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Jesús J. Hernández
Jueves, 8 de octubre 2015, 19:49
Los aficionados al vino saben bien que una misma botella, de una misma bodega, de una misma añada, puede valorarse de un modo muy diferente ... según la ocasión. Abierta entre amigos, en un día especial, puede antojarse como un tremendo descubrimiento y, probarla de nuevo, en un contexto más reflexivo y pausado, puede comportarnos una desilusión. Lejos de las catas profesionales, certeras pero asépticas, no todo es uva, 'terroir' y añada sino que solemos dejarnos influir por nuestro estado de ánimo. Quizá por eso opino que a algunos vinos no les sobra esa segunda vuelta para distinguir a los magníficos entre los grandes o a los buenos entre los correctos.
Probarlos en el sosiego del hogar presenta algunos problemas. Por ejemplo, que el número habitual de bebedores de vino por núcleo familiar suele oscilar entre uno y dos, o tres en contadas ocasiones. Abrir una botella para que una sola persona beba un par de copas o incluso compartirla entre dos si solo quieren probarlo nos conducirá a dejar a menudo botellas abiertas. Y aquí siempre surge la misma duda, que de forma coloquial se resumiría en: "¿Cuántos días aguanta?".
La respuesta técnica es sencilla: lo que tarde en oxidarse. Es decir, cuanto más lo expongamos a la presencia de oxígeno, antes perderá sus aromas y propiedades. La oxidación en los vinos que han pasado más años en barrica tiene unos muy conocidos efectos positivos que son la razón de ser de los decantadores, pero nunca se recomienda que esa exposición que abre el vino dure más de tres horas.
Como norma general, el blanco se oxidará antes que el tinto debido a que los taninos presentes en el segundo ralentizarán el proceso. Pero hay algunos trucos muy sencillos para alargar la vida útil de los caldos una vez descorchados. Aún así, la barrera de los tres días será difícilmente franqueable.
Tápelo. Si sabe que no acabará la botella hoy, tápela nada más servirse.
Frío. Guárdelo en la vinoteca o en nevera. El frío ayudará a que el proceso de oxidación sea más lento.
En vertical. Consérvelo en vertical. La cantidad de vino expuesto al oxígeno será así menor.
Botellas pequeñas. Guarde alguna botella de 37,5 centilítros (la mitad de la capacidad habitual) para estas ocasiones. Le servirá para trasvasar lo que sobre. Cuanto menos espacio quede libre en la botella, menos oxígeno habrá.
Bombas. Existen en el mercado diversos modelos de bombas de vacío que permiten extraer fácilmente el oxígeno.
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