Los salarios de los alcaldes vascos: límite, 90.000 euros al año
La nueva norma de Eudel fija las retribuciones máximas para los responsables municipales según el número de habitantes de cada localidad del País Vasco. La crisis, el desgaste de imagen de los partidos tradicionales y la irrupción de los nuevos grupos ha obligado a muchas corporaciones a aplicar bajadas de sueldo
Jorge Barbó
Domingo, 5 de julio 2015, 01:29
En Salinas de Añana hay 159 habitantes que, sumados a los 18 de Atiega, hacen 177. Hay casa rural y centro deportivo con bolera, frontón y piscina. Y hay tanta sal como para poner a Euskadi entera en salazón. También hay un alcalde, claro. Juan Carlos Medina Martínez se encarga de lidiar con la oposición, de presidir los plenos, de escuchar las quejas de los vecinos del pueblo alavés y de todos esos asuntos ligados a la política municipal de andar por casa. Todo por la cara. Valga el (mal) chascarrillo, resulta que el señor regidor del pueblo de la sal no tiene salario. Como él, otros tantos que trabajan para su pueblo con el sentido del servicio público como única recompensa. En el extremo opuesto, aquellos que, makila en ristre, manejan los hilos de los principales municipios vascos con sueldos más o menos galácticos, de difícil digestión para sus conciudadanos en tiempos en los que la austeridad se ha impuesto como plato principal en el menú de cada día.
En plena crisis, con el desgaste de imagen de los partidos tradicionales, salpicados por los casos de corrupción cuyas heridas sangran a borbotones a nivel nacional, y la irrupción de los grupos emergentes en las instituciones vizcaínas, el debate sobre los sueldos de los representantes públicos ha vuelto al centro del debate. De un lado, aquellos que creen que un cargo de responsabilidad como el de máxima autoridad municipal debe conllevar una nómina a la altura de las circunstancias por una cuestión de "dignidad institucional". Del otro, los que defienden una bajada generalizada en las pagas de los cargos electos como medida "social y ejemplarizante". Y en el centro, la norma. La Asociación de Municipios Vascos, Eudel, estableció a comienzos de año unos límites salariales para los miembros de las diferentes corporaciones. Consensuadas con las tres diputaciones, las nuevas reglas del juego dictan que los ediles municipios vascos han de ajustar su remuneración según un baremo común que tiene en cuenta el número de habitantes que cada localidad. ¿El límite? De 50.315 euros anuales para los pueblos más pequeños (aquellos de menos de 2.000 vecinos) a los 90.000 para las capitales de los tres territorios históricos.
Mikel Torres, alcalde de Portugalete y líder del PSE en Bizkaia, anunciaba esta misma semana que se bajaba el sueldo 10.000 euros al año durante la próxima legislatura. Pasará de cobrar casi 84.000 euros en su anterior mandato a menos de 74.000, en un gesto que una lectura precipitada del asunto interpretaría en clave de maniobra de cara a la galería. En las antípodas, el regidor de Arrigorriaga, el jeltzale Asier Albizua que, nada más sentarse en el sillón, decidió subirse el sueldo 20.000 euros sobre lo que cobraba su antecesor. La medida no pasó desapercibida para algunos vecinos del municipio vizcaíno, que, en un pleno tensísimo, le mostraron su desacuerdo sin demasiadas sutilezas, calificando de "ladrones y chorizos" a los miembros de su flamante equipo de gobierno. Dos casos opuestos que, sin embargo, se ajustan a la normativa establecida por Eudel como un guante.
