Una ruta por las terrazas de azotea más 'cool' de Bilbao
Es un lujo ascender hasta el del The Artist y pegarse un buen trago con vistas al Guggenheim
Luis Gomez
Sábado, 21 de junio 2025, 16:33
Me apasiona el verano por muchas razones. Me encanta el calor, los días de playa (me quedan horas para zambullirme en las azules aguas de ... Formentera) y por las terrazas. Me quedaría a vivir en cualquier velador 'cool'. Perdón, si uno quiere ir de moderno, evite pronunciar las palabras terraza, velador o azotea, o lo pagará caro.
Ahora se llaman azotea. Y en Bilbao andamos sobrados de tejados. Tenemos un buen ramillete para elegir. Es un lujo, por ejemplo, ascender hasta el del The Artist y pegarse un buen trago con vistas al Guggenheim. La última vez que subí con una colega nos tomamos dos gin tónics cada uno. Me supieron a gloria. Normal que el mismísimo Frank Ghery reconociera que tuviera que agarrarse a la barandilla cuando subió al tejado del hotel al ver su propia obra.
Nos quedamos con las ganas de añadir al tardeo un picoteo para ir abriendo boca. Al lado había unos ingleses comiendo unos huevos fritos con caviar. Hubiese preferido unas zamburiñas a la vinagreta con limón y emulsión de codium o una hamburguesa Black Angus, con Idiazabal, bacon, tomate y cebolla de Zalla. Tenía una pinta bárbara, pero ya habíamos reservado la cena en otros restaurante.
Bloody Mary con jugo de tomate
Al tejado del Yandiola de Ricardo Pérez siempre hay motivos para volver. Este verano ha estrenado nueva imagen. Suena buena música a casi todas las horas y es difícil prescindir de los cócteles que preparan. Qué bien sientan los Bloody Mary, con jugo de tomate, y el Goodfather de Jack Daniels. No es un espacio cualquiera.
Ha sido premiada como «la mejor terraza de Bilbao», reconocida con el premio Solete de la Guía Repsol, presume Pérez. Además de una amplia selección en destilados. siempre se puede picar algo a cualquier hora del día y de la noche. No se pierdan el Steak Tartar «hecho al momento».
Mucho famoso en el Ercilla
Atrévanse y asciendan al decimotercer piso del Hotel Ercilla. Solo un problema: tiene tanto empuje que muchas veces te quedas con las ganas de entrar, o sea fuera, porque está a tope. El éxito persigue a 'Le Club Rooftop', donde hay que reservar. Es una de las más pijas. No descarten encontrarse al mismo Froilán acompañado de alguno de sus amigos toreros, caso de Morante de la Puebla.
A veces, parece que estás en Marbella por la cantidad de famosos por metro cuadrado. Los selfis son la marca de la casa y muchos clientes se hacen fotos con las letras, bien grandes, de 'Ercilla'.
En el Radisson de la Gran Vía se percibe y hasta huele la tranquilidad. Su terraza 'NKO Rooftop', cómo no, invita entre sombras a dejar pasar el tiempo. Poblada de gente joven, uno solo juega con el riesgo del tiempo. Si cae alguna gota, los clientes toman las de Villadiego. Pero si el tiempo respeta, no tiene precio.
La presencia de gente guapa y moderna es constante mientras los carros de ostras y nigiris corren que se las pelan. Se percibe un ambiente de alto poder adquisitivo. Como en casi todas las demás porque los precios, por desgracia, son su fuerte. También en El Dike 1 y El Cargadero de Bilbao, aunque haya que llegar hasta Olabeaga. Las puestas de sol son imponentes. Lástima que encontrar aparcamiento cueste tanto. Otras, simplemente, es imposible.
Sobre tarimas flotantes. los tejados nacieron para ver y ser vistos. Para vivir de la postura. Es la feria de las vanidades donde todo está permitido. Aunque no sea la norma general, de vez en cuando se oye (y se acepta) hasta reguetón. ¡Viva el paraíso de las terrazas! Perdón, el de los 'tejados'.
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