Esencias e intereses

Ni creatividad, ni innovación y ninguna capacidad de autocrítica respecto a la historia de terror de ETA. Futuro bastante negro para la libertad de los vascos

Joseba Arregi

Sábado, 17 de septiembre 2016, 20:19

Lo hemos podido leer en EL CORREO, en una columna de Ignacio Marco-Gardoqui: según las encuestas el PNV es el que mejor representa las ... esencias y los intereses de los ciudadanos vascos, el que mejor los defiende. Si el PNV obtiene un resultado parecido al de las últimas autonómicas, la frase parece correcta, aunque se nos olvide que una minoría mayoritaria nunca es la mayoría, con lo que habría que tomar la frase con una pizca de sal, como recomendaban los latinos.

Publicidad

Pero la frase encierra otros significados que merecen un comentario. Qué es esencia, y qué interés, por ejemplo. Cómo se define una esencia y cómo se define un interés. Y quién está en condiciones de hacerlo, y si basta una mayoría, aunque sea minoritaria, para definir una esencia y un interés. Y tras todas estas preguntas se encuentra otra muy importante: ¿en qué se diferencian esencia e interés, si es que hay alguna diferencia entre ellos?

A simple vista parece que sí, pues esencia suena a sólido, fundamental, algo irrenunciable, lo que define a una persona, a un colectivo, a un pueblo, a un club, a un equipo de fútbol, a una cultura. No se puede renunciar a las esencias, se dice. Y se añaden palabras como la de carácter, identidad, lengua, valores, vasquidad, vasquismo, catalanismo, españolidad, todo aquello que sea capaz de formar parte de nuestras esencias. Porque lo más importante de las esencias es que sean nuestras. Todo muy espiritual, muy inmaterial, perteneciente al mundo de las ideas abstractas, pero con gran capacidad de arrastre por su concreción a un grupo.

Lo que mueve el mundo

Aunque para capacidad de arrastre, los intereses, que según se dice, son los que mueven al mundo, a los hombres. Pero los intereses pertenecen, en el mundo de las ideas y de los valores, a segunda división, a segunda regional incluso, pues los intereses siempre son materiales, están vinculados al vil dinero, a la materialidad de las cosas. Sabemos que existen, que son importantes, pero mejor no hablar de ello, no está bien visto, no es de buena educación referirse impúdicamente a ellos, los intereses.

Publicidad

La cuestión radica en cómo se pueden representar y defender ambas cosas igual de bien a la vez siendo en su núcleo elementos tan dispares, tan contrapuestos, representando valores tan antagónicos. O es que quizá el secreto radica en que no son tan distintos, que, bien mirado, en el caso de los ciudadanos vascos las esencias no se diferencian tanto de los intereses, que en el fondo esencias e intereses concuerdan a la perfección. En este caso bastaría decir que un partido, digamos que el PNV, es el que mejor defiende los intereses de los vascos, no sus esencias, no valores inmateriales, no características ideales, sino intereses materiales, vinculados al dinero, a la financiación pública, al dinero disponible en manos de las administraciones vascas para gastarlo al servicio de los vascos.

Pero la combinación de esencias e intereses en un mismo discurso posee potentes virtualidades: poniéndolos juntos, uno detrás de otro y siempre en el mismo orden -primero esencias y después intereses-, a éstos se les quita el olor a dinero y adquieren algo de la excelencia de las esencias, dejan de ser del todo materiales y entran en el reino de los valores. En el caso vasco, la combinación resulta en el mito del Concierto Económico, que por una parte es la mejor representación de los intereses materiales de los vascos, en su resultado financiero al menos, de la capacidad de contar con mayores recursos de financiación pública, con diferencia, que el resto de los españoles, pero en nombre de los valores inmateriales de la identidad diferenciada vasca.

Publicidad

Y por eso se defienden las esencias porque se defienden los intereses, y se defienden los intereses porque están construidos sobre la idea de una esencia diferenciada y específica que tiene como resultado un carácter colectivo merecedor de esos intereses muy materiales.

Lo raro es que el partido que la mayoría de los ciudadanos vascos tiene como padre del Concierto Económico y mejor defensor del mismo no tenga una clara mayoría mayoritaria en la sociedad vasca. Debe ser doloroso para el PNV no ver reconocida su función de padre del Estatuto y del Concierto Económico en la misma medida en la que sus líderes creen que lo son. Porque si los demás también defienden lo mismo lo hacen a rebufo del PNV, no porque realmente crean en ello, sino porque no se atreven a discutirlo. Y así les va.

Publicidad

Todo esto solo tiene un problema: que la combinación de esencias e intereses que redunda en una mayor financiación pública por habitante, y con diferencia, que la media del resto de España casa mal con el discurso de la creatividad y la innovación, que es la vaca sagrada de todos los discursos políticos. La condición previa de la creatividad y la innovación es ser consciente de los problemas, no vivir por encima de la riqueza que se produce, no contar con una financiación extra -la paga del abuelo-, tener que ajustarse a lo que realmente se gana, y por consiguiente se ingresa, porque de lo contrario, si nos viene una parte de nuestra riqueza regalada, no hay incentivos para la creatividad y la innovación, sino incentivos para seguir en la situación tan maravillosa en la que nos hemos colocado.

Sea cual sea el resultado de las próximas elecciones autonómicas, en nada van a cambiar a plazo breve las cosas. Seguiremos todos tan a gusto. Además encontraremos a algún periodista despistado que escriba que la capacidad de olvido de la historia de terror de ETA es prueba de la madurez de la sociedad vasca, con lo que miel sobre hojuelas: lo que nos diferenciaba del resto de españoles, y no para bien, se vuelve, como olvido, en virtud de madurez.

Publicidad

Ni creatividad, ni innovación, y desde luego, ninguna capacidad de autocrítica respecto a la historia de terror de ETA y la actitud de cada cual ante ella. Futuro bastante negro para la libertad de los vascos.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad