Tres picaduras que dan la vuelta al mundo
El virus del zika dispara las alarmas en los Juegos de Brasil, mientras el mosquito tigre y la avispa asiática amenazan cultivos y poblaciones en Europa
José Mari Reviriego
Jueves, 11 de febrero 2016, 00:54
Tres pequeños insectos armados con estiletes y aguijones han sido capaces de poner en jaque al mundo: el mosquito 'aedes aegypti', transmisor del virus del zika, ha disparado todas las alarmas en los Juegos Olímpicos de Brasil que se celebrarán este verano; el mosquito tigre, conocido por su dolorosa picadura, ha sido capaz de colonizar grandes extensiones de Europa en un tiempo récord; y la avispa asiática se ha convertido en la gran amenaza de las abejas y, por tanto, de la polinización de nuestros cultivos. Pese a sus diferencias, los tres comparten una insólita facilidad para extenderse desde sus zonas originarias, posiblemente, en coincidencia con el mayor impacto del cambio climático, de la apertura de corredores artificiales donde antes sólo había naturaleza y de la desaparición de sus depredadores, entre ellos, los murciélagos, los abejarucos y los alcaudones. Las tres picaduras han dado la vuelta al mundo.
De las junglas de Zika en Uganda a Río
El insecto: 'Aedes aegypti', también conocido como el mosquito de la fiebre amarilla. Pertenece al género flavivirus, que engloba a los zancudos y las garrapatas, capaces de provocar infecciones a los seres humanos con sus picaduras.
La picadura: Provoca fiebre, sarpullidos, conjuntivitis y dolor en las articulaciones. Las mujeres embarazadas se lo pueden transmitir al feto, causándole malformaciones microcefalia. El mismo mosquito puede transmitir además el dengue y la fiebre amarilla.
El origen: El virus se identificó en 1947 en Uganda, en los bosques de Zika. Se trata de una selva tropical situada en Entebbe, a 23 kilómetros de la capital, Kampala, en la que conviven 40 especies de mosquitos. El virus se descubrió en un mono Rhesus cuando se realizaba un estudio sobre la fiebre amarilla en el bosque. El descubrimiento se produjo siete años antes de que se detectara la primera infección en humanos a 4.000 kilómetros de distancia, en Nigeria, en un brote que se consiguió aislar. También llegó sobre esa época a Tanzania.
La propagación: El virus se detectó por primera vez fuera de su ámbito geográfico original en 2007. Fue una infección en la isla de Yap, integrada en Micronesia, en el Océano Pacífico. En octubre de 2013 se inició un brote en la Polinesia Francesa, también en el Pacífico, en el que se identificaron 10.000 casos, de los que 70 fueron considerados como graves. Las autoridades chilenas confirmaron en febrero de 2014 un caso de transmisión autóctona en la Isla de Pascua. Se cree que el virus llegó a Latinoamérica portado por aficionados de las islas del Pacífico que acudieron al Mundial de fútbol de Brasil disputado en 2014.
Las consecuencias: Los Juegos Olímpicos reunirán en Río de Janeiro en agosto a más de dos millones de turistas, todo un foco potencial de transmisión a medio mundo. Originario de África y hoy hallado en regiones tropicales y subtropicales de América del Sur, el virus podría convertirse en una epidemia, según algunos científicos. El Comité Olímpico de Estados Unidos, la gran potencia mundial deportiva, ha trasladado a sus atletas que consideren la posibilidad de no acudir a los Juegos Olímpicos de Río 2016, que se disputarán del 5 al 21 de agosto, por su eventual riesgo para la salud. Kenia, cuna de los mejores corredores de medio fondo, también se ha planteado no asistir a la cita olímpica.
