«Perdió dos litros de sangre. Sin el torniquete, hubiera muerto»

Policías locales de Erandio salvan a un vecino con un corte profundo que se había atrincherado con su hija menor en un piso

Sábado, 27 de septiembre 2025, 01:27

Habían completado un curso de control de hemorragias para policías impartido por un ertzaina de la Brigada Móvil, miembro de la Sociedad de Urgencias y ... Emergencias, justo antes del verano. Allí aprendieron cómo practicar un torniquete de forma segura, sin miedo a causar más lesiones. Javi, con 17 años de experiencia como agente de la Policía Municipal de Erandio, y dos de sus compañeros, entre ellos una agente, habían asistido a esa formación y tenían los conocimientos aprendidos muy frescos.

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El pasado miércoles, sobre las dos y media de la tarde, recibieron un aviso de la Ertzaintza para que acudieran a un domicilio del barrio de Astrabudua. Un hombre de unos 50 años se había atrincherado en el domicilio con su hija menor, de 13. La niña había llamado al 112 y decía que su padre se había encerrado en el baño. Tenía miedo de que intentara autolesionarse. Le pedía que saliese, pero no le respondía.

Cuando las dos patrullas llegaron al piso, les abrió la menor, muy asustada. Los policías intentaron entablar conversación con el hombre, que «hablaba, pero muy bajito», y decidieron acceder al servicio. Consiguieron abrir la puerta sin violencia y localizaron al hombre desplomado en el suelo sobre «un montón de sangre y con un cuchillo en una mano». Lo primero que hicieron fue quitarle al arma para que no siguiera provocándose cortes ni les atacara a ellos.

60 euros por internet

Javi entró en primer lugar y no lo dudó. Tenía a mano el torniquete que había comprado por internet por 60 euros. En algunos cuerpos como la Ertzaintza lo acaban de incorporar a la dotación. «Y se lo puse. Tenía un corte profundo en la muñeca izquierda. Le había cogido la arteria y había perdido mucha sangre, por lo menos dos litros. Sin el torniquete, hubiera muerto».

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El agente recordó las enseñanzas de Isi, el instructor del curso. «Hay que ponerlo súper fuerte para paralizar el pulso porque si no, puedes crear un trombo y es peor». El hombre, que hacía un momento decía que «no quería seguir, que no podía más», se quejaba ahora de dolor. Javi le cogió de una mano mientras le repetía que estaba a su lado para lo que él necesitase.

«Me voy a quedar sin brazo», protestaba. Javi supo al escucharle que el torniquete estaba «bien puesto» porque «se les corta el riego y duele mucho». «Gracias al dolor, empezó a estar más en la tierra» y a salir de la espiral de desesperación que le había llevado al intento autolítico. Llegaron dos ambulancias, la última con un médico, que le colocó vendajes en la herida. «Nos dijo que el torniquete estaba muy bien hecho y que le habíamos salvado la vida». Su compañera no se separó de la hija menor para tranquilizarla y evitar que viera la sangre.

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