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El chorlitejo chico es un viejo conocido de Zorrozaurre, un ave limícola que gusta de graveras próximas a la Ría, donde se alimenta y donde cría. La especie está protegida y ya en ocasiones anteriores la aparición de polluelos ha condicionado obras. Ahora está en la punta norte. Iñigo Zuberogoitia, biólogo y doctor en Zoología, ha dado el aviso a la Guardería de Medio Ambiente de la Diputación tras detectar la presencia de «dos parejas». De momento, no estarían en la zona directamente afectada por las obras, pero cuando los trabajos se desarrollen ahí habrá que acotar el sitio para evitarles molestias.
En realidad, según José Miguel Soler, secretario de la sociedad ornitológica Lanius, los ejemplares se han ido moviendo. En un principio estaban «en la misma punta norte y luego se fueron un poco más al centro», huyendo del tajo que se ha iniciado en febrero. Ahora, están en la ubicación de la que tiene conocimiento la Diputación, a salvo, de momento, de los trabajos. Soler también ha informado al Ayuntamiento de Bilbao, que se ha comprometido a tenerlo en cuenta pero «aún no ha hecho nada».
Ambos expertos piden que en el desarrollo de la isla se reserve un espacio donde el chorlitejo pueda criar. Esos sitios con piedrecitas y hierbajos junto a la ría son zonas poco bonitas para el paseante ordinario. Pero es que los parques urbanos no les sirven porque, siendo bonitos, «son patéticos en términos de biodiversidad», dice Zuberogoitia.
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