Penas de 3 a 6 años para los menores que dieron la paliza a Alex en Amorebieta

El menor que tuvo una mayor participación en la brutal agresión tendrá que cumplir el castigo más duro, seis años en un centro de internamiento cerrado, probablemente Zumarraga. A otros tres se les aplican cinco años a cada uno y dos más tendrán que permanecer internados cuatro años. Además, todos tendrán que pasar dos años de libertad vigilada tras salir del centro. El octavo, que tuvo una intervención más superficial, ha sido condenado únicamente a tres años de libertad vigilada.

En la jurisdicción de menores, las penas se denominan medidas de seguridad y tienen un objetivo educativo. El máximo castigo que se prevé para chicos mayores de 16 es de 10 años, por asesinatos consumados y otros delitos de extrema gravedad.

La vista oral en un juzgado de Menores, con plazos de instrucción más reducidos, se celebró a puerta cerrada a partir del pasado 18 de octubre y a lo largo de cinco jornadas. En la primera sesión, uno de los chicos pidió perdón a los padres de Alex tras asegurar que se «arrepiente mucho de lo que hemos hecho». «Sabemos que la madre nunca nos podrá perdonar, pero le pido perdón en nombre de todos», deslizó. Una vez en la salida de los juzgados, un chico, el que ha recibido el mayor reproche penal por su participación activa en la paliza, se acercó a los padres de la víctima para pedir su indulgencia.

Algunos de los jóvenes involucrados pertenecían a la banda autodenominada 'Los Hermanos Koala' (LHK) y propinaron patadas y golpes a Alex cuando se encontraba ya en el suelo en las campas de Jauregibarria en Amorebieta el 25 de julio de 2021. También le estamparon una botella de cristal y otros objetos contundentes en la cabeza. Después de apalearle y dejarle gravemente herido, le robaron algunas pertenencias. Uno de los agresores grabó la salvaje escena con el teléfono móvil y luego colgó el vídeo en sus redes sociales. Gracias a eso se pudo identificar a todos los participantes. Algunas versiones apuntan a que la agresión se desencadenó al mediar el joven rumano para defender a unas chicas que estaban siendo importunadas.

El herido, de origen rumano, que entonces vivía y trabajaba en Bizkaia con su padre, ya que su madre y su hermano mayor se encontraban en Alemania, ingresó en el hospital de Cruces en coma debido a las serias lesiones cerebrales. En contra de cualquier expectativa y pese a las previsiones médicas que le daban pocos días de vida, Alex obró el milagro y logró sobrevivir. Salió de la Unidad de Reanimación aunque con importantes secuelas. Tras permanecer varios meses en el hospital de larga estancia de Gorliz, recibió el alta el pasado agosto y ahora vive con sus padres en una casa de alquiler social en un barrio de Bilbao.

Postrado en una cama, necesita ayuda para todo las 24 horas del día. No puede andar, ni hablar ni comer. Se alimenta por una sonda y su madre, que se ocupa de su atención de manera permanente, le asea y pasea a diario en una silla de ruedas especial. Su esperanza ahora se centra en la rehabilitación para poder mejorar su calidad de vida.