Problemas de gestión abocan al cierre de la discoteca Premier
El dueño del edificio confía en alquilar de nuevo la sala de fiestas y apunta a que su futuro pasa por la celebración «de música en directo»
Un viaje de ida y vuelta. El ocio nocturno bilbaíno vive instalado en una especie de montaña rusa, de tal manera que discotecas que parecía ... que iban a comerse la noche han acabado estrelladas y abocadas al cierre. Es el caso de la Premier de Zorrozaurre. Tras 13 años funcionando con el nombre de Mao Mao Beach, puso fin en 2018 a una etapa salpicada de incidentes y conflictos vecinales, que desaparecieron cuando reabrió de la mano de los hermanos Irantzu y Javier Granados. La popular sala de fiestas prescindió de las camareras que servían copas en bikini bajo una estética plagada de palmeras de pega y con la difusión de música de corte comercial. «Tenemos mogollón de gente y a partir de Halloween va a ser increíble porque es cuando comienza de verdad la temporada», aseguraba a este periódico Irantzu hace casi dos años. Sin embargo, el negocio se fue desinflando poco a poco hasta dar con la clausura de la sala de fiestas.
Con un aforo de 960 personas, es la cuarta mayor discoteca del País Vasco, por detrás de Santana 27, en Bolueta, Concept Club (antigua Non Stop de Lemoa) y la Sonora de Erandio. Propiedad del empresario David Gallardo, que ganó popularidad tras su paso por la quinta edición de Gran Hermano, lleva semanas cerrada.
Ha corrido la misma suerte que la Mytho, de Bolueta, a la que pretende rescatar ahora el CEO de Last Tour, Alfonso Santiago, o la sala Crystal, otro clásico de nuevo en funcionamiento. Problemas en la gestión del establecimiento han precipitado el cese de la actividad de la Premier, una sala que ha pagado caro su emplazamiento, encajonada en un callejón de Zorrozaurre y sin el metro al lado.
La sala de Zorrozaurre confió su éxito a la música comercial «pero hoy se necesita ofrecer algo distinto»
En el sector existe la convicción de que ninguna discoteca de la periferia puede tirar para adelante sin disponer cerca de una parada del suburbano para poder acercar a los clientes. Gallardo admite que las dificultades «son mayores» para los locales de grandes aforos. Budha o Moma, discotecas situadas en el centro de la ciudad, están en otra escala y apenas alcanzan las 400 localidades, por lo que les resulta más fácil llenar sus instalaciones. No obstante, Gallardo está convencido que la Premier reabrirá de nuevo en breve. Las negociaciones con los futuros gestores estarían, a su juicio, bastante avanzadas. También tiene claro que el futuro del local pasa por la celebración de conciertos y música en directo, «ya sea electrónica o salsa».
Cambiar las estructuras
Los nuevos hábitos han cambiado de forma radical las costumbres de los jóvenes. El tardeo se impone entre la población más madura, pero también entre los clientes de menor edad. «Ha variado todo. Ya no se estila lo de estirar los horarios hasta altas horas de la madrugada. Hay que ofrecer algo distinto y cambiar las estructuras. Los jóvenes de hoy en día ya no salen tanto y se cuidan más», explica Gallardo.
Diego Maestre, uno de los socios de la Sonora, de Erandio, situada «a cuatro metros y 38 centímetros del metro», asume que la pervivencia de las grandes discotecas vizcaínas pasa en estos momentos por la organización de programaciones «potentes» y la actuación de artistas de «primer nivel para vender copas». «Tengo ya todo vendido para el concierto de Nickzzy, que se celebrará el día 27 de este mes». En este escenario de marcadas incertidumbres, el promotor del BBK Live ha solicitado la licencia de Mytho para poner en marcha en Bolueta la mayor discoteca del País Vasco.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión