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Javier Galparsoro mira por la ventana en su despacho de abogados de Bilbao. Fernando Gómez
«Estamos saturados, necesitamos un albergue para refugiados en Bilbao»

«Estamos saturados, necesitamos un albergue para refugiados en Bilbao»

Galparsoro advierte de que la criminalización de los solicitantes de asilo se ha extendido a quienes les ayudan. «Cualquier día mi ONG será perseguida»

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Lunes, 2 de julio 2018, 01:15

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Los ocho primeros refugiados del 'Aquarius' que han llegado a Bilbao están en pisos de la Comisión de Ayuda al Refugiado en Euskadi. El presidente de CEAR, Javier Galparsoro, lleva en la entidad desde 1989, donde promovió la creación de su sede en Bilbao.

– Euskadi acoge bien a los inmigrantes y a los refugiados.

– Hay que tener en cuenta el porcentaje que tenemos, que no siempre coincide con la percepción ciudadana. Aquí no es mayor ni menor que en el resto de España. Todos somos muy receptivos porque tenemos una realidad. Si Euskadi fuera Tarifa, Fuerteventura o Ceuta, ¿cuál sería nuestra actitud? Es cierto que en esta sociedad hay cierta conciencia y sensibilidad, quizá por nuestra historia. Yo he visto gente encararse para defender a un mantero que sufría un abuso. De cualquier modo, el obispo sudafricano Desmond Tutu solía decir que «hay países claramente racistas, como el mío, y otros que no habéis tenido todavía la oportunidad de demostrarlo». No estamos vacunados. Hay que ser cautos.

– Quizá es que nos comparamos con la mayoría de países europeos, que están en el polo opuesto.

–Con pronunciamientos como el de Matteo Salvini. Un señor que dice en un tuit que se alegra de que España acoja el 'Aquarius' porque así no lo hace él. Un primer ministro –de Italia– que se felicita por la omisión de un deber.

–En pocas horas hemos pasado de acoger el 'Aquarius' a una negativa del Ministerio de Defensa para otro barco similar, el 'Lifeline'.

– A mí lo que está pasando me produce verdadero bochorno. La acogida del 'Aquarius' nos enorgullece pero ha supuesto un exceso porque no nos correspondía, porque otros habían hecho un defecto. ¿Cómo es posible que pase esto en la UE, donde todos los países somos firmantes de convenios internacionales de asilo desde 1951? Hay que felicitar al Gobierno de Sánchez por el 'Aquarius'. Salvini se ha atrevido a decir que el cargamento del 'Lifeline' es «carne humana».Le han invitado a subir para que vea si hay personas. Yo me despierto europeísta, a mediodía soy euroescéptico y, con estas cosas, me acuesto eurófobo.

–Y entretanto la cifra mundial de refugiados sigue creciendo.

–Son 68,6 millones de personas. Hace doce meses eran 65,5. Es ya uno de cada 110 habitantes del planeta. Y no llegan tantos. A Europa el año pasado fueron unos 700.000, a España unos 31.000 y a Euskadi 970. Al principio no son ni refugiados, solo son aspirantes a serlo.

–¿Por qué?

– Porque tienes que pedirlo y es un proceso muy laborioso. Y si lo consigues, debes superar una serie de fases. Tienes que aportar indicios de la persecución y, si traes una sentencia, debe estar traducida y compulsada. Piden pruebas a mujeres violadas. Si has sufrido un bombardeo, casi te piden la huella de la metralla. Nosotros defendemos que basta con indicios, pero la autoridad exige pruebas a gente que viaja de noche e indocumentada. En seis meses deberían tener el Estatuto de Refugiado. Y estamos tardando más de año y medio. Luego, a los 18 meses, dos de cada tres se quedan sin ningún tipo de protección.

– Ese es un momento en que se acaba el paraguas de CEAR, Cruz Roja y otras entidades y se les exige una oferta de trabajo de 12 meses.

