El impresionante saliente de roca.

La afilada lengua del troll

Las diez horas de caminata al Trolltunga premian al montañero con una foto de postal, un acantilado impresionante que es solo un ejemplo de la belleza salvaje de Noruega, una magnífica alternativa de veraneo fresco

Yolanda Veiga

Miércoles, 6 de julio 2016, 00:58

La foto no tiene truco. El hombre efectivamente está ahí, sentado con los pies colgando al vacío, 700 metros por abajo, el lago Ringedalsvatnet, uno de esos rincones de naturaleza salvaje que dibujan la abrupta geografía de Noruega. El país nórdico es una magnífica alternativa a las vacaciones de sol y playa, porque allí en pleno mes de agosto el termómetro rondará los diez o doce grados en los pueblos de montaña y en los fiordos. Así que se saca más rendimiento a las botas de monte que a las sandalias abiertas.

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Que sean resistentes al agua (las botas) para las diez horas de travesía (ida y vuelta) del Trolltunga ('lengua del troll'), que así se llama este acantilado al que da miedo asomarse. Está visto que a todos no, porque en la misma punta de la roca se ha visto a turistas haciendo el pino en el aire, saltando en grupo y sacando los pies fuera, como el hombre de la foto.

La instantánea impone pero la visión en directo es todavía más sobrecogedora. Y el mejor revulsivo para sobreponerse al cansancio de la ida, entre cuatro y cinco horas de caminata que arrancan con un kilómetro prácticamente vertical que habrá hecho desistir a más de uno. El resto de la travesía no tiene mucha inclinación pero si el invierno ha sido duro incluso en pleno verano habrá un tramo de dos horas por la nieve, sin ver más que blanco.

Al alternar pequeñas subidas con grandes llanuras al montañero le da la sensación no de que va solo, pero casi. Se dará cuenta de lo contrario al llegar a la la 'lengua del troll', donde aguardan decenas (o cientos) de turistas para hacerse la foto. Hay cola y hay que esperar con paciencia porque no es una zona para hacer 'adelantamientos' ni amontonarse. El trozo de roca que cuelga tiene varios metros de ancho, pero no da margen para que la gente ande cruzándose (se ha producido algún accidente fatal).

Así que orden, paciencia y una buena cámara capaz de sacar la foto a cincuenta metros de distancia, porque es desde un lateral bien asentado en la tierra desde donde salen las mejores instantáneas, con la lengua afilada desfiando a la gravedad y el agua abajo. Depende del día, pero raro será que nos acompañe el sol mucho tiempo. Lo previsible es que llueva a ratos, incluso en verano, así que nos daremos por satisfechos si la niebla no lo cubre todo en media hora y nos chafa la foto. Porque pasa, sin avisar, y es una lástima.

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En todo caso, merece la pena el esfuerzo de llegar hasta allí. Porque hay que hacerlo. La travesía no es muy complicada pero sí cansada ya que es muy larga. El ritmo habitual son diez horas, repartidas casi equitativamente a la ida (se hace un poco más larga por el kilómetro empinado del comienzo) y a la vuelta. Aunque un montañero un poco acostumbrado lo hará sin problema en ocho e incluso algo menos. A ese tiempo, sumar por lo menos media hora para disfrutar del destino y hacerse unas fotos de recuerdo, por lo que conviene madrugar.

Algunos optan por hacer la excursión en dos días. El primero para llegar casi hasta arriba y dormir en cualquier explanada en tienda de campaña (se ven varias desperdigadas a media hora de la cima) y el segundo, para la bajada. Se haga en uno o dos días el punto de salida es el mismo, el parking de Skjeggdal (de pago). Hasta allí llega la gente normalmente desde Odda, un pueblo sin mayor interés que su próxima ubicación al Trolltunga donde conviene pasar la noche anterior (está a 17 kilómetros). De ahí, con el coche el dirección Tyssedal, donde se encuentra el desvío al parking. Desde este punto ida y vuelta serán 22 kilómetros con alternancia de roca, llanada y nieve, travesía que nos premia con vistas excelentes de lagos y montaña por el camino. Y todavía queda el premio final, ese troll que nos saca la lengua, larga y afilada. Una foto de postal. Por estas fechas recibe 500 visitantes... cada día.

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