«El deseo no cumplido de ser madre puede derivar en obsesión y autojustificar un rapto»
La profesora de Psicología de la UPV Goretti Soroa asegura que una persona con un problema de salud mental «puede vivir una realidad distorsionada»
Miguel Ángel Mata
Sábado, 22 de octubre 2022, 07:56
Las razones que llevan a una persona a secuestrar un recién nacido pueden ser «muy diversas, desde un interés económico hasta factores de tipo psicológico». ... Tras conocerse que la secuestradora llevaba semanas fingiendo estar embarazada, todo apunta a que se trata de un deseo convertido en una obsesión. «Existen casos de mujeres en las que su deseo de ser madres es muy grande», explica la profesora de la facultad de Psicología de la UPV/EHU, Goretti Soroa.
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«La no consecución del deseo puede derivar en una experiencia de sufrimiento profundo o en obsesión, que puede verse agravada si la mujer tiene algún problema de salud mental como ansiedad, depresión o incluso una enfermedad mental grave». Es decir, «trastornos psicóticos». Aquí también pueden darse otras causas, como «la pérdida de un hijo».
Normalmente, las personas con rasgos sociopáticos, que actúan por un interés económico, «son plenamente conscientes de los actos y las consecuencias que dichos actos podrían tener». Sin embargo, «si hablamos de personas con otro tipo de problemas de salud mental, aun siendo conscientes del acto, seguramente podrán encontrar una justificación subjetiva a sus consecuencias», apunta Soroa.
«La raptora puede llegar a defender su actuación pensando que va a cuidar bien al bebé»
Goretti Soroa | Psicóloga
Se trataría de una «realidad distorsionada», donde la secuestradora «presentaría una visión desajustada de los acontecimientos y tendría dificultades para anticipar el daño que va a ocasionar a los demás con sus actos». Para prevenir este tipo de actuaciones, añade la psicóloga, «toda persona con problemas de salud mental debería recibir tratamiento psicológico por parte de un profesional que le pueda acompañar en la indagación de sus malestares más profundos».
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Secuelas en los padres
Respecto a las posibles secuelas que un acontecimiento de este tipo puede tener en los padres del bebé, Soroa explica que «puede que las imágenes de la situación traumática vuelvan a experimentarse una y otra vez, generando un intenso agotamiento emocional».
Por eso «recomendaría a la madre un acompañamiento por parte de una psicóloga perinatal, para poder narrar el relato de lo sucedido y después promover una buena vinculación con el bebé y establecer un apego seguro». Además, «teniendo en cuenta que este acontecimiento se ha dado en pleno postparto, un periodo tremendamente sensible en todos los niveles físicos y emocionales para la madre y el bebé, es fundamental que se respete la díada al máximo posible, cuidando sus necesidades básicas y no interfiriendo en su vínculo».
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