Osalan descarta controles específicos a los 200 operarios expuestos al amianto

Los bomberos forales, agentes de la Ertzaintza, sanitarios de emergencias y operarios de la autopista -en total más de dos centenares de personas- que trataron de hallar a las dos víctimas trabajaron desprovistos de la protección adecuada. Durante unas siete horas permanecieron en el lugar sin la mascarilla y el traje especial que requería ese operativo.

Pese a que en los primeros días tras el derrumbe se barajó la posibilidad de practicarles análisis especiales, finalmente Osalan no obligará a las empresas, ya que «la exposición fue esporádica y en principio no hace falta». De este modo, cada organismo tendrá «libertad» para realizar controles concretos y un seguimiento, o conformarse con las pruebas ordinarias anuales, que incluyen análisis de sangre, de orina, auscultación y espirometría -estudio que mide la cantidad de aire que retienen los pulmones-. En cambio, hacer placas de tórax no tendría «sentido, ya que no se va a ver nada». «Habría que hacerlas de manera periódica, con lo que la radiación sería alta», señalaron desde el instituto vasco.

Desde el inicio de la crisis se han celebrado tres reuniones para abordar esta situación, que sorprendió por completo a los operarios que estaban en el tajo. El derrumbe tuvo lugar a las cuatro de la tarde y al de poco tiempo llegaron los primeros efectivos. A las once de la noche se cambiaron los turnos, pero no fue hasta la una de la madrugada cuando un técnico de Osalan alertó de la presencia de amianto.

Los responsables del instituto de salud laboral han recomendado clasificar a los operarios en dos grupos. Por un lado, quienes estuvieron al pie del vertedero, así como personas con patologías respiratorias previas, aunque estuvieran trabajando aquella tarde a 500 metros de los residuos. A estas personas se les incluirá «una incidencia en su historia clínica». En el segundo grupo figuran los operarios que permanecieron más lejos de la ladera, redirigiendo el tráfico, por ejemplo. Desde Osalan recuerdan que solo una exposición prolongada puede tener efectos perjudiciales para la salud. «Unos cinco años», aclaran. Sin embargo, los funcionarios y operarios afectados sienten «inquietud» por la ausencia de medidas preventivas. «Muchos llevaron sus uniformes a casa y los mezclaron con los de sus familiares», aseguran fuentes consultadas por este diario.

A partir de ahora la Diputación de Bizkaia, el Departamento Vasco de Seguridad y diversas empresas privadas deberán decidir qué tipo de controles médicos realizan a sus trabajadores. Según ha podido saber este diario, la Ertzaintza comenzó el pasado martes a entrevistar de manera personalizada a los 60 agentes que tomaron parte en el operativo.