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Joaquín Camargo el Vivillo.

Bandido crepuscular y picador de toros

Joaquín Camargo fue uno de los últimos bandoleros serranos y se murió de pena en el olvido

Martín Olmos

Sábado, 5 de septiembre 2015, 20:00

Joaquín Camargo el Vivillo murió de pena y de luto como en un poema de Lorca. Igual Joaquín Camargo el Vivillo murió de pena y ... de luto para que Lorca le hiciese un poema con claveles y patios con rejas, «en la luna negra de los bandoleros, cantan las espuelas», pero Lorca no atendió. A Joaquín Camargo el Vivillo le tenía que haber matado a tiros una pareja de la Guardia Civil a los pies de un olivo, debajo de una luna negra, «en la luna negra, sangraba el costado de Sierra Morena», pero los beneméritos no madrugaron y Joaquín Camargo el Vivillo se puso lorquiano. Ay qué pena más grande, que Joaquín Camargo el Vivillo se murió de viudez.

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