lubina, la mojarra o el rape. El equipo de cocina del restaurante bilbaíno asegura que, aunque el besugo es el «rey de los mares en Bilbao», cada vez más la gente amplía sus miras. «Nosotros mostramos al cliente la bandeja del pescado cada día. Explicamos su procedencia y características e intentamos aconsejar por qué cada pescado tiene su mejor instante en un momento concreto del año. Aunque, como siempre, todo depende de los gustos de cada uno y hay gente que pide siempre lo mismo».
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