La Seguridad Social subasta la antigua clínica de Artxanda tras 37 años sin uso

El director provincial de la Tesorería de la Seguridad Social, Carmelo Rodríguez, explica que el gran cambio urbanístico que se ha dado en la antigua clínica es que «hasta ahora se consideraba su uso público, lo que limitaba mucho las opciones de venta». A partir de ahora, sin embargo, se le podrá dar un destino privado, lo que abre mucho el abanico. Eso sí, el concejal de Obras y Planificación Urbanística en el Ayuntamiento de Bilbao, Asier Abaunza, puntualiza que seguirá teniendo la calificación de equipamiento. Es decir, queda «vetado» para acoger una promoción de viviendas o un hotel, pero si podrá convertirse en otra clínica o en residencias para estudiantes o para personas mayores. Incluso se podrá destinar a usos socioculturales, deportivos o educativos.

Carmelo Rodríguez subraya que el pasado 1 de septiembre ya solicitó a la central en Madrid una tasación oficial de la propiedad para poder convocar la subasta. «Será complicado y tendremos que recurrir incluso al servicio de topografía, porque no se trata de valorar solo los tres edificios que componen la construcción (que ocupan unos 13.000 metros cuadrados), sino que también hay muchos terrenos», puntualiza. En cualquier caso, confía en que se agilicen al máximo todo los plazos para «vender cuanto antes, porque esa propiedad lleva demasiado tiempo inutilizada y solo genera gastos de luz, agua, IBI, e incluso de seguridad privada para evitar la entrada de vándalos a las instalaciones».

En cuanto a su posible precio de salida, el responsable de la Seguridad Social en Bizkaia admite que, «por ahora es una incógnita». «La última tasación en euros ascendió a 7,9 millones, pero entonces el edificio era recuperable con una reforma más o menos modesta; ahora está todo en muy mal estado y cualquier cosa que se haga exigirá una rehabilitación integral, cuando no el derribo total», apunta. Además, deberán determinar al detalle los lindes de la propiedad, «por lo que para valorarla bien precisaremos incluso de un servicio de topografía».

El Centro Intermutual Vizcaíno abrió sus puertas en marzo de 1976 y funcionó hasta finales de los años ochenta. Tras diversos problemas financieros, la Seguridad Social se lo quedó. Antes de ponerlo a subasta se lo cedió a la Diputación para abrir un centro para personas con discapacidad, pero el proyecto fracasó. Por eso en 2001 la Tesorería General convocó una puja para venderlo, pero nadie se presentó.

La parcela alberga dos construcciones. El edificio principal, de tres plantas, consta de zonas destinadas a habitaciones, quirófanos, comedores, cocina, lavandería y dependencias diversas, una pileta de hidroterapia y hasta un gimnasio. Unido a este edificio se ubica otro que albergó en su momento el centro para rehabilitación de los pacientes.