«Si cedemos ante EH Bildu, estaremos haciendo una ley de punto final a plazos»
Advierte de que «aún existe un discurso del odio enmascarado» y augura «poco recorrido» a la ponencia de paz. «Se aleja de la ley de víctimas de 2008, y es un error»
LORENA GIL
Sábado, 4 de febrero 2017, 01:44
Maite Pagazaurtundua acaba de aterrizar en Bilbao directamente desde Bruselas, donde trabaja como eurodiputada por UPyD. Junto a familiares y amigos, mañana, como cada año, ... recordará en Andoain a su hermano, Joseba Pagazaurtundua, policía local del municipio guipuzcoano asesinado por ETA el 8 de febrero de 2003.
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Han pasado catorce años desde el atentado contra su hermano. ETA ya no mata. ¿Qué ambiente se respira en Andoain?
ETA ya no mata, lo que es muy bueno, pero todavía sigue habiendo odio. Hace unos meses, iba con otra persona por Andoain, que me decía que todo estaba fenomenal. De repente, nos cruzamos con una señora de sesenta años que me miró con una cara... Empezó a decirme cosas como vete de aquí. Y la persona que iba a mi lado se quedó sorprendida. Es como si nosotros, los inocentes que fuimos expulsados, no pudiéramos estar en la calle. Esa lógica perversa sigue ahí.
Hace dos años colocaron en el municipio guipuzcoano el ya conocido como buzón de Pagaza, con el que invitaban a los vecinos a reflexionar sobre el papel que adoptaron en relación con el terrorismo. ¿Surtió efecto?
No hemos tenido demasiadas sorpresas, la verdad. Lo que sí hemos encontrado es nuevo material que demuestra cómo se retuerce el odio. Hace falta una dialéctica que ayude a limpiarlo. Se la debemos a los perseguidos, pero también a los niños, para que no haya más adoctrinamiento. Hemos visto cómo chavales del instituto de Hernani, donde yo estudié, homenajean como si fueran héroes a personas que han matado a mucha gente. O cómo se sigue haciendo la vida imposible a los hijos y mujeres de los guardias civiles que viven en Alsasua. ¡En 2017! Eso es terrible. ¿Cómo le pides a un pobre concejal que haga frente él solo a ese odio? Tenemos una responsabilidad. Mirar hacia otro lado no hace que se limpie, sino que se concentre lo podrido y tome nuevas formas todavía más crueles.
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¿Cómo interpreta las peleas entre jóvenes de diferentes sectores de la izquierda abertzale? Por un lado, los afines a la línea marcada por Sortu y, por otro, quienes no la comparten.
No sé si son cuestiones tácticas o estratégicas. Unos están en lo más tradicional de la persecución, en la reivindicación de un proyecto político a las buenas o las malas, y los otros intentan utilizar la astucia para blanquear su pasado y que los demás paguemos las facturas.
¿Cómo valora, en este sentido, que la ponencia de Memoria y Convivencia del Parlamento vasco eche a andar con EH Bildu y sin el PP?
Le veo poco recorrido. Al pretender buscar consensos amplios han dejado fuera al PP para que entren quienes no han condenado el terrorismo de verdad. Pero el error fundamental es que se han alejado de la ley de reparación a las víctimas de 2008, lo que nos lleva caer en la manipulación moral y política que siguen haciendo los herederos de ETA. Hay que enfrentarse a la verdad. El mundo de Batasuna no pretende dar pasos, sino que los demás abandonen sus posiciones de exigencia. Más allá de otras cosas, el elemento sustancial para entender el miedo es el brazo político de ETA, y esconderlo es un error. Si nosotros cedemos, estaremos haciendo una ley de punto final a plazos.
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EH Bildu acusó al PP de ser «los enemigos de la paz» por autoexcluirse del foro parlamentario.
Es un sarcasmo. Hay que tener mucha cara, que la tienen. El sentimiento de vergüenza moral no lo han interiorizado. Eso es lo que hace evolucionar a un ser humano que ha cometido algo muy terrible. Y ellos están difusamente relacionados con una tropelía tremenda.
Una historia «inasumible»
Del buzón a una campaña en las redes sociales
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El buzón de Pagaza surgió en 2015 con la intención de proporcionar «una plataforma a los cientos de vecinos de Andoain que durante años pidieron asesinatos a ETA y que nunca han condenado su actitud, ni han reflexionado sobre su responsabilidad». «Algunos de los que miraron hacia otro lado escribieron desde la memoria del pasado, pero jamás hubo aportaciones de un sólo cómplice o de quienes les coreaban», revela su hermana, Maite. Por eso, este año se ha optado por ir un paso más allá.
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Los allegados del policía local asesinado hace ahora catorce años, han lanzado una campaña en las redes sociales, principalmente Twitter y Facebook, en la que vuelven a emplazar a los ciudadanos a mirarse en el espejo. El público objetivo, en esta ocasión, son 20.000 vecinos de Andoain (de más de 18 años) y un radio de 10 kilómetro a la redonda. «Es todo un epicentro del odio. Hablamos de municipios como Hernani y Alsasua», explica Maite. Los allegados de Pagazaurtundua se han topado con todo tipo de mensajes, algunos de los cuales se colocarán mañana durante el acto en su recuerdo que celebran cada año en Andoain, en un mural para que los ciudadanos sean testigos de «la realidad» que aún existe en Euskadi.
Como eurodiputada, ¿ha calado el discurso de la izquierda abertzale a nivel internacional?
No. Puede haber algún parlamentario despistado, pero no hay un halo de heroicismo con respecto terrorismo. Al revés. Hace ya años que se eliminó ese velo. Además, la cuestión del odio, de la persecución del otro por pensar diferente... Todo eso, ahora, con una amenaza de terrorismo global, se entiende mejor.
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¿Cómo ha recibido que el preso José Javier Arizkuren Ruiz, Kantauri, haya recurrido en Estrasburgo la dispersión?
No sé si considera que tiene algún derecho o es un interés propagandístico. Para mí, lo realmente importante es la evolución de ese mundo. La asunción de responsabilidades, y no solo las penales.
¿Qué le ha parecido, en este sentido, que el EPPK anime a los reclusos a asumir la legalidad pero con dos líneas rojas: el arrepentimiento y la delación?
Creo que están haciendo una ciaboga. Pero el siguiente paso deberá ser la colaboración con la justicia. La ley permite la reinserción, pero esa no es gratis. Eso requiere una transformación del individuo. Hay cientos de crímenes que no se han resuelto y no hay nada negativo en arrojar luz sobre el mal causado. Contar que a un alumno le están acosando no es chivarte, es hacer justicia.
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Eso sería renunciar a su historia.
Claro, pero es que su historia no es asumible democráticamente. Y ahí está el nudo gordiano.
¿Qué le parece que el nuevo plan de paz del Gobierno vasco vaya a incluir a los refugiados?
Yo podría hacer un plan específico en el que lo que está ocurriendo con los refugiados de la guerra, a los que estamos maltratando, sirviera para enseñar a los chavales lo que no hay que hacer. Ahora bien, mezclarlo todo es la manera de no afrontar lo que a nosotros nos toca. Ser solidarios con todo lo que ocurre en el mundo para no mirar que debajo de la alfombra tenemos veneno... No es el planteamiento.
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