Rementeria se abre a financiar el soterramiento del TAV en Abando, pero lo decidirá el año próximo
Antes de tomar la resolución definitiva «hay que conocer el proyecto constructivo al detalle», dice el diputado general
La Diputación de Bizkaia parece estar moviendo algo el timón. Hasta ahora, el soterramiento del TAV en Abando no era su guerra. Ni ... se planteaba entrar a financiar esta obra fundamental para Bilbao que costará 767 millones de euros. Pero algo está cambiando y las cosas ya no están tan claras. «Antes de tomar una decisión hay que conocer el proyecto constructivo al detalle, que calculo tendremos a finales del próximo año», dijo ayer el diputado general, Unai Rementeria. «Hasta entonces no vamos a tomar ninguna decisión», avanzó a este periódico.
De ese modo, ahora hay una puerta abierta donde antes no había ni puerta. Una circunstancia que se produce un día después de que el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, animase a la Diputación a repensar su tradicional negativa e involucrarse en la obra. Al fin y al cabo, cuantas más partes se impliquen, a menos dinero tocarán. De momento, el Gobierno central se ha comprometido a asumir la mitad del precio, y la otra mitad la afrontarán las administraciones vascas. En concreto, el Ejecutivo de Lakua y el Ayuntamiento de Bilbao, en porcentajes por determinar. Ambas instituciones llevan mucho tiempo haciendo votos por contar con la complicidad de la entidad foral. Íntimamente, siempre han confiado en que acabaría llegando.
«La Diputación está con los proyectos que ayudan a hacer un territorio mejor»
«Este no es un proyecto de Bilbao, es un proyecto de país, de territorio, que va a mejorar la conectividad no sólo de la ciudad, sino del entorno», argumentaba Aburto el miércoles para animar a Rementeria. «Es un proyecto por el que merece la pena apostar» y en el que, además, tendrán cabida los vehículos de Bizkaibus.
En un primer momento, desde la Diputación habían rechazado valorar el nuevo y sutil emplazamiento del alcalde de Bilbao. Pero ayer Rementeria entró al trapo. Incluso pareció preparar el terreno para una futura consolidación del cambio de postura: «La Diputación de Bizkaia está con los proyectos que ayuden a hacer un territorio mejor», proclamó. Incluso dio ejemplos al recordar que «hemos sido un agente clave en la transformación de Bilbao: con el metro, con el Guggenheim, con el Euskalduna o con el nuevo San Mamés. Y seguimos comprometidos con Bilbao con un 'proyectazo' como el centro internacional de la Torre Bizkaia o con el Nagusi Intelligence Center». ¿Y el soterramiento del TAV en Abando? ¿Será otro eslabón en la cadena? «Cuando toque decidir, decidiremos».
Hasta ahora, en la entidad foral ni se planteaba poner dinero en la operación, que costará 767 millones
El momento decisivo
Lo que pasa ahora es que el proyecto ya no es ciencia ficción. Aunque con décadas de retraso, parece que va en serio. El pasado martes, al fin, el Ministerio de Fomento aprobó el estudio informativo de la obra, lo que le da bastante credibilidad. Es cierto que en los tiempos que corren nada está blindado hasta que se termina o, al menos, hasta que todo el dinero está encima de la mesa. Pero después de tantos desengaños, tener unos cuantos papeles firmados es ilusionante.
En principio, el plan más ambicioso, y quizás poco realista, es que la alta velocidad llegue a Bilbao en 2023. Si ocurre en 2024, ni tan mal. Y luego, las obras de urbanización de la losa sobre las vías se prolongarán hasta 2030, cuando el centro de la ciudad será casi irreconocible.
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