Los restos del desplome que «no son peligrosos» se trasladan a la antigua salida de la AP-8 en Ermua
Los operarios descartan que haya material nocivo entre la tierra y las rocas que cubren la autopista, aunque un laboratorio analiza las muestras de terreno
Tras el derrumbe acaecido en el vertedero de Zaldibar el pasado jueves, dos fueron las labores que se iniciaron con celeridad. La primera, la búsqueda ... de los dos trabajadores desaparecidos que se encontraban en las instalaciones de Verter Recycling en ese momento. Y la segunda, los trabajos de limpieza de los escombros y troncos caídos sobre la AP-8 a la altura del kilómetro 75, que durante varias horas dejó cortada la vía en ambas direcciones.
Los trabajos realizados durante la tarde-noche del jueves y la madrugada del viernes permitieron limpiar los carriles dirección Bilbao y abrir un 'bypass' entre los kilómetros 74 y 79 que está permitiendo una circulación relativamente fluida. El día de la avalancha miles de conductores se quedaron atrapados en esta comarca, que registra un elevado tráfico, superior a 23.000 vehículos diarios solo en la autopista. Sobre este vial y la N-634 cayeron aproximadamente 4.000 metros cúbicos de rocas, tierra y árboles arrastrados por el desprendimiento.
Ahora mismo, el objetivo en esta zona del desastre es tratar de retirar cuanto antes las toneladas de que siguen sepultado los otros dos carriles de la AP-8 . Esa es la intención de Interbiak -empresa que gestiona las carreteras en Bizkaia- y en ello se están afanando los operarios que trabajan sobre el terreno, que han visto también muy alterada su labor por la presencia del amianto en el vertedero. Aun así, en las horas que ha sido posible trabajar, las labores se han hecho a marchas forzadas y una de las explicaciones radica en que el material que está siendo retirado se deposita «a apenas 500 metros» de la zona en la que se produjo el alud.
Los camiones dejan la carga de escombros en la parte derecha de la vía, próxima a la antigua salida de la AP-8 en Ermua. En el arranque del proceso, los escombros se estaban trasladando a una cantera abandonada, pero ahora, y en busca de aumentar la velocidad, se lleva a ese nuevo espacio habilitado junto a la calzada. Luego quedará decidir dónde se almacenan definitivamente todos los restos materiales.
Eso sí, esos escombros no presentan ningún riesgo para la salud y están catalogados como «no peligrosos». Así lo destacan los trabajadores que están haciéndose cargo de las labores de retirada. «Nos han pedido que por precaución tomemos todas las medidas protocolarias por la posible presencia de amianto, pero esos residuos peligrosos no han caído ladera abajo y lo que estamos retirando y depositando a 500 metros no contiene asbesto», tranquiliza Luis del Olmo, responsable de prevención de Grupo Moyua.
Hoy retoman la labor
Si las condiciones lo permiten, las excavadoras continuarán hoy con la labor de retirada de las tierras que quedaron depositadas en la autopista. Al pie de esta lengua de la avalancha descansaban ayer aparcados media docena de camiones que llevan los escombros de la 'zona cero' hasta el nuevo lugar de depósito.
Continuarán con los trabajos hasta que los equipos de seguridad lo permitan. De hecho, cuentan con iluminación artificial en caso de que se pueda también trabajar sobre el terreno por la noche y se confía en no encontrar, en ningún caso, huella del amianto. Para comprobar que su percepción es la acertada, se ha enviado parte de la tierra recogida a un laboratorio que mañana emitirá los resultados que detecten o no presencia de este material nocivo sobre la AP-8.
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