Primer día de compras por Bilbao en alerta sanitaria
Las cuadrillas y familias aprovechan la primera jornada en la que se permite salir del municipio de residencia para disfrutar de la capital vizcaína por primera vez tras nueve semanas
Ha sido la primera tarde en la que se puede ir de compras de Bilbao después de nueve semanas. Además, han abierto muchas tiendas de más de 400 metros cuadrados que hasta ahora permanecían cerradas. La principal arteria de la capital vizcaína rezumaba vida. Hace apenas un mes, lucía una imagen fanstasmagórica, de película de terror. Solo la cruzaban trabajadores esenciales, como los policías. Ahora, hay familias y cuadrillas de jóvenes que transitan por ella en una jornada estupenda.
La tarde de este lunes ha dejado estampas insólitas, como gente haciendo cola para entrar en Stradivarius, mantieniendo la distancia de seguridad. «Pegáos a la pared, que antes ha venido la Policía y nos ha echado la bronca, hay que dejar espacio para el tránsito», explicaba el personal de seguridad en uno de estos establecimientos. En las tiendas, también han cambiado la forma de comprar. El cliente debe esperar a la orden para poder entrar. Los probadores quedan «en cuarentena» tras ser utilizados antes de ser desinfectados en algunos negocios.
Eneko Monje, de 15 años, y Cristian Goméz, de 19, vecinos de Sestao, quedaron por primera vez en mucho tiempo para pasar la tarde por Bilbao. «Hacía mucho que no veníamos. Hemos quedado a las cinco de la tarde para ver tiendas, dar un paseo y hablar un rato», explicaban mientras esperaban en la cola de Bershka. El confinamiento, dijeron, ha sido muy duro. Uno de ellos salía a hacer recados y a por el pan, el otro ha estado encerrado. «Ahora que se puede salir algo más pues estamos mejor, aunque hasta que haya una vacuna no se va a poder recuperar la normalidad», explicaron. Rafaela y Koldo, una pareja que vive en Sodupe, también se acercaron con su bebé para hacer un recado. Dejaron el coche en el parking y estaban de regreso, aunque antes tenían que darle la merienda al niño. «Hoy ya se ve mucha más gente, pero hasta que permitieron salir a hacer deporte, estaba desierto», ha explicado él, que trabaja en el servicio de limpieza municipal. «A partir de entonces, de seis a diez había mucha gente pero luego ya pues lo típico: señores mayores y gente que salía a hacer la compra».
En la tienda de productos cosméticos Rituals, los clientes deben desinfectarse las manos antes de entrar. No se pueden tocar los productos, que el cliente debe introducir en una bolsa y después sacar para que la dependienta pase el lector y cobre. Hay flechas en el suelo para caminar en la dirección que indican alrededor de la tienda y hacia el mostrador. El pago es con tarjeta para evitar el virus que puede haber en el dinero en efectivo. «He venido a trabajar, pero llevaba mucho tiempo queriendo comprar unas cremas y he visto que estaba abierto y he aprovechado, aunque no está mi economía como para excesos», explicaba una clienta de Erandio tras adquirir dos productos.
Begoña y Ana, madre e hija, llegaron desde Orduña en tren para comprar. «Teníamos ganas de venir porque ella necesitaba cosas, hemos estado ahorrando mucho y hemos venido a comprar. De momento, calzado», explicaba, muy preocupada por mantener la distancia de seguridad. Estefanía Torres, vecina de Barakaldo de 24 años, también ha aprovechado para darse una vuelta por las tiendas. «He tenido que venir a hacer algun trámite urgente durante el confinamiento, pero nada más. Hoy he venido a buscar unos libros que tenía encargados y me llamó el chico de la librería. Después me he dado unas vueltas por aquí». Espera que «todo vuelva a la normalidad. Esto nos ha pillado a todos por sorpresa y ahora debemos tomar todas las medidas de precaución».
Izaro Losa e Izaro Martínez, de 16 años, también se han encontrado esta tarde en Bilbao con sus amigas de Santurtzi y Barakaldo, Edurne Enríquez y Garazi Martínez, de 18 y 16. «Hemos quedado para ir de compras y para tomar algo a la una del medidía. No nos veíamos desde que empezó la cuarentena. Hemos estado dando una vuelta por el Casco Viejo y entrado en Bershka», de donde salieron con tres camisetas y un pantalón. No han podido tomar ningún refresco, porque todas las terrazas estaban llenas. «No nos dejaban estar de pie y hemos tenido que comprar unas chuches en una tienda». «Está todo muy vigilado, solo hay partes para comprar ropa. Algunas partes de las tiendas están cerradas», han expuesto.
«Ha sido duro»
Aunque sin salir de su propio municipio, otros bilbaínos también han aprovechado para ir de compras. «Es la primera a la que vamos a entrar a una de estas tiendas y hemos ido a otra de móviles para ponerle el protector y la funda a un móvil nuevo. El confinamiento ha sido duro, yo las primeras semanas lo llevé bastante bien pero a medida que iban pasando los dias se notaba», ha explicado Laura Tambo. «Es que hemos estado casi dos meses sin salir nada. Llegó un punto en el que pensaba que era viernes y era miércoles», decía Jonatan López, que ha apuntado que le pareció muy mal «el abuso en las terrazas. Parecía que regalaban sugus. Con toda la gente que ha muerto, parecía que la prioridad de la gente era tomar algo».