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LORENA GIL
Domingo, 4 de septiembre 2016, 12:51
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El municipio navarro de Berriozar ha amanecido esta mañana plagado de carteles con las fotografías de Tomás Caballero y Francisco Casanova, asesinados por ETA, en los que podía leerse Terrorismoaren biktimak jaietara! ('Las víctimas del terrorismo, a las fiestas). La iniciativa en favor de la memoria de los damnificados, que corrió a cargo de la asociación Covite, se llevó a cabo en respuesta a la aparición el pasado jueves de multitud de carteles que reclamaban la presencia en los festejos de la localidad de miembros de la banda encarcelados. Entre ellos, los hermanos Ibai y Mikel Ayensa. Este último fue condenado precisamente por los asesinatos de Caballero, edil de UPN, y de Casanova, subteniente del Ejército de Tierra.
Berriozar, gobernado por EH Bildu, se ha vuelto a ver un verano más salpicado por la polémica. Ya el pasado año, la Audiencia Nacional autorizó los actos previstos por los presos de ETA durante las fiestas del municipio un brindis, una manifestación y una cena solidaria, si bien ordenó a la Policía Nacional, la Guardia Civil y la Policía foral navarra que permanecieran vigilantes por si en ellos se cometía un posible delito de enaltecimiento del terrorismo.
En esta ocasión, la controversia ha llegado en forma de cartel. El pasado jueves, UPN exigió al alcalde de Berriozar, Raúl Maiza, la retirada de las fotografías de presos de ETA que empapelaban la localidad, al tiempo que censuraron la «utilización política que hace una vez más la izquierda abertzale de los espacios públicos para jalear» a los reclusos de la banda. Más allá fue Covite. La asociación de víctimas que preside Consuelo Ordóñez ha colocado esta mañana numerosos carteles para reclamar que se «acerque» el recuerdo de las víctimas y no el de los terroristas. A través de un comunicado, el colectivo afirma que su objetivo con esta acción es «acabar con la barra libre de radicalización violenta que inunda las fiestas de muchos municipios del País Vasco y Navarra». «Que un sector importante de la ciudadanía reclame pasar las fiestas de su localidad con asesinos condenados evidencia preocupantes problemas», han lamentado. «De no atajarlos añaden, la cultura del odio acabará conquistando las mentes de las nuevas generaciones».
«Fanatización»
Desde Covite advierten, asimismo y a modo de crítica, que «mientras en Europa la lucha contra la radicalización es una prioridad en las políticas públicas de seguridad, España ignora de forma flagrante uno de los mayores peligros de fanatización presentes en territorio europeo».
La iniciativa de los carteles se suma a otras de similar índole que la agrupación ha desempeñado en los últimos años. Cabe recordar, por ejemplo, la colocación de placas en cada uno de los lugares de la geografía vasca en los que el terrorismo, ya sea de ETA o de grupos como los GAL o el BVE, pusieron fin a una vida. La acción más llamativa se llevó a cabo a mediados de 2015, cuando Covite colocó en una noche más de setenta placas en San Sebastián.
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