

La Ertzaintza investiga si el padre asesinó a su hija antes de llegar la madre a casa
Pedro Gonzalo C. no tenía denuncias por maltrato, aunque la Policía acudió al piso hace meses por un posible caso de violencia machista
Ainhoa de las Heras/ David S. Olabarri/ Bruno Vergara/Luis López
Sábado, 31 de mayo 2025, 00:13
Pedro Gonzalo C., de 43 años, degolló a su hija, Jasmine Eva, de 13; agredió a su mujer y madre de la niña, S.E. ... I., de 43, hasta que ella huyó del domicilio donde vivían los tres; y terminó suicidándose en el baño de la vivienda clavándose un cuchillo en el cuello. Ocurrió en el segundo piso del número 22 de la carretera Rekalde-Larraskitu en la madrugada del jueves al viernes. Las instituciones han identificado el suceso brutal como un caso de violencia vicaria, es decir, aquella en la que el maltratador utiliza a descendientes de su víctima para infligirle un dolor extremo. La Ertzaintza investiga si el homicida terminó con la vida de la menor antes de que llegase su mujer a casa después de trabajar, sobre la una de la noche, tal y como sospecha la mujer, que terminó ingresada en el hospital de Basurto.
La Policía Municipal tuvo la primera noticia del desastre cuando, poco antes de las cinco de la madrugada de ayer, un vecino avisó al 112 de que se había encontrado a una mujer sentada en un banco en la calle Gordóniz, cerca del frontón de Rekalde, con cortes en las manos. Estaba sangrando y en estado de 'shock'. La acompañó en el lugar hasta que llegaron los agentes. Entonces, la víctima, S.E.I., de nacionalidad rumana, les relató que unas horas antes, sobre la una de la mañana, había llegado a su casa -los dos eran propietarios del inmueble- y el agresor, de origen sudamericano y nacionalizado español, la había atacado, amenazándola con que o se iba «o no volvería a salir de casa», revelaron a este periódico fuentes policiales. Fue en ese momento cuando sufrió las heridas en las manos. A esa hora un vecino que reside en el bloque de enfrente, Jon, llegaba a su casa y escuchó «gritos de mujer, muy fuertes, una discusión muy dura».

A S.E.I. le sorprendió mucho que durante ese enfrentamiento, con semejante escándalo, la niña no saliese de su habitación, por lo que expresó a los policías municipales sus temores por el estado de la pequeña. Luego, tras confirmarse que había sido asesinada, asumió que en ese momento ya no se encontraba con vida, cosa que la Ertzaintza está ahora investigando y deberá determinar.
Atrancado en el baño
Tras escuchar a la mujer, la Policía se dirigió al piso, situado a unos 500 metros del lugar donde estaba S.E.I., que les facilitó las llaves para poder acceder. Sin embargo, al llegar se encontraron con la puerta cerrada por dentro, de manera que tuvieron que echarla abajo. Carlos, el vecino de arriba, se despertó con los golpes. «Buff, cada vez que pienso en lo ocurrido se me pone la piel de gallina», reconocía horas después. Lleva 26 años residiendo en el mismo bloque y asegura que el día anterior había visto a la pareja «haciendo las maletas y sacando cosas del piso. Ahora entiendo por qué».
Una vez que los agentes entraron en el domicilio se encontraron a la niña muerta en la cama, degollada y cubierta con sábanas. Luego tumbaron la puerta del baño, que se encontraba atrancada por dentro, y hallaron el cuerpo sin vida del hombre, con heridas de arma blanca en el cuello.
Distintas fuentes aseguran que pese a que la relación de la pareja llevaba tiempo siendo mala, ambos continuaban viviendo juntos y con su hija común por el coste económico que implicaba una separación. Aunque no había antecedentes por violencia de género, fuentes policiales apuntan que hacía unos meses una patrulla había ido al domicilio por un posible caso de maltrato, aunque finalmente la mujer no interpuso denuncia.
Los dos eran cocineros
La pareja trabajaba en el sector hostelero. Ella en el asador Sukalde, de Elcano, donde sus compañeros de trabajo recordaban ayer la estrechísima relación que tenía con su hija Eva y que afianzaría la tesis de la violencia vicaria en la que incidieron las instituciones. Él, Pedro Gonzalo, también era cocinero en un céntrico restaurante bilbaíno donde no ocultaban su espanto.

Al tratarse de un caso de homicidio vinculado con un episodio de violencia de género se ha hecho cargo de la investigación la Ertzaintza, que durante buena parte de la mañana mantuvo frente al edificio varias patrullas. Agentes de la Policía Científica acudieron al domicilio para recoger evidencias de los hechos. A las 9.10 de la mañana los servicios funerarios sacaron los cuerpos, primero de la niña y después del hombre.
El caso parece ofrecer pocas dudas y ya a primera hora de la mañana de ayer el lehendakari, Imanol Pradales, condenó en Vitoria «el terrible asesinato que ha ocurrido esta noche en Bilbao que ha acabado con la vida de una joven menor de edad». «Todo apunta -añadió- a que podríamos estar ante un caso de violencia vicaria, el más cruel y el más terrible de la violencia machista». «En estos momentos tan dolorosos, todo mi apoyo y el del Gobierno vasco, nuestro afecto y cariño a los familiares y allegados. Espero que la investigación esclarezca lo sucedido con rigor y con respeto», concluyó.
El Ayuntamiento de Bilbao también emitió una declaración institucional en la que todos los grupos políticos expresaron «su máxima condena y su más profunda indignación por el asesinato de nuestra vecina ocurrido en Rekalde, expresión de violencia vicaria». Hubo una concentración a mediodía en la escalinata del edificio consistorial y, por la tarde, varios colectivos feministas mostraron su repulsa por al asesinato en la plaza de Rekalde.
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