El 'tigre' que se expandió por la autopista del mediterráneo
El insecto: El mosquito tigre, Aedes albopictus, presenta un comportamiento muy diferenciado en función del género. La hembra tiene una trompa fina y alargada, una especie de estilete que utiliza para picar y extraer sangre de vertebrados. Los machos de la especie, al igual que la de otros mosquitos, se alimentan de néctar, como las abejas
La picadura: Muy dolorosa. Incluso, traspasa la ropa de las personas. En sus picaduras utiliza una sustancia anticoagulante para extraer y almacenar la sangre de su huésped.
El origen: Es una especie invasora originaria del sudeste de Asia. Se ha extendido por África, América y Europa desde 1979. Está incluida en la lista 100 de las especies exóticas invasoras más dañinas del mundo.
La propagación: En Europa se ha detectado ya en Albania, Italia, Francia, Bélgica, Suiza, Hungría, Montenegro, Grecia y España. Se cree que entró en la Península ibérica a través de Cataluña empleando una insólita ruta. Al parecer, pudo llegar a Sant Cugat del Vallès, un municipio de la provincia de Barcelona, en el año 2004 a través del transporte por carretera. Las larvas de esta especie se desarrollan en recipientes a la sombra y con pequeñas cantidades de agua. En la naturaleza, crían en los agujeros húmedos de los árboles. En entorno urbanos se ha confirmado que lo hacen dentro de neumáticos. No hay pruebas, pero algunos científicos especulan sobre la posibilidad de que los huevos del mosquito llegasen a España a bordo de un cargamento de neumáticos procedente de Asia. Sólo necesitan agua y calor para prosperar.
Desde Cataluña ha colonizado buena parte del litoral mediterráneo en los últimos diez años. Al parecer, lo habría hecho en paralelo a la autopista A-7 que recorre la costa, desde Barcelona hasta Málaga, utilizando los camiones de mercancías.
Las consecuencias: Se teme su llegada al Delta del Ebro, plagada de arrozales. Se ha confirmado su presencia en algunas marismas de Cádiz, entre ellas, el arrozal de la antigua laguna de La Janda de Vejer, y zonas próximas a núcleos turísticos.
La avispa que se combate a raquetazos y perdigonazos
El insecto: La Avispa asiática, Vespa velutina, se conoce también como la asesina de abejas. No sólo es una amenaza para los recolectores de miel, vitales en la naturaleza por su función polinizadora, sino porque su voracidad es capaz de destruir colmenas enteras de abejas, huertos y mermar así la biodiversidad. Se alimenta también de hormigas, mariposas y pulgones, así como de fruta madura. Es muy agresiva. Su tamaño es muy superior al de las avispas comunes. La reina puede llegar a medir unos 3,5 centímetros.
La picadura: No es peligrosa para los seres humanos, más allá del dolor e hinchazón en la zona afectada. Los avispones son capaces de capturar las abejas en pleno vuelo, tras esperarlas frente a sus panales. Las llevan voland hasta la colonia para alimentar a sus larvas.
El origen: Norte de la India y sudeste asiático.
La propagación: La comunidad científica detectó su presencia en Europa en 2004, a la altura de la localidad francesa de Burdeos. Las avispas podrían haber llegado en un barco mercante, procedente de Yunnan, en China. En menos de diez años colonizó Francia y se introdujo en la Península ibérica por la muga. En Gipuzkoa fue detectada en 2010. Desde allí ha avanzado por toda la cornisa Cantábrica, llegando a Galicia y Portugal. También se ha expandido por Cataluña, Aragón, La Rioja y Castilla y León.
Las consecuencias: Los apicultores están en pie de guerra, mientras denuncian su desprotección frente a las autoridades. Algunos de ellos han confesado que intentan hacer frente a la avispa asiática a raquetazo limpio, en un intento por evitar la aniquilación de las colmenas de abejas. Otra opción es la destrucción de los nidos con la ayuda de los bomberos. La fecha clave para las campañas es el comienzo del verano, antes de que empiecen a nacer las futuras reinas y los ataques a los panales. También se utilizan insecticidas. La desesperación de los apicultores les ha llevado a disolver las masivas concentraciones de avispas asiáticas mediante disparos de escopeta.