Pablo Iglesias admite que la crisis griega ha dañado a Podemos

Pablo Iglesias reconoció ayer por primera vez que la estrecha relación de Podemos con Syriza ha perjudicado electoralmente a su partido, que ha perdido un tercio de intención de voto en las encuestas en ocho meses. Un retroceso, admiten en la formación de los círculos, al que no es ajeno la gestión de la crisis griega por parte de la formación que dirige Alexis Tsipras.

El líder de Podemos admitió que «esas cosas afectan», en referencia a las duras condiciones que se ha visto obligado a aceptar Tsipras para que su país reciba un tercer rescate y no sea expulsado de la zona euro. En cualquier caso, Iglesias mantuvo su apoyo al exprimer ministro heleno y aseguró que «ha perdido una batalla, no la guerra».

En los últimos meses, Mariano Rajoy y los dirigentes del PP han puesto el acento en advertir, a tenor de lo sucedido en Grecia, de lo que le podría ocurrir a España -siempre según sus teorías- si Iglesias alcanza el poder o pacta con los socialistas para que gobierne Pedro Sánchez.

El secretario general de Podemos también hizo un poco habitual ejercicio de autocrítica personal ante la pérdida de apoyos en las encuestas. «Yo he tenido muchos errores de tono. A mí se me nota cuando me enfado y se me nota la presión. Creo que tenemos que hacer las cosas mejor, cambiar de tono, y a mí se me tiene que notar más como soy, más relajado», manifestó en la cadena Ser.

Con la vista puesta en las elecciones generales, Iglesias sumó Aragón y Andalucía a la lista de comunidades en las que Podemos estaría dispuesto a formar un frente electoral con fuerzas de izquierda. Por el momento, la dirección del partido había limitado la política de alianzas a Cataluña, Comunidad Valenciana, Baleares y Galicia. En Aragón, la suma de Podemos, IU y Chunta podría, a tenor de los resultados en las autonómicas, permitir la pelea con el PP por ser la fuerza más votada. En Andalucía, la unión con la coalición de Alberto Garzón serviría para recortar la distancia que los socialistas sacarían al resto de partidos en el que es su principal granero de votos, a la vez que la comunidad que más escaños aporta al Congreso.

Iglesias se reafirmó en su negativa a pactar para las elecciones generales con la dirección de Izquierda Unida a nivel estatal, aunque no a título individual. También se mostró dispuesto a abrir las listas de Podemos a los militantes de IU.