Botsuana, el mejor país al que viajar en 2016
Lonely Planet publica su lista de destinos favoritos para el próximo año con la nación africana a la cabeza. El desierto del Kalahari, el delta del Okavango o el Chobe son solo algunas de las joyas que ofrece
EDUARDO S. MOLANO
Domingo, 8 de noviembre 2015, 01:31
Cuando el héroe de guerra, explorador y conservacionista Laurens van der Post dibujó por primera vez con letras las pinturas de Tsodilo, pocos podían entender la verdadera magnitud de lo narrado. Entonces, su obra 'The Lost World of the Kalahari', publicada en 1958, se convirtió en el primer relato moderno que describía una de las concentraciones de arte rupestre mayores del mundo: En una zona de unos diez kilómetros cuadrados del desierto de Kalahari, se conservan más de 4.500 pinturas. Para sus autores, los San, un grupo poblacional que se extiende por Botsuana, Namibia, Angola, Sudáfrica, Zambia y Zimbabue, se trataba nada menos que de su Louvre particular.
Publicidad
Posteriormente, tras dar a conocer a la humanidad este centro de arte milenario (algunas dibujos en piedra cuentan con más de 24.000 años de antigüedad), Van der Post contribuiría a agrandar aún más el mito de los San, también denominados Bushmen, a quienes consideraba el «alma perdida» de la humanidad. En este sentido, las colinas de Tsodilo, una pequeña masa de roca localizadas en el noroeste de Botsuana, en las cercanías de la frontera con Namibia, servía de punto de oración y culto para esta comunidad. Y su decoración era nada menos que una honra a los dioses.
Ante las maravillas de Tsodilo y sus pinturas rupestres, no resulta extraño que Botsuana haya sido elegido por la publicación Lonely Planet como el mejor país para viajar en 2016. Sin embargo, las obras de la cultura San no son su único punto de interés.
Es el caso del Kalahari. Siempre a la sombra de su vecino Namib, el desierto se extiende por seis países (teniendo en cuenta su depresión). Su peculiaridad, el no ser plenamente una zona árida al uso, sino un desierto 'fósil': a pesar de que en algunas zonas las precipitaciones pueden ser de hasta 250 milímetros anuales, su superficie porosa y suelos de arena apenas retienen el agua transformando considerablemente el horizonte esperado. No obstante, las lluvias razonablemente regulares también dan cabida a especies como el guepardo o la jirafa, así como a los bosques de acacias. Más al norte, donde el clima es más húmedo, estas dan paso a la sabana arbustiva y bosque seco de kiaat (una especie de árbol perteneciente a las fabáceas).
O el Chobe. Con cerca de 120.000 elefantes, parece imposible que se marche de su territorio sin disfrutar de paquidermos hasta el hartazgo. Sin embargo, este espacio natural infinitamente más económico que otras opciones viajeras del país cuenta también con otros baluartes. Entre ellos, algunos de los leones de mayor tamaño del continente.
Publicidad
Y qué decir del delta del Okavango, considerado uno de los escasos sistemas de deltas interiores del mundo que carece de desembocadura al mar. La región, descrita como el 'diamante' del Kalahari, es un oasis que contrasta con la aridez general del país.
Pero si entre tanta flora y fauna, necesita entornos más urbanitas, la quietud de Gaborone, una de las capitales menos pobladas del continente, es también un goce para los sentidos. Mientras que en el Museo Nacional la percepción visual se detendrá en las obras del escultor Lucas Sithole, en las calles, el gusto salivará con la oferta gastronómica de la cocina setswana. Aquí, los más atrevidos tienen una cita obligada con los gusanos mopane. Toda una delicia.
Publicidad
Aunque para entender las peculiaridades de la actual Botsuana, eso sí, también es necesario echar un vistazo a sus singularidades políticas. En 2007, el empresario de las telecomunicaciones británico-sudanés Mo Ibrahim instauró el premio a la mejor gobernanza en África. ¿Uno de los recientes galardonados? El expresidente de Botsuana Festus Mogae. En el poder entre 1998 y 2008, el exmandatario es fiel ejemplo del cambio surgido en el Estado africano en las últimas dos décadas. En este espacio temporal, sus años de gestión han granjeado a su país una fama de correcta gestión de los recursos (Botsuana cuenta con los depósitos más lucrativos del planeta de diamantes), crecimiento de la clase media, estabilidad política y buen Gobierno.
Más información.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión