Los padres de un colegio de Bilbao se movilizan tras multar la Policía a uno que esperaba en la calzada
El incidente arrancó cuando los agentes apercibieron a un progenitor de Tiboli Eskola que estaba en la carretera «por falta de espacio en la acera»
La asociación de padres de Tiboli Eskola, en la calle del mismo nombre, lleva años reclamando un mejor acceso al colegio mediante el cierre al tráfico de uno de los dos carriles de circulación, el colindante a la escuela, para que se amplíe la acera y haya espacio suficiente cuando van a entregar y a recoger a sus hijos. Pero el Ayuntamiento siempre les ha contestado que no porque se requiere de un estudio previo del caso y una partida presupuestaria. Además, hay más solicitudes de otros centros escolares.
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En Tiboli Eskola estudian unos 400 niños de 320 familias, y el acceso a la a la entrada principal del colegio se queda pequeño, aunque las llegadas y salidas se organizan de manera escalonada. Ello obliga a algunos padres a invadir la calzada, aseguran los afectados.
Este martes por la tarde, agentes de la Policía Municipal apercibieron a uno de los padres que estaba apostado en la calzada, al borde de la carretera, a la espera de la salida de los niños. Le instaron a subirse a la acera, pero él les dijo que en ese momento no podía, ya que estaba abarrotada por otros progenitores que también habían acudido a recoger a sus hijos. Según la versión que varios padres han facilitado a este periódico, le abrieron un expediente sancionador. El Ayuntamiento ha confirmado que, en un principio, se negó a identificarse y que fue denunciado por desobediencia a la Ley de Seguridad Ciudadana, más conocida como la Ley Mordaza.
«Estaban las criaturas, algunas llorando, pero al final el padre se identificó y le dijeron que tenía una propuesta de sanción», apuntaron. El resto de las familias, en solidaridad, se apostaron también en la calzada. La tensión fue en aumento y en las afueras del centro escolar llegaron a congregarse tres patrullas. Varios progenitores, al menos dos, comenzaron a grabar la escena. Los padres aseguran que los agentes también les reclamaron sus datos, aunque no fueron recogidos en el expediente.
«Todos los días tenemos ahí un pollo de la leche, no podemos recoger a las criaturas de buena manera», explicó otro de los progenitores, que denuncia que a la precariedad del acceso se suma ahora la preocupación de ser multados, ya que no es «la primera vez que se registra un incidente». Hace unos días, ya se produjo una discusión con dos agentes por el mismo motivo.
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Ampliación de acera
Las familias llevan años quejándose de que la urbanización del entorno del centro «hace imposible el acceso a la escuela de manera segura y ordenada», lo que genera malestar entre el alumnado, el profesorado, las familias y los vecinos. Precisamente, la AMPA había solicitado al Ayuntamiento la presencia de la Policía Municipal para regular el tráfico en las entradas y salidas o incluso permitir que el profesorado o las familias pudieran hacerlo. Los padres realizaron movilizaciones, la ultima de ellas el 19 de mayo. En un escrito enviado al Ayuntamiento entonces, recordaron que el plan de caminos escolares municipal incluye entre sus objetivos «construir un entorno amigable, garantizando el acceso de los alumnos a los centro con las máximas condiciones de seguridad y confort» y «potenciar la autonomía de los niños en sus trayectos cotidianos».
La ampliación de la acera es la única solución alineada con ello, aseguran. La mejora de los accesos es una reclamación de varios centros escolares. Los padres explicaron que otro progenitor de la escuela de Atxuri García Rivero ya fue sancionado por la Policía por un problema similar, ya que en ese centro también sufren una problemática parecida. «Los padres pagaron la multa entre todos y si al final llega la sanción al padre de este colegio hermos lo mismo».
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