«Me siento engañado y utilizado», declara el compañero del 'ertzaina-narco'
«Me siento engañado y utilizado. La relación fuera del trabajo y la confianza fueron intensas. Tanto a mí como a mi familia nos ha ... supuesto un gran desgaste emocional». El compañero del 'ertzaina-narco' -al que decomisaron 55 kilos de cocaína en su casa de Galdakao- declaró ayer en la segunda y última sesión del juicio por tráfico de drogas y revelación de secretos que se ha celebrado en la Audiencia vizcaína. En su turno de última palabra aseguró que «sólo realicé mi trabajo intentando prevenir un delito con los medios que ponen a mi alcance». El policía, al que la Fiscalía pide una multa de doce meses con una cuota de seis euros diarios, alega que «nunca sospechó» que cuando A.S., el principal acusado y al que consideraba su amigo, le pedía que mirara matrículas en la base de datos, era para facilitar la información a la organización criminal en la que ejercía de 'correo'.
En concreto, le pidió que hiciera 17 consultas, de las que tres se referían a placas policiales. Se trata de una práctica «habitual» entre los ertzainas. De hecho, el Departamento de Seguridad no le ha abierto expediente disciplinario alguno y sigue trabajando como 'irrati' en una comisaría vizcaína, Ambos coincidieron en Bergara a partir de 2013. A.S. llegó a ser su jefe y juntos crearon una peña del Athletic, por lo que se iban con las familias a pasar fines de semana.
La fiscal pide nueve años de prisión para A.S., que se acogió a su derecho a no declarar, y para su cómplice D.G., que sólo respondió a las preguntas de su abogado, a quienes el grupo de Drogas de la comisaría de Bilbao y la unidad de Asuntos Internos de la Ertzaintza, descubrieron descargando un supuesto alijo de cocaína e introduciéndolo en el domicilio del primero en Galdakao, en mayo de 2022.
Adicción sin sustancia
Las defensas de ambos reclaman su absolución al entender que la nulidad de las escuchas con un micro instalado en un banco realizadas por la Guardia Civil que destapó los indicios en su contra afectan también a este procedimiento por la doctrina del «árbol envenenado». La fiscal alegó que no se anularon ni las balizas ni las intervenciones telefónicas y que el «acervo probatorio» era amplio en su contra. «No era la única fuente de conocimiento y los indicios eran por conducta inadecuada. Además, Asuntos Internos ya tenía sospechas», dijo.
Por su parte, A.S. reclama en caso de ser condenado que le sea reconocida una eximente por ludopatía. Según un perito psicólogo, se trata de una «adicción sin sustancia, que le lleva a un juego compulsivo y compromete la capacidad volitiva».
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