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Los motivos por los que ayer nos pilló la galerna
Este fenómeno atmósférico es la causa de que casi nunca haya olas de calor en Bizkaia
Las olas de calor en Bizkaia son una 'rara avis'. Por muy asfixiados que estemos, por mucho que los termómetros al sol se 'frían' a ... cuarenta y tantos grados. Vamos, por mucho que estemos como estuvimos ayer y parece que seguiremos hoy. Necesitamos más sofoco que el de este martes para poder catalogar el episodio como 'ola de calor'. Hace falta tiempo, concretamente 72 horas sin alivio en el mercurio. Así que oficialmente lo de finales de junio no fue ola de calor. Y esta, de momento, tampoco. Han sido episodios de mucho calor pero nada más. «Para que podamos hablar de ola en Bilbao el termómetro debe superar los 38 grados durante tres días. Y no sucede casi nunca porque a partir de la segunda jornada de calor extremo lo normal es que entre la galerna y el mercurio se deplome», explica Margarita Martín, desde la Agencia Nacional de Meteorología (Aemet). Lo que ocurrió desde primera hora de la tarde de este martes.
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Lo del mercurio es una forma de hablar porque desde el año 2002 se dejaron de utilizar los termómetros de mercurio para sustituirlos por unas sondas electrónicas que 'calientan' un poco los datos. «Tenemos comprobado que la sonda da temperaturas más altas que los termómetros convencionales. Hicimos la prueba el pasado 27 de junio en Bilbao. Con la sonda marcaba 40,7 y con el termómetro 39,4».
Más a favor de la ola de calor, pero ni por esas. «Cada verano hay entre tres y cinco olas de calor» en España. Un bochorno que sufrimos también en Bizkaia, pero que no llega a ser ola por cuestión de horas. «La galerna suele entrar antes de que pasen tren días. Es una cuestión orográfica», informa Martín.
Haizea Deustun (Bilbao) ipar-mendebaldera aldatu da orain.
Euskalmet (@Euskalmet) July 23, 2019
Deusto: 50 km/h
T (14:40): 38.5 ºC
T (15:00): 27.4 ºC
El viento acaba de girar a noroeste en Deusto (Bilbao).#enbata pic.twitter.com/2CS7Orl8dT
Y ahonda en la explicación del fenómeno que explica los excepcionales 40 grados en nuestra provincia. «Esas temperaturas aquí están asociadas al efecto Foehn. Esto es, a vientos del sur muy fuertes». «El viento caliente procedente de la Meseta se encuentra con un relieve elevado, la cordillera que separa Bizkaia y Álava. Cuando ese aire baja se recalienta porque se ve obligado a ir a zonas donde hay más presión. Al haber más presión, las partículas del aire están más juntas y chocan, liberando energía cinética que se transforma en energía térmica, es decir, en calor». Un fenómeno natural que «hace subir mucho la temperatura», hasta el límite de estas jornadas. Y luego está el Nervión, «que hace de embudo y conduce ese aire tan caliente hacia Bilbao, de ahí los 'fogonazos' a veces». Son esos 'fogonazos' los que se traducen el picos de 40 grados en la ciudad. Los que nos sorprenden cuando salimos de una oficina fresquita.
«La galerna suele entrar antes de que pasen tren días. Es una cuestión orográfica»
por la tarde
Así es fácil estar dos días. Pero no tanto un tercero. Por culpa... o gracias a la famosa galerna, que suele chafar el día de playa a la gente a media tarde. Un fastidio recurrente y con una explicación sencilla para los meteorólogos: «Para que haya galerna hace falta que desde Galicia llegue una masa de aire frío. Esa borrasca se desplaza hacia el este, de Finisterre al Golfo de Bizkaia. Lo que sucede es que el embudo del Nervión ha almacenado una masa de aire cálido hacia la costa».
Y es este encuentro de aire frío y caliente el que desencadena la galerna. «Cuando la temperatura llega al máximo, la masa de aire cálido, al tener menos densidad, se eleva violentamente y la masa de aire frío ocupa su lugar. Esa mezcla de dos masas frías y calientes provoca ese muro de niebla» que tan reconocible es ya para los bañistas. Y que vimos ayer por la tarde. La niebla, de hecho, es el aviso para recoger los bártulos de playa. Mejor rápido, que la temperatura se desploma en cuestión de minutos. Diez, doce grados. Viento fuerte, ambiente desapacible. Y fin de la ola de calor.
El excepcional agosto de 2003
Que las olas de calor sean excepcionales por estos lares no quiere decir que no ocurran nunca. Suceden, a veces. Los meteorólogos tienen grabado a fuego el verano de 2003. Porque el calor fue excepcional. Y generalizado. «Tuvimos una ola de calor histórica en Euskadi. Del 4 al 10 de agosto, ininterumpidamente. Eso sí que fue calor de verdad». Para encontrar un registro similar hay que remonetarse a 1982, explican en Aemet. Aunque aquella fue algo menor. «Me acuerdo que fue en la fecha en trono a Sanfermines, y duró cuatro o cinco días».
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