–Sí, es un problema grave. Cuando eres menor, eres menor, pero con 18 años no cambias tanto. Mi hija tiene 19 años. Es mayor de edad pero no es autónoma. ¿Quién se emancipa con esa edad? ¿Por qué en los divorcios mantenemos obligaciones de cuidados y alimentos para los hijos mayores de 18 años? Hay mucha hipocresía. Es fuerte lo que voy a decir. Las autoridades preferirían que esta gente no saliera, si sale que no llegue, si llega que no pida ayudas, si pide que sea lo mínimo y en cuanto podamos, para su casa.

– ¿Por qué llegan tantos 'menas' (menores extranjeros no acompañados a Euskadi?

– Porque hacemos bien los deberes. ¿De quién es la culpa de que en La Rioja sólo haya uno? ¿Hacemos mal por cumplir las normativas? La solidaridad se debe compartir y repartir.

–¿Apoya esa política de cupos por comunidades que pidió el diputado general, Unai Rementeria?

–No sé si sería la solución. Yo sobre todo quiero que sigamos cumpliendo con nuestras obligaciones.

«Manos con grasa»

– Durante un tiempo algunos sectores criminalizaron la inmigración. ¿Les está pasando lo mismo a quienes ayudan a los refugiados?

–Sí. Yo soy un colaborador, tengo las manos manchadas de grasa. Cuando empieza la persecución contra quienes salvan a gente en el mar, hay que preguntarse si los siguientes seremos los que estamos en tierra. Yo soy de los que aconseja, de los que ayuda a estas personas a que entren y también a que se queden. Mi organización puede acabar cualquier día en el ojo del huracán. La compañera Elena Melano es un buen ejemplo o los bomberos sevillanos. La ley persigue a cualquiera que fomente la inmigración irregular, pero con una salvaguarda importante: «salvo que actúen por motivos humanitarios».

– Estos días se ha reproducido la llegada de pateras con gran intensidad.

–El día que llegaron los del 'Aquarius por el Mar de Alborán entraron el doble. Son cifras muy altas. Estamos en una sociedad donde las mercancías y los bienes circulan líbremente, pero las personas no. Vienen como pueden, de la única forma que existe. No sólo porque no hay embajadas en los países en conflicto, es que ni siquiera hay un visado para pedir asilo. Aquí puede venir un estudiante, un residente sin trabajar, un menor por agrupación familiar, por enfermedad, inversores que paguen una propiedad de más de 500.000 euros.Pero no hay ningún visado para los refugiados. En España el reglamento lleva ocho años pendiente de aprobarse. Pon una patera o una mafia en Zarautz, nadie pagaría. La clave es la necesidad. Eso es lo que precede a todo lo demás.

– Dicen que, cuando se negocian caladeros de pesca, Marruecos relaja el control para presionar.

–Parece que Marruecos está mirando para otro lado. Es un vecino difícil. Creo que han levantado el pie del acelerador. Ahí están las cifras. Por cierto, aprovecho para pedir el fin de las devoluciones en caliente.

– Le tengo que preguntar por las llegadas a Termibus y el caso de descoordinación en San Sebastián.

–En esos casos se encargó Cruz Roja y no tengo información. A nosotros no han venido para pedir protección.

–Sus recursos estarán a tope.

– Todos. Tenemos 30 pisos en Euskadi, todos están llenos. Hay gente en la calle. Si hay una emergencia, no quiero ni pensarlo. Pedimos la creación de un albergue público para refugiados en Bilbao. Es importante.

–¿Cuántas plazas harían falta?

–Entre 60 y 100 plazas.

– Un sindicato policial aseguró que en el Puerto de Bilbao, con los polizones, corríamos el peligro de convertirnos en un nuevo Calais.

–Es impensable porque en Calais acabó habiendo unas 15.000 personas a la espera de saltar a Reino Unido. Lo que vemos es que estos albaneses no tienen otra alternativa. El Gobierno de Reino Unido impide incluso las reorganizaciones familiares.

– Salvini, Trump... ¿No son solo el reflejo de un mal mayor que aqueja a buena parte de la sociedad?

–Claro. 58 millones de votantes tiene Trump. Remo contracorriente. Sé que defiendo algo minoritario. A menudo no me entienden mis amigos y parte de mi familia. Pero soy consecuente con mis ideas.

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