La pobreza energética se duplica en Bizkaia
Cruz Roja ayudó el año pasado a 2.445 personas a comprar electrodomésticos y pagar suministros frente a las 1.003 de 2022
Zoraida, «si hace mucho frío», enciende «como mucho» media hora «o una hora» la calefacción por «la incertidumbre» de lo que le llegará con la ... factura. Carmen la pone «solo un poquito en la habitación de las niñas para que tengan calentita la cama». Ellas son dos de las 2.445 personas que recibieron el pasado año en Bizkaia ayuda de Cruz Roja en materia de pobreza energética, más del doble que a lo largo de 2022 (1.003). Y todo apunta a que, en este 2024, la cifra no menguará.
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«Me estaba quitando de comer para pagar las facturas»
«Estamos apreciando que en este primer semestre se mantiene en una línea similar», ha apuntado Manuel Calvo, secretario de la organización, en la presentación del balance de 2023. En concreto, se han acercado a la entidad 1.700 personas con esas necesidades. Atender la creciente demanda, en palabras del presidente de Cruz Roja Bizkaia, Josu Perón, es «un desafío» porque esas situaciones «afectan a la salud, a las relaciones sociales y a la calidad de vida» de los afectados.
1.700 personas
han solicitado en lo que va de año ayuda en el área de pobreza energética.
En ese sentido, Guillermo Vázquez, coordinador de la institución humanitaria, ha expuesto que «es imposible para algunas familias pagar los suministros y tienen que elegir entre comer y poner la calefacción o darse una ducha caliente». Entre los beneficiarios de esta línea, 1.848 personas han recibido apoyo para el pago de los suministros de agua, gas y electricidad. Otros cuatro hogares han participado en un programa de rehabilitación, ya que en muchas ocasiones las viviendas son «viejas y poco eficientes», lo que eleva el coste energético, y 52 han contado apoyo para comprar electrodomésticos. «Es un riesgo, porque si consumen alimentos de un frigorífico que no enfría lo suficiente, pueden contraer enfermedades», han puntualizado en la presentación.
Otras 1.060 personas han participado en 87 talleres de economía doméstica en los que se les ha enseñado a entender cómo funciona una factura, a ahorrar energía... Y 1.618 han recibido kits que, en función de las necesidades, incluían «desde burletes para aislar ventanas y puertas» hasta regletas para apagar la alimentación, «termostatos inteligentes, aireadores para el consumo de agua, mantas...».
Entregas de alimentos
El gasto para el apoyo a las necesidades de las personas afectadas por pobreza energética ascendió a 661.000 euros de los 17,4 millones de euros presupuestados por la organización, que atendió en sus diferentes líneas a 25.531 vizcaínos, un 6% más que un año antes. 7,1 millones se destinaron a Inclusión Social, para atender «necesidades urgentes» de 14.530 personas que están, en muchos casos, «en una situación de extrema vulnerabilidad». Así, por ejemplo, 2.554 usuarios recibieron 6.500 entregas de bienes básicos y alimentación de la mano del proyecto del Gobierno vasco Hitzartuz, otras 3.775 del fondo de alimentación de la UE...
Y es que, ha insistido Calvo, si algo queda claro después de la pandemia es que «sigue habiendo bolsas de personas vulnerables, no desaparecen, y no hay brotes verdes porque la vivienda, la dificultad para acceder al confort que tienen otros ciudadanos y el empleo precario continúan siendo un problema».
En el trabajo del día a día de la organización, han sido clave, ha apuntado Vázquez, las «más de 11.800 personas voluntarias», de las que 2.730 «mantienen una dedicación activa a los diferentes proyectos de la organización», que llegan a «todos» los municipios de Bizkaia.
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