«Somos de olvidar rápido y la pasión por volver el campo tras el confinamiento se irá pasando»
José Luis Revuelta cree que la pandemia tampoco alterará a medio plazo la ciudad. Ni la despoblará. De hecho, asegura que la huida a zonas ... rurales o a urbanizaciones con poca densidad ya empieza a decaer y lo seguirá haciendo a medida que el 'susto' vaya pasando. «Somos de olvidar rápido y esta pasión se irá pasando. Que la vida en el campo es más sana ya lo sabíamos antes, pero la mayoría sigue prefiriendo las ventajas de tener cerca al médico, el colegio, una nutrida oferta de servicios, cultural y de ocio...», subraya. «La historia natural de la civilización es la concentración en las ciudades», sentencia. Para él, como mucho, se aceptará mudarse a pueblos cercanos, bien comunicados «y capaces de reproducir las ventajas de las grandes urbes».
En cualquier caso, el recuerdo del coronavirus sí marcará una evolución urbanística en el corto plazo. «Al menos en los próximos cinco años se pondrá mucho hincapié en las amplias terrazas y en orientar los edificios para aprovechar la iluminación natural, pero éstas seguirán siendo las viviendas más caras», augura.
En ese sentido, los expertos remarcan que en las ciudades todavía hay mucho margen para mejorar la calidad de vida. Como constata el propio Eustat, aunque desde el año 2000 se han levantado 60.000 edificios nuevos en Euskadi, aún sólo el 28% del total (226.679) tiene ascensor. Aunque en la capital vizcaína casi dos de cada tres pisos disfrutan de este servicio, la media vizcaína cae al 27%, mejor que en Álava (21%), pero peor que en Gipuzkoa (33%).
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