El cambio climático causará en Euskadi un aumento en la frecuencia de temporales
Un informe científico advierte sobre los efectos de la subida del nivel del mar en nuestras costas
JAVIER GUILLENEA
Lunes, 2 de marzo 2015, 01:32
Habrá que disfrutar de estos malos tiempos ahora que podemos, pues los peores están por venir. Habrá que intentarlo al menos, sobre todo después de que la comunidad científica haya llegado a la conclusión de que el sistema climático «está cambiando a un ritmo más acelerado que lo que inicialmente se pensaba, como respuesta a la emisión de gases de efecto invernadero de origen antropogénico». Los tiempos venideros sugieren que «gran parte de los sistemas costeros en España pueden verse amenazados y sufrir riesgos derivados del cambio climático».
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Esta amenaza significa que «la subida del nivel del mar potenciará los eventos extremos de inundación aumentando su intensidad y especialmente su frecuencia», según el informe 'Cambio climático en la costa española', financiado por el Ministerio de Agricultura y elaborado por el Instituto de Hidráulica ambiental de Cantabria. El estudio, denominado C3E, sostiene que si la tendencia de los últimos años se mantiene, «la inundación que antes ocurría una vez cada
cincuenta años por término medio, ocurrirá ahora más a menudo como consecuencia de la subida del nivel del mar y el cambio en la frecuencia y trayectoria de las tormentas».
Por suerte, el incremento de la intensidad de los eventos de inundación no es muy elevado, pero no puede decirse lo mismo de su frecuencia. La posibilidad de que se repitan desastres como el que asoló la costa cantábrica el año pasado será cada vez mayor. «En Bilbao, la cota de inundación de 3,85 metros pasará de ocurrir una vez cada cincuenta años, por término medio, a ocurrir una vez cada quince años en 2040, es decir, será mucho más probable alcanzar esa cota de inundación», advierte el informe.
Medidas de adaptación
El País Vasco tiene 256 kilómetros de costa y 396 de aguas interiores. En Gipuzkoa, cerca del 40% de sus habitantes reside en municipios costeros y mira directamente al mar. Lo que ven es el Golfo de Vizcaya, cuya reducida extensión entre sus márgenes cantábrica y francesa no posibilita la existencia de grandes olas del noreste en las costas cantábricas. Como contrapartida, las dimensiones del océano Atlántico entre el Cantábrico y Terranova, sumadas a la dirección de los vientos dominantes del noroeste generados por las borrascas noratlánticas, dan lugar a los oleajes de gran intensidad que azotan las costas de Galicia y el Cantábrico. Este es el paisaje que admiran los guipuzcoanos de la costa cuando observan el horizonte. Y el futuro que les aguarda.
El informe plantea tres escenarios en los que en 2100 el nivel medio del mar global habrá subido 50 u 85 centímetros y dos metros, y un cuarto en el que se extrapola lo que ocurrirá en 2040 si se mantiene la tendencia histórica del clima. Los impactos y consecuencias producidas por el cambio climático ante cualquiera de estas cuatro posibilidades pueden reducirse mediante la introducción de medidas de adaptación, aunque sus costes, según el estudio, «dependerán enormemente de la fachada costera, las opciones consideradas, del momento de su implementación y del daño residual que se asuma aceptable».
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La artificialización desmesurada de la costa en las últimas décadas ha desencadenado su erosión en numerosas zonas. Las estructuras como diques, espigones o paseos marítimos y el desarrollo urbanístico sobre complejos dunares que impiden el movimiento del sedimento a lo largo de la línea de costa o simplemente cortan el transporte de sedimentos, han dado lugar a procesos erosivos acelerados como los que ocurren en la costa de Rota, al noroeste de Cádiz o en numerosas playas del Levante y la Costa del Sol.
Si no se hace nada, en 2040 la línea de costa habrá retrocedido tres metros en el litoral cantábrico, Galicia y el norte de las islas Canarias, y en casi toda la fachada cantábrica los efectos de la erosión habrán aumentado cerca del 20%. En el Cantábrico, sostiene el informe, «las pérdidas económicas asociadas a los servicios ambientales prestados por los ecosistemas costeros en ausencia de medidas de adaptación, varían entre el 0,01 y el 0,12 % del PIB provincial del 2008. Cantabria, Coruña y Gipuzkoa son, en este orden, las más afectadas tanto ante inundación permanente -la causada por la subida continuada del nivel del mar- como ante eventos extremos».
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El C3E analiza los principales impactos sobre las obras portuarias, que hacen referencia a la pérdida de operatividad (tiempo que un puerto dispone para llevar a cabo sus operaciones de entrada de buques, carga y descarga de mercancías) y a la pérdida de fiabilidad (condiciones de diseño) de las estructuras. En el estudio, la pérdida de operatividad está relacionada con el aumento de altura de ola en la bocana (lo que empeora las condiciones de navegabilidad en el acceso al puerto), mientras que la pérdida de fiabilidad puede ser debida al aumento del nivel del mar o a la mayor intensidad de los oleajes.
Infraestructuras
Según el informe, «el aumento del nivel del mar producirá una reducción general en el número de horas disponibles para realizar las operaciones en todos los puertos de España». Asimismo, la previsión de los cambios en el oleaje observados hasta el momento «hacen previsible que en 2040 se haya producido una reducción de la operatividad en los puertos del Cantábrico, sureste de las Islas Canarias y norte de Mallorca, y un aumento de la misma en los puertos del Mediterráneo, si no se toman medidas de adaptación». En cuanto a la fiabilidad de las estructuras, el aumento del nivel del mar reducirá la fiabilidad de la mayor parte de las obras marítimas de los puertos de España».
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El horizonte de 2100 es algo más complicado, ya que para esa fecha los citados impactos negativos por aumento del nivel medio del mar, «se verán potenciados para cualquier proyección de aumento del nivel del mar considerada en todos los puertos españoles o infraestructuras localizadas en la costa (energía, transporte, abastecimiento o saneamiento) requiriendo la introducción de medidas de adaptación durante las próximas décadas».
Si se mantiene la actual tendencia, en el año 2040 las personas afectadas por inundación permanente estarán en torno al 2-3% de la población total de Gipuzkoa, Coruña y Cantabria (respecto a la de 2008). En los tres escenarios previstos para 2100, Cantabria y Gipuzkoa serían las zonas con mayor población expuesta.
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