En el caso de la villa jarrillera, Torres se ha visto obligado a meter la tijera a su nómina para adecuarse a la nueva norma, a la que la Diputación de Álava dio luz verde el pasado mes de febrero, la vizcaína a comienzos de junio y la de Gipuzkoa esta misma semana, el 1 de julio, siendo la última en adaptarse. Las 47.001 personas que, según los últimos datos del Instituto vasco de Estadística (Eustat) viven en Portugalete, limitan la máxima retribución en el Consistorio a 73.890 euros anuales, la cantidad fijada para aquellas localidades con menos de 50.000 habitantes. A la decisión de Asier Albizua, aunque impopular, poco se le puede reprochar con la ley en la mano. Los 12.132 vecinos de Arrigorriaga le permitirían percibir cada año hasta 67.087 euros, frente a los 65.509 de nómina que se ha fijado.
Hasta 90.000 euros
Muy por encima de esas cantidades se encuentran los regidores de Bilbao, Vitoria y San Sebastián para los que la norma -que sigue el patrón impuesto a nivel nacional por la Ley de Reforma Local a pesar de que los territorios vascos tienen competencias a la hora de fijar este tipo de cuestiones-, ha dispuesto, de forma excepcional, una retribución máxima de 90.000 euros anuales. Y es en ese 'máxima' donde reside un matiz capital en el que los partidos de la oposición en los diferentes consistorios vascos se escudan para reclamar bajadas retributivas. Aunque tanto en la capital alavesa como en la vizcaína, sus nuevos regidores han decidido heredar el salario de su antecesores. En Vitoria, Gorka Urtaran cobrará 79.398 euros, lo mismo que Javier Maroto, que pasará a percibir 64.775 euros brutos como portavoz del Partido Popular en el Ayuntamiento de Vitoria.
El máximo responsable municipal bilbaíno, Juan Mari Aburto, también ha decidido mantener su sueldo en los 89.514 euros brutos anuales que percibía Ibon Areso. Aunque en su caso, la decisión, fue fuertemente contestada por EH Bildu y los dos grupos que han entrado en el salón de plenos tras las últimas elecciones, Ganemos y UdalBerri. En el caso de la coalición abertzale, se pedía una rebaja del 10%, mientras que los partidos emergentes surgidos en la órbita de Podemos, exigían que los ediles pasaran a cobrar 2.200 euros netos mensuales. Ninguna de las propuestas llegó a buen puerto y ambas quedaron sepultadas por la mayoría del PNV y el PSE que gobiernan en la ciudad.
Más allá de las grandes ciudades de Euskadi, el estándar salarial propuesto por Eudel toma como referencia el sueldo de un consejero del Gobierno vasco en 2014 para fijar las retribuciones máximas en cada localidad. Así, en el caso de ciudades como Barakaldo, donde su población se dispara más allá de los 50.000 habitantes, su regidor puede cobrar hasta un menos 10% que un consejero, es decir, un tope de 78.237 euros, lejos de los 74.307,03 que percibía Alfonso García y que, de momento, también cobra la nueva regidora, Amaia del Campo.
Para los municipios de 20.000 a 50.000 habitantes, una horquilla en la que se mueven poblaciones vascas como Santurce, Zarautz, Eibar o Basauri, se establecen cuantías anuales que no deberían superar los 73.890 euros anuales o, lo que es lo mismo, un 15% menos de lo que percibe un consejero en Lakua. Es bastante más del salario máximo fijado para los responsables de consistorios como Llodio, Tolosa, Amurrio o Amorebieta, que se mueven entre los 10.000 y los 20.000 habitantes, para los que la normativa establece un límite salarial de 67.087 euros brutos anuales.
En la parte baja de la tabla moldeada por la Asociación de Municipios Vascos, se encuentran aquellas localidades que cuentan con de 5.000 a 10.000 vecinos, cuyos representantes municipales no pueden sobrepasar los 60.378 euros anuales en sus nóminas. Para aquellos pueblos con menos de 5.000 habitantes se fija un sueldo tope de 57.023 euros y para los de menos de 2.000, 50.315 euros, el mínimo máximo marcado por Eudel, aunque, claro, siempre hay algunos regidores que aceptan convertirse en 'señor alcalde' sin echarse al bolsillo mucho más que la satisfacción de trabajar por su pueblo. Y muchos quebraderos de cabeza.