«¿Por qué tanto silencio institucional?»

El coordinador del observatorio Ikusgune de Álava, Amets Martínez de Heredita, advierte de que «todas las violencias tienen que ser tratadas», en referencia a las críticas iniciales por la escasa repercusión del caso en algunos ámbitos comparada con episodios de maltrato a mujeres. «No podemos entrar en las Olimpiadas de la opresión, a ver cuál tiene más o menos cobertura».

Borja Muñoz Arrastia, miembro de Egham, critica que se criminalicen «ciertas formas de ligar» en las webs de citas y aprecia «sexofobia». «Suena a que la violaron porque llevaba escote. Ligar en una taberna o abrirle la puerta al cartero también es peligroso», apunta. Martínez de Heredita coincide en el riesgo de que se caiga en «invadir o juzgar la vida de las víctimas o en hacer juicios de valor sobre prácticas adecuadas o no». «Las aplicaciones son espacios tan seguros o inseguros como el resto. Son parte del sistema, de esta sociedad. También se dan palizas a plena luz del día».

No obstante, en Ikusgune publicaron una serie de recomendaciones para redoblar la prudencia cuando se utilicen estas redes de contactos y que han tenido gran repercusión. Aconsejan «quedar en un sitio neutro, en lugar de en casa, no dar nunca la dirección, no dejar objetos de valor a la vista, no decir si vives solo o sola, advertirle a un amigo o vecino que vas a quedar con alguien y avisarle cuando termines». Consejos que podrían generalizarse a cualquier relación incipiente. Borja Muñoz prefiere que se incida en que «la individualización de las personas les hace más susceptibles de ser atacadas por no tener redes afectivas en las que protegerse».

Los representantes de Ikusgune y Egham denuncian además el «silencio generalizado» por parte de las instituciones. Solo el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, habló de «calma tensa», confirmó que los servicios centrales de la Ertzaintza estaban investigando el caso y pidió no generar «alarma» en la ciudadanía. Hasta que el viernes por la tarde el vicelehendakari, Josu Erkoreka, convocó una rueda de prensa, esto es, ocho días después de que trascendieran los casos, ningún otro cargo institucional se había pronunciado al respecto.

Lala Mujika, directora de servicios para gais, lesbianas y transgéneros Aldarte, sostiene que las aplicaciones son para muchos homosexuales «la única forma de ligar» porque los bares de ambiente casi han desaparecido en Bilbao. «Hemos perdido la presencialidad, la calle», por lo que anima a que «se creen espacios alternativos de socialización». Mujika ha visto «actos de violencia y mucho maltrato» en este tipo de webs, que afecta mucho «desde el punto de vista psicológico y anímico». Y afirma que muchos ataques «no se denuncian porque las víctimas viven en el secreto». Aldarte anima a participar en la manifestación convocada en Bilbao para el martes 17 con motivo del día internacional contra la LGTBI+fobia.

Rubén López, activista y miembro del observatorio de delitos de odio del colectivo LGTBI+ de Madrid, se confiesa «impresionado». «¿De verdad hay tantas posibles muertes y nadie sospechó nada? ¿Nadie se ha preocupado? ¿A las instituciones no les preocupaban los gais de 40, 50 o 60 años que quedan en Wapo?», se preguntaba días antes de la detención del sospechoso.

Justo ayer por la tarde, la ministra de Igualdad, Irene Montero, publicó un mensaje en sus redes sociales sobre el caso de Bilbao. «Los espacios digitales deben ser seguros para las personas LGTBI. Seguimos de cerca desde el principio la investigación de los hombres asesinados en Bilbao, cuyo presunto asesino entra en prisión provisional. Todo nuestro apoyo a sus seres queridos».