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leire pérez
Sábado, 21 de septiembre 2019, 10:59
Cuando se organiza una batida para cazar animales lo habitual es que alguno caiga. Y eso es lo que ha sucedido este sábado para alegría ... de los cazadores y malestar de los grupos animalistas en Basauri. Al final se alcanzó el objetivo y los monteros tras más de tres horas de persecución, lograron matar a uno de los jabalíes que en las últimas semanas ha descendido desde el monte Malmasin al entorno urbano. La jornada fue una constante sucesión de acontecimientos. A las ocho de la mañana varias personas ya se encontraban en la zona con los perros de caza. Durante casi dos horas rastrearon el lugar. «Es lo más difícil», puntualizaba uno de ellos. En un primer momento, y ante la presencia de un grupo de activistas formado por media docena de personas, se optó por suspender la batida. Los tiradores, molestos con la expectación creada después de que el Ayuntamiento de Basauri advirtiera a los vecinos de que se iba a llevar a cabo la incursión, recriminaron que «en todos los sitios de Bizkaia hay batidas de estas y, sin embargo, aquí está siendo difícil hacerla porque se ha corrido la voz. Estamos para pasarlo bien. Tenemos que pagar por cazar y no podemos si nos están persiguiendo», lamentaron.
Miembros de la asociación Aprova, uno de los colectivos animalistas allí presentes junto a la asociación antitaurina de Bizkaia, se defendían de las críticas. «No nos pueden prohibir andar por el monte. Queremos comprobar si se cumple la distancia de 200 metros que la ley obliga a mantener, de no ser así lo denunciaremos porque estamos en el casco urbano de Basauri», argumentaban. Sostienen los activistas que en enero de este año, cuando se ejecutó una primera caza, «acuchillaron a un jabalí en una explanada cercana al colegio Gaztelu». En su opinión, existen «otras opciones» para terminar con la plaga que está sufriendo Bizkaia. «Si es cierto que se ha descontrolado la población de jabalíes, lo lógico es capturarlos con dardos y soltarlos en lugares alejados de las ciudades, pero sin hacerles daño», comentaba Toñi Esteban. Consideran los animalistas que el motivo de que haya más verracos es que «se ha matado a los lobos».
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Al suspenderse el operativo se retiró la cinta en la que se anunciaba la batida, pero casi una hora después, en torno a mediodía, dieron un vuelco los acontecimientos. Una patrulla de la Ertzaintza se desplazó al lugar para advertir a los ciudadanos de que quedaba otra vez cercado el acceso a la zona arbolada. Posteriormente, la Policía Municipal acudió para señalizar nuevamente el cerco. Incluso un guarda forestal se adentró en la zona para comunicar a las personas que todavía se encontraban por el monte que debían abandonarlo. «Hay muchísima gente dando paseos, no creo que puedan llegar a todos y nos han dicho que van a empezar a disparar», advirtió Gontzal Pérez, uno de los jóvenes que fue advertido de que cambiara de ruta.
A los pocos minutos comenzaron a subir por la pista forestal vehículos cargados de cazadores dispuestos a cumplir su cometido. La cacería transcurrió con normalidad entre ladridos de perros hasta las tres de la tarde, cuando un todoterreno abandonó la zona cargado con el cuerpo del animal muerto. «Con chulería nos han dicho que mirásemos al difunto», denunciaron los activistas. «No había policías, ni tampoco ningún control. Ha seguido bajando gente y podía haber sucedido una desgracia», afirmaron.
Mientras en el monte se estaba disparando, a unos metros la vida en Basozelai discurría con normalidad (la Federación de Caza había advertido de que la batida podía «acabar mal» ante la proximidad de las viviendas). Ajenos a lo que sucedía, las niñas del Basauriko Kimuak y los menores de la Escuela de Fútbol Baskonia se midieron en el campo de fútbol con sus adversarios y en el parque próximo los pequeños disfrutaban de los columpios. «No podemos permitir que los jabalíes cada vez vengan más cerca porque van ganando terreno. Es mejor tenerlos controlados», decía Asier Garriga, uno de los padres.
Portavoces municipales anunciaron pasadas las cuatro de la tarde que la zona volvía a estar abierta al paso. «De momento no tenemos constancia de más batidas», señalaron, al tiempo que prefirieron no valorar la captura de un ejemplar.
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