A orillas del Cadagua y «dejados de la mano de Dios»
Zubileta, Las Delicias, Larrazabal, Santa Águeda y Kastrexana languidecen en el abandono. Un plan de Barakaldo busca reactivarlos
Una vez fue un barrio próspero, uno más de ese territorio pujante forjado en hierro, que echaba humo, en el que latieron los primeros movimientos ... obreros. Al que llegaron, de forma masiva, vecinos del resto de Bizkaia y de otras comunidades a ganarse la vida encalleciendo sus manos en sus muchas industrias. Entre otras, la de Santa Águeda-Echevarría, ahora Profusa, que empleó a miles de trabajadores que pudieron enviar a sus hijos a estudiar por primera vez en la historia familiar. Muchos de ellos residieron en los bloques y viviendas de los que disponía la firma por la zona. Hoy, los barrios de Zubileta, Las Delicias, Larrazabal, Santa Águeda y Kastrexana, asomados todos al Cadagua, se mueren. El tiempo se ha parado en sus calles.
Zubileta, zona tristemente famosa por el tiroteo mortal de hace unos meses, estaba antaño jalonada de comercios y tabernas en las que los obreros se tomaban un respiro tras los duros turnos. «Era una zona sucia, como muchas industriales, pero tenía muchísima vida», relata un residente. A esta arteria dio nombre, precisamente, la casa torre Zubileta, del siglo XVI, donde nació Juan de Zubileta, que dio la vuelta al mundo con Elcano, y que languidece en una de sus campas.
Ahora, sólo un coche pasa de tanto en tanto para quebrar el silencio en este rincón, a 10 minutos en coche de la Gran Vía. Huele a ruina y decadencia en estos paisajes propios de otro tiempo, como escenarios del cine quinqui de los ochenta. Un túnel y una precaria pasarela por encima del Cadagua llevan desde Zubileta a la estación de tren de Kastrexana, barrio compartido por Bilbao en el que el río hace de frontera.
Las ruinas de la imponente Profusa, que cerró en 2013, dominan el enclave. El declive que empezó a apoderarse de esta zona se expandió como un cáncer por los alrededores. La mayoría de los vestigios industriales permanecen en pie. La degradación de la fábrica, que cuenta con elementos que son parte del patrimonio industrial de Euskadi, ha llamado a más degradación.
Por toda la zona hay varios, muchos, pabellones y bloques de viviendas abandonados. Algunos sufrieron incendios pero nunca se tiraron. Otros han sido «okupados». «Sentimos en algunos casos miedo, sobre todo en las horas nocturnas», relatan desde la asociación vecinal de Zubileta, Las Delicias, Larrazabal, Santa Águeda y Kastrexana. Y mientras, los vecinos de siempre se van. También en Bilbao, la barriada de Bizkorta Estrata, a la que se accede por una gran cuesta, languidece y se vacía.
Muchos de sus históricos residentes trabajaron en Profusa o en una cantera cercana. Eran inmigrantes, principalmente extremeños. «La gente se va muriendo y no vienen familias nuevas», relata Fernanda Pinilla, de 70 años, que reside allí desde que tenía siete. «Quedamos cuatro viejos», dice entre sonrisas. Unos 360 residentes resisten en estas zonas, de los que un centenar viven en la parte que pertenece a Bilbao. La mayoría son mayores. No es una zona especialmente atractiva para los jóvenes. No hay vivienda nueva, pero tampoco servicios. Las frecuencias de transporte público dejan mucho que desear, aseguran los pasajeros.
«Estamos dejados de la mano de Dios. Para hacer cualquier tipo compra básica de alimentación es necesario desplazarse a establecimientos que están al menos a tres kilómetros y medio. No tenemos panadería, carnicería, pescadería, ni un solo bar, ni por supuesto farmacia, centro médico ni ningún otro servicio», relata Manu Villar, de la asociación de vecinos, que nació en Santa Águeda, donde aún reside. «Estamos en un completo abandono. Esta zona necesita una inversión económica fuerte», apunta.
En diciembre, los vecinos llevaron al Pleno de Barakaldo una moción para rescatar todos estos barrios. Pedían un Plan Integral de Rehabilitación y Regeneración con actuaciones en varias materias, desde vivienda hasta medio ambiente, que resultó aprobado por todos los grupos, aunque los vecinos lamentan que «no se establecieron plazos». Aun así, valoran que se realizará una «limpieza» profunda de la zona, y se derribarán bloques abandonados. A su juicio y una vez se despeje el futuro de Profusa, «se podrán crear nuevas viviendas y comercio».
La propuesta contemplaba conservar el rico patrimonio de la zona, - desde la casa-torre hasta las escuelas de Larrazabal- utilizar los edificios industriales en desuso para construir vivienda para jóvenes o equipamientos de tipo social y cultural y la promoción de pisos municipales. Quieren, sobre todo, atraer población nueva. Además, la moción incluía recuperar suelos industriales, remediándolos, crear paseos... Y a nivel social, la puesta en marcha de programas contra la soledad no deseada, la exclusión social y reducir la sensación de inseguridad en la zona.
Paseos y huertos
Los vecinos piden que las actuaciones tengan en cuenta a la gente a través de entrevistas y sesiones abiertas. Reclaman, con más urgencia, una tarjeta de la OTA de Cruces para poder aparcar allí, ya que es a donde tienen que trasladarse para cualquier cosa; también proponen un sistema de transporte a demanda o mejorar la frecuencia de buses municipales. Y otras acciones más pequeñas, más domésticas, que les faciliten las cosas: que se tomen medidas de seguridad vial, como señalizar una línea discontinua en alguna carretera, mejorar trazados de las vías, la acera de Urgozo o remodelar el acceso a la estación, que tiene una escalera de 44 peldaños que impide pasar a mayores o a personas con carritos.
El Consistorio se ha comprometido a poner en marcha todas estas medidas. Aprobó el 21 de febrero algunas de las primeras. Solicitó fondos europeos para desarrollar acciones como la recuperación del entorno del río Cadagua desde Kastrexana, que implica también renaturalizarlo y su recuperación ambiental además de paseos de ribera, y que tendrá un coste de 7,6 millones.
«La idea es seguir desarrollando los carriles ciclables y peatonales conectando los existentes en la N-634 y continuarlos hasta Kastrexana», señaló Gorka Zubiaurre, concejal de Alcaldía. Se contempla, asimismo, la señalización de un paseo saludable y la adaptación de un terreno en la zona de Zubileta para el desarrollo de huertos urbanos, así como la instalación de marquesinas en varios puntos. Otros 5,5 millones se destinarían a ascensores en la zona cercana de Zurbaran, en Burtzeña, barrio en el que se levantará un parque empresarial. Además se prevé que la actualización del Plan General de Ordenación Urbana prevea nuevos desarrollos en esas zonas.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión