Los vecinos denuncian los «malos humos» de Sader, que producen «hedor y picores de garganta» EL CORREO

El retraso de la desaparición de una fábrica en Zorroza indigna a los vecinos: «Nuestra salud no puede esperar otros cuatro años»

Piden más esfuerzos para que Sader, la última empresa «contaminante» en este barrio de Bilbao, que iba a salir de los tinglados portuarios en 2018, se marche ya y que se mida la calidad del aire

Miércoles, 22 de febrero 2023, 16:07

El equipo de Gobierno de Bilbao, que conforman concejales del PNV y PSE, sacará adelante en el Pleno de este jueves una enmienda a una propuesta de Elkarrekin Bilbao que pedía el traslado urgente del barrio de Zorroza de la fábrica Sader, Sociedad Anónima de Descontaminación y Eliminación de Residuos, (ahora dividida en Sader y Profersa). En ella, los grupos pedirán licitar durante este mandato los trabajos de ordenación pormenorizada de Punta Zorroza. La mudanza de la factoría, que se iba a hacer efectiva en 2018, está paralizada porque el plan no avanzaba. En declaraciones a Radio Bilbao, el alcalde Juan Mari Aburto, ha explicado que se le dará el visto bueno de forma inicial en mayo y que «una vez se apruebe (de forma definitiva), las empresas tendrán dos años para salir. Esto deberá ocurrir hacia finales del mandato que viene», es decir, en 2027. Aun así, ha explicado que la mudanza podría concretarse con antelación. «Hemos trabajado con ambas empresas para ver si esto se puede producir cuanto antes».

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Los vecinos de Zorroza piden que se hagan esfuerzos porque no quieren esperar otros «tres o cuatro años más» y aseguran que Sader amenaza el desarrollo del barrio -ocupa los terrenos donde se colocará la pasarela hacia Zorrozaurre- y también de la isla. «Los que compren los pisos no saben lo que van a tener delante, pero lo van a oler», ha apuntado Fernando Ramos, de la asociación vecinal de Zorroza. La entidad está pensando en reiniciar las movilizaciones contra la fábrica. El Ayuntamiento firmó con la empresa un convenio por el que ésta se comprometió a abandonar la ciudad dos años después de la aprobación del plan a cambio de una cantidad económica. Y el plan se ha ido retrasando, entre otras cosas, por las discrepancias a la hora de afrontar la financiación del soterramiento de la vías de Renfe.

«Es el día de la marmota»

«No podemos seguir esperando otros tres o cuatro años, es un tema de salud pública. Es el día de la marmota. No vemos la necesidad de darles ese plazo de dos años para irse, lo que pasa es que no les quiere nadie. Queremos que lo agilicen, que lleguen a un acuerdo porque para la salud del barrio es imprescindible».

Los malos olores, aseguran, afectan también a los vecinos de Elorrieta, San Ignacio, las torres de Basurto, Olabeaga y Zorrozaurre en función del viento. Además de hedor, los humos producen «picazón de garganta» y llevan años solicitando informes epidemiológicos concretos que no les suministran. Además, denuncian que las instalaciones ocupan terrenos públicos, adquiridos por el Ayuntamiento al Puerto hace dos años. También desconocen qué es lo que hay en el interior de las instalaciones. «Vienen camiones belgas, alemanes y franceses, y no sabemos con qué productos, ni nos responden. Tampoco hay ningún plan de evacuación».

«Gaseados»

«Tenemos una planta de tratamiento de residuos peligrosos en medio de la ciudad, tal y como aparece en la propia web de la empresa. Muy expuesta a los vientos y en medio de los hospitales de Cruces y de Basurto. Todas las noches huele a gas, pero aunque emitas por las noches porque menos gente se da cuenta, las partículas permanecen días en el ambiente. En verano, el hedor es horroroso», ha señalado Lucía Ortiz, dede la Asociación El Canal de San Ignacio, que reclama medidores de la calidad del aire, que desaparecieron de la zona. Piden al menos dos en los barrios más afectados, Zorroza y San Ignacio, porque es «inédito» que el más cercano esté a 2,5 kilómetros, en el embarcadero de Erandio, «algo inédito» y aun así ofrece, por las mañanas, «indicaciones de aire enfermo». Creen que la fábrica tardará aún cinco o seis años en desaparecer. Por eso quieren que se vigilen las emisiones y se realicen las medidas correctoras necesarias.

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La asociación reivindica «el derecho a la salud, previsto en la Constitución, y el derecho a no sentirnos gaseados. Queremos que se impida lo que se está emitiendo, por el coste que está teniendo en nuestra salud, la de los menores y todos los mayores de la ciudad. Y no es una cuestión solo de Zorroza, es de toda la ciudad. La gente ya no sabe a lo que huele Bilbao».

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