«Queremos que esa enfermera no vuelva a estar cerca de nuestros hijos»
Comienzan a declarar en el Juzgado las 42 familias de Santurtzi que se han unido para denunciar a la sanitaria que supuestamente simulaba vacunar a los menores
Las familias afectadas por la enfermera de Santurtzi que supuestamente simulaba vacunar a sus hijos han comenzado hoy a declarar en los juzgados de Barakaldo. ... Han prestado su testimonio en el marco de la investigación abierta contra estaa profesional sanitaria del centro de salud de Kabiezes. Le acusan de «falsificación documental» por anotar vacunas no inoculadas en su historia clínica, de «malversación de caudales» por desperdiciar los sueros y de un delito contra la salud pública». También piden su inhabilitación.
Esta mañana han declarado varias de las 42 familias de Santurtzi que se han unido para denunciar a la enfermera pediátrica. El resto de afectados ofrecerán su testimonio en las próximas semanas. También está previsto que declare la acusada. «Lo que queremos es que no ejerza más en este tipo de profesión y que no esté cerca de ningún niño», ha explicado Jon Ander Ibeas.
Goizalde, otra de las madres afectadas, ha aportado al juzgado la cartilla de vacunación que firmó la enfermera. También ha entregado al juez las comunicaciones posteriores de Osakidetza en las que, una vez abierta la investigación interna, les advertían de que las pruebas serológicas no habían detectado la presencia de anticuerpos en su bebé.
«Las vacunas sobran»
La investigación arrancó después de que varias familias presentasen una serie de quejas en las que trasladaban el extraño comportamiento de la sanitaria. Según explican los progenitores, esta mujer hacía el gesto de la vacunación de forma «muy rápida» y, aunque pinchaba a los niños -lloraban y «les quedaba la marca»-, arrojaba luego de forma precipitada la jeringuilla a la basura. También les hacía comentarios extraños.
Tras recibir varias denuncias contra esta misma trabajadora, Osakidetza realizó una serie de pruebas serológicas a los niños. En una primera fase, las analíticas se centraron en la vacuna de la triple vírica, la que protege frente a los virus de la rubéola, el sarampión y la parotiditis. Los resultados de las muestras efectuadas en Cruces a aquellos primeros críos no detectaron presencia de anticuerpos frente a estos patógenos.
Ante estos hechos Salud apartó a la enfermera del servicio, le abrió un expediente informativo y amplió la investigación primero a medio centenar de niños y, al ver que estos resultados se repetían y que «la mayor parte no presentaba una correcta inmunización», la extendió a los 400 incluidos en el cupo de esta sanitaria. Todos ellos eran vecinos de Kabiezes. Muchos de ellos tuvieron que ser vacunados.
En una conversación con EL CORREO, Maribel, la enfermera expedientada, negó que no les vacunase. «Les puse lo que tenía que ponerles», aseguró, y precisó que sólo había tenido problemas con un puñado de familias a las que no les gustaban las cosas que ella les decía durante las consultas en relación a los alimentos y los tratamientos «naturales». Sin embargo, no tardó en mostrarse abiertamente en contra de las vacunas. «Sobran. Somos seres perfectos. Tenemos un sistema inmunológico perfecto. No podemos ver el mundo que nos rodea como algo hostil ni tomar decisiones basadas en el miedo».
.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión