Si eres de Bilbao, te ponen un pincho cofrade en la mesa
Puede que la Semana Santa pase de largo por segundo año consecutivo en Bilbao, pero la Taberna Plaza Nueva volverá a sacar sus bocados inspirados en las hermandades de la villa
Las tradiciones están para perpetuarlas, sobre todo cuando son extraordinarias. Si no fuera por esta maldita pandemia, ¿alguien se plantearía que nos iban a dejar sin nuestro mercado de Santo Tomás? Hay bastantes más. ¿Qué bilbaíno de pro se resiste a zamparse un bollo de mantequilla, más si es en la pastelería Don Manuel? ¿O quién se atreve a decir que no a una 'felipada' del bar Alameda? Pues eso, que encantados de vivir en un Bilbao que cuida y mima esos detalles que nos hace únicos y especiales.
En este grupo hay que incluir, por supuesto, a un clásico de la hostelería del Casco Viejo. Los Pinchos Cofrades de Taberna Plaza Nueva volverán en este todavía aciago 2021. Tras el vacío del pasado año y sin llegar a transformar su local «en el 'rincón cofrade' a que nos tienen acostumbrados», destaca Marino Montero, un personaje que ha hecho de Bilbao su pasión, la vieja tasca ha adornado su fachada, paredes y vitrinas con fotos, carteles, capirotes, medallas, estandartes, cornetas, clarines, gualdrapas, tambores… y demás motivos 'semana santeros'.
Situada en el número 9, esta taberna volverá a ofrecer en Semana Santa los singulares pintxos cofrades inspirados en las tonalidades de las indumentarias de las nueve hermandades que procesionan en la capital vizcaína. Los hermanos Jon y Txema De Miguel los recrean con diversos ingredientes, es el sello de la casa. Los realizarán de uno en uno «para recordar simbólicamente la necesidad sociosanitaria de guardar las distancias y evitar las aglomeraciones», subraya Montero. Por razones obvias, no se podrá contar con la presencia de la «cofradía invitada» de otra localidad, que desde el año 2012 venía incluyéndose. Jon Miguel, flamante Zarambolas de los Carnavales de Bilbao 2017 y Romero de Honor de Begoña del mismo año, sabe que las tradiciones están para cumplirse.
El año pasado invitaron a la Cofradía de la Flagelación de Jesús de Logroño y prepararon un hojaldre relleno de marisco y verdura, flambeado con brandi, metido en un saco cubierto con un baño de oro al vodka, con una galleta de remolacha deshidratada. No pudo ser. El coronavirus destrozó todos los planes.
Este año la Pasión volverá a pasar de largo, pero quienes puedan y quieran disfruten con sus pinchos cofrades y pongan el grito en el cielo desde la Taberna Plaza Nueva.