El Presupuesto de Bilbao crece un 5%, el mayor aumento en los últimos cinco años

Aburto presentó ayer su proyecto de Presupuestos junto con la concejala de Economía y Hacienda, Marta Ajuria. «Tres son los objetivos prioritarios que van a marcar la actuación municipal en este nuevo curso», anunció. Lo primero, «las personas, con iniciativas a todos los niveles para impulsar la calidad de vida, el bienestar y la cohesión social». En este sentido se refirió a la «seguridad, limpieza, transporte, salud...». El segundo afán serán «los barrios», para cuyo desarrollo se reservan 37,6 millones de euros (frente a los 29,2 de 2018). Y, en tercer lugar, «la actividad económica, con impulso al empleo, inversión, nuevos proyectos...».

Como en todos los presupuestos, ya desde el punto de partida hay una buena cantidad de gastos comprometidos. Los servicios públicos (alumbrado, basuras, saneamiento y transporte público, entre otros) sumarán 250,9 millones de euros, cuatro más que ahora. Los gastos de personal, por su parte, ascenderán a 155 millones. En cuanto a las inversiones, que vienen a ser un buen termómetro para conocer por dónde van las apuestas de futuro, también se incrementarán hasta los 81,8 millones, frente a los actuales 78,7.

¿Y en qué se invertirán? En línea con la apuesta por los barrios, uno de los programas que se ocupa de este asunto, Auzokide, será el proyecto con una partida más abultada: 13,6 millones de euros (a los que hay que sumar otras actuaciones para llegar a los antes mencionados 37,6). La segunda actuación más cuantiosa es la rehabilitación del edificio Beta 2 de Zorrozaurre, que se llevará 8,3 millones; allí es donde se implantará el proyecto As Fabrik, liderado por la Universidad de Mondragón. Y, en tercer lugar, las ayudas de emergencia social recibirán 5 millones.

Con todo, uno de los aspectos más relevantes de las cuentas municipales es que siguen sin deudas, y el año que viene tampoco se pedirá dinero prestado. Una manera de proceder prudente que deja vía libre para que si en el futuro llegan mal dadas haya margen para tirar de crédito. Además, el Consistorio tiene dinero guardado en el cajón fruto de inejecuciones presupuestarias. Una situación saneada que en los próximos años hará más fácil afrontar los gastos colosales que generarán, por ejemplo, las obras del TAV.

Ahora se inicia un proceso en el que el equipo de gobierno iniciará la tramitación de las cuentas, que los socios, PNV y PSE, no tendrán problemas en sacar aún sin ningún apoyo de la oposición.

En el proyecto de Presupuestos también hay algunas partidas que llaman la atención. Una vez más, vuelve a aparecer la semipeatonalización de la calle Iparraguirre, en Abando. En las cuentas actuales, las de 2018, ya se había reservado un millón de euros de los 1,5 que, según las estimaciones municipales, iba a costar. No habiendo avanzado mucho las cosas, ahora se presupuestan 1,25 millones para 2019.

Por otra parte, para la conversión de la carretera a Artxanda (5,6 kilómetros del trazado de la BI-3741) en un paseo con miradores y rotondas hay previstos únicamente 300.000 euros. También hay otros 97.000 para la ampliación del Museo de Bellas Artes.