Osakidetza abrirá el próximo año dos unidades específicas para tratar la anorexia

El documento, aprobado este martes en el consejo de gobierno, estará vigente durante los próximos cinco años y busca dar respuesta a una serie de trastornos al alza en los últimos años y que se han acentuado durante la pandemia. Solo durante el pasado año Osakidetza atendió a 108.311 pacientes, por los 96.836 de 2019 o los 88.917 de 2016, según figura en las diferentes memorias de actividad del Servicio Vasco de Salud.

Una de las principales novedades que incluye la estrategia es la puesta en marcha de dos unidades específicas para tratar la anorexia, la bulimia y el resto de trastornos alimentarios. Una estará en la OSI Barrualde-Galdakao y la otra el la OSI Araba y formarán parte de los servicios de psiquiatría de ambas organizaciones asistenciales. Osakidetza tiene en marcha ambas obras y su previsión es «abrirlas durante la primera mitad del próximo año», tal y como ha anunciado este martes la consejera Gotzone Sagardui. Para ello el Servicio de Salud procederá a aumentar su actual plantilla de psiquiatras, psicólogos clínicos y personal de enfermería.

De esta forma Euskadi contará por primera vez con unidades específicas para tratar estas patologías. La iniciativa busca dar respuesta a un problema creciente que afecta en su mayoría a mujeres. Según explicó el pasado mayo José Antonio de la Rica, director de Atención Sociosanitaria, en el País Vasco los ingresos por trastornos alimentarios «se han multiplicado por cuatro desde 2016». Solo en 2021 un total 359 personas tuvieron que ser hospitalizadas por casos severos de anorexia y bulimia, mientras que otras 450 afectadas acudieron por primera vez a una consulta psiquiátrica por este motivo. Cifras muy elevadas y que se han mantenido en niveles similares desde entonces.

Uno de los objetivos de estos equipos será ofrecer una atención precoz e intensiva a estas pacientes. Esto es muy importante en una patología que precisa de un tratamiento muy prolongado -oscila entre los tres y los cinco años- para ser superada y que en uno de cada cinco casos se cronifica.

Para lograr llegar antes a estas afectadas Osakidetza va a mejorar también los circuitos de derivación directa para que los casos detectados en Atención Primaria por pediatras y médicos de familia sean vistos cuanto antes por los especialistas de estas dos nuevas unidades específicas.

Los trastornos de la conducta alimentaria suelen comenzar a manifestarse en la adolescencia. Tres de cada cuatro afectados empiezan a padecer la enfermedad antes de llegar a la mayoría de edad. Esta es una de las enfermedades mentales que suelen debutar en la etapa infantojuvenil, pero no la única. De hecho las más habituales en esta etapa son la ansiedad y la depresión. El pasado año en la Red de Salud Mental de Bizkaia atendieron a 10.210 menores, un 29% más que antes de la llegada de la pandemia, de los que 3.932 se ponían en manos de estos especialistas por primera vez en su vida. De todos ellos una cuarta parte sufría cuadros severos con dos patologías que preocupan especialmente a los profesionales: los TCA y la proliferación de ideas suicidas.

Precisamente la salud mental infantojuvenil es otra de las prioridades de la nueva estrategia vasca de salud mental. Osakidetza cuenta en la actualidad con tres unidades hospitalarias de psiquiatría para este tipo de pacientes y cinco hospitales de día. En uno de ellos, el ubicado en Gipuzkoa, se ampliará su capacidad en 16 plazas más. Euskadi puso ya en marcha el pasado año cribados para detectar casos de depresión en chavales de entre 12 y 14 años.

En cuanto a la patología dual lo que va a realizar Salud es establecer un plan terapéutico individualizado para cada paciente, con el fin de ofrecerle los recursos y dispositivos más adecuados para su caso.