¿Cuánto le cuesta a ETB retransmitir la misa en euskera de los domingos?

Cada misa en euskera que emite ETB 1 los domingos por la mañana le cuesta a la radiotelevisión pública vasca 2.784 euros. El año pasado la cantidad era superior, 2.946,5 euros, según las cifras que la directora general del ente, Maite Iturbe, ha aportado al Parlamento vasco en respuesta a una pregunta de Gorka Maneiro, portavoz de UPyD.

La máxima responsable del grupo explica que la Eucaristía se emite a través del primer canal de Euskal Telebista desde 1986 y que «es responsabilidad de las autoridades diocesanas» elegir las celebraciones de qué parroquias se televisan. Uno de los objetivos de las emisiones -añade Iturbe- es dar a conocer «la riqueza y el patrimonio artístico cultural de los templos del País Vasco.

La emisión de las misas no es producida por la propia cadena. ETB la saca a concurso público. El último adjudicatario es la empresa de Andoain Pixel Ikuxe-Entzuneko Ekoizpenak. La directora general del ente subraya que uno de los aspectos clave a la hora de emitir las misas en euskera es que tiene una audiencia «fidelizada».

La Eucaristía en euskera cuenta, en efecto, con un público consolidado. Según los datos correspondientes al último domingo, su 'share' es del 8%, una cifra elevada si se compara con la audiencia media del canal en euskera, que es de apenas el 1,7%. En este caso, el buen porcentaje obedece, entre otros factores, a que el programa se emite los domingos por la mañana, entre las 10.00 y las 10.45, un momento en el que habitualmente el número de espectadores es muy bajo en todas las cadenas, por lo que los programas con público fiel consiguen una parte apreciable de la audiencia aunque no sean seguidos de forma masiva. Alrededor de 15.000 personas ven habitualmente la misa en euskera. Su perfil es muy claro: se trata en la mayoría de los casos de personas de avanzada edad -mayores de 64 años- y que residen en pequeños municipios. Por lo general, localidades en las que la escasez de sacerdotes en Euskadi ha reducido al mínimo -y, en algunas zonas, eliminado por completo- la celebración de misas. En las capitales, el programa apenas tiene audiencia.