Un perro experto en explosivos dio la pista para encontrar el arsenal de ETA en Biarritz

Un control de carreteras de la Guardia Civil en Bizkaia proporcionó la primera pista que condujo a la localización de la casona de Biarritz en la que el jueves se descubrió un arsenal de armas de ETA, según informaron fuentes de la lucha antiterrorista francesa. El control, de carácter rutinario, fue establecido este mismo mes de mayo por agentes de los Grupos de Acción Rural (GAR) del Instituto Armado en una carretera vizcaína situada en el límite con Cantabria. Los efectivos policiales detuvieron de forma aleatoria a varios vehículos que circulaban en dirección a la comunidad vecina para identificar a los ocupantes y examinar los coches. En uno de los turismos retenidos viajaban la propietaria de Villa Cambarre, Nathalie Chasseriaux, y su familia.

En esta casona se confiscó el jueves pasado un depósito con 26 armas cortas, 750 balas, 43 kilos de aluminio en polvo, 3 de pentrita y 28 metros de cordón detonante, entre otros materiales utilizados por ETA en la fabricación de explosivos. El traslado de armamento a Villa Cambarre se produjo en fecha todavía no precisada, después de que la banda anunciara el abandono del terrorismo en octubre de 2011.

En el control de carreteras, los agentes del GAR que detuvieron el vehículo de la dueña de la casona identificaron a los viajeros sin encontrar nada anormal en la inspección, salvo un detalle que se ha revelado capital en la investigación: un perro especializado en la detección de explosivos marcó el coche como si tuviera ese material.

Los perros entrenados son capaces de identificar los lugares que han estado en contacto con sustancias explosivas, aunque esos productos no estén presentes en el momento de la inspección. Dado que en el examen del coche los agentes no encontraron nada sospechoso lo dejaron continuar, tras anotar todos los datos del vehículo y de sus ocupantes.

Operación Brique

La información sobre el turismo y el comportamiento del perro fue puesta a disposición de los servicios antiterroristas de la Guardia Civil, quienes, a su vez, la comunicaron a sus colegas de la Dirección General de Seguridad Interior (DGSI) francesa. A partir de ahí, los agentes españoles y los galos pusieron en marcha una operación conjunta sobre Chasseriaux, bautizada como Brique (ladrillo), que condujo a la localización de la vivienda y de las armas que se ocultaban en su interior.

Nathalie Chasseriaux, de 38 años, y su pareja, de 37, fueron arrestados el jueves. Ayer continuaban en la comisaría de Bayona a la espera de ser trasladados a París para ser puestos a disposición judicial. La cifra de sospechosos se elevó el viernes con la detención de Enrique López Jurio, un huido de los años ochenta que no tiene causas pendientes en España y que regresó a Francia después de residir durante muchos años en México, así como de su esposa. Tanto ésta como la pareja de Chasseriaux podrían quedar en libertad sin necesidad de ser conducidos a París.