Refuerzan las ayudas a los apicultores para compensar el avance de la avispa asiática
La Diputación distribuye 80.000 euros entre 152 profesionales vizcaínos para mejorar su producción y la comercialización de sus productos
Los apicultores llevan años enfrentándose a un enemigo que recaló por primera vez en Bizkaia en 2012 y que desde entonces no ha dejado de ... suponer un problema: la avispa asiática. Consciente de que la 'Vespa velutina' «ha llegado para quedarse», la Diputación ha articulado en los últimos ejercicios medidas para compensar al sector ante la proliferación de esta especie invasora. Entre ellas, las subvenciones cofinanciadas por el Fondo Europeo Agrícola de Garantía (FEAGA) con las que busca mejorar la producción de estos profesionales y la comercialización de sus productos.
El último reparto de ayudas se acaba de producir, esta vez por valor de 80.000 euros. Un total de 152 apicultores se han beneficiado de un montante al que únicamente han podido acceder los profesionales con más de 150 colmenas y las asociaciones sectoriales de personas dedicadas a esta actividad productiva.
Detrás de esta medida se esconde el interés de la institución foral por impulsar un sector considerado como «uno de los mejores modelos de producción sostenible», en palabras de la diputada de Sostenibilidad y Medio Natural, Elena Unzueta. «Porque resulta totalmente respetuoso con el medio ambiente y por la aportación que hacen las abejas a la polinización y, por tanto, al mantenimiento de la biodiversidad», abundó.
Con estas subvenciones, concedidas en régimen de concurrencia competitiva, se financia la prestación de información y asistencia técnica a los interesados, la adopción de medidas contra la varroasis, un ácaro que afecta a las abejas, así como la realización de análisis de laboratorio para conocer las características fisicoquímicas de la miel.
A expensas del tiempo
Para Juan Mari Arriolabengoa, que mantiene un centenar de colmenas en el valle alavés de Aramaio, toda ayuda institucional es bienvenida. No sólo por la presencia de la 'velutina', con la que ha aprendido «a convivir» y a la que como tantos otros planta cara con trampas para cazar a la reina en primavera y otoño. La climatología, advierte, también resulta crucial para conseguir una buena cosecha.
El año pasado, lamenta, fue «un desastre» y la producción, «residual». «No sacamos más de 100 ó 150 kilos de miel en total», señala Arriolabengoa, que no practica la trashumancia. «Si mueves las colmenas puedes sacar más», admite. «Yo no lo hago. Por eso lo normal para mí serían 10 ó 15 kilos por colmena», apunta. El apicultor confía en que este año las cosas vayan mejor. «Llevamos quince días con bastante luz», concluye